Hay buenas razones para recordar el concierto con invitados que el grupo chileno Cómo Asesinar a Felipes dio el 10 de noviembre de 2011 en el bar santiaguino de La Batuta. Una es que entre esos invitados estaba Billy Gould, bajista de Faith No More, uno de los grupos estadounidenses que más contribuyeron a refrescar el estado del rock desde los años '80 en adelante. Otro es la solvencia con que esa noche Gould se acopló al quinteto formado por el rapero Koala Contreras (rimas), Submarcos (piano eléctrico y teclados), SebaBala (bajo), Metraca (batería) y DJ Spacio (samples y tornamesas). Sin ensayo previo.
-Se sabía nuestros temas y no ensayamos. Probamos dos veces en la prueba de sonido y no se le tuvo que decir nada. Me impresionó porque, sin desmerecer su talento, para aprenderse los temas de los Felipes igual hay que sentarse a hacerlo -considera SebaBala, el bajista. Y la tercera razón es que el concierto marcó el acercamiento definitivo entre el quinteto y el propio Billy Gould, quien terminó siendo el productor del más reciente disco del grupo y lo editó en su sello disquero, Koolarrow.
-Ésa fue la ocasión en la que decidió producir nuestro disco. Nos reconoció como banda y entendió cómo trabajamos internamente -apunta Metraca, el baterista. Ese disco se llama Comenzará de nuevo (2012) y, tras estar disponible para su descarga digital desde el sitio de Koolarrow, el pasado 9 de abril salió a la venta en CD en EE.UU. por intermedio del mismo sello. "Más que productor o que dueño de un sello él es un músico", distingue Metraca acerca de Gould, quien se hizo cargo de la mezcla del disco. "Es ultra respetuoso. Se parece a nosotros, en no querer pasar a llevar a las personas".
-¿Se nota la mano suya en la producción?
-Totalmente. Queríamos que se involucrara. Tiene un estudio en su casa mejor que todos los estudios que hay en Chile. Y la mezcla es un proceso creativo también, porque aparte de ver los niveles él metía efectos, daba protagonismo a ciertas partes sobre otras. Me acuerdo de que en los primeros mails usó frases como "¿Cómo quieren el disco, que sea nublado, más oscuro, como un día lluvioso?". Suena como esotérico, pero de repente con los músicos es más fácil comunicarse así. Más que ser tan técnico es mejor una palabra como "nublado".
-¿Pero nublado es lo mismo para ustedes que para él? ¿No es un poco abstracto?
-Claro. Pero, al ver el resultado final, el nublado de San Francisco es parecido a las nubes de acá.
Efecto pendular: los discos
Con este nuevo álbum suman cinco los títulos en la historia de Cómo Asesinar a Felipes, un grupo iniciado en 2007 que ha grabado los discos Cómo Asesinar a Felipes (2008), Un disparo al centro, con músicos de orquesta sinfónica (2009), Colores y cadáveres, con invitados rockeros, raperos y jazzistas (2010) y el propio Comenzará de nuevo (2012), además del DVD en vivo Operación Teatro Oriente (2010). Y al respecto, con la perspectiva de seis años, SebaBala y Metraca detectan un patrón pendular en esa historia.
-En el primero tiramos toda la carne a la parrilla, nos estábamos conociendo -recuerda el bajista-. Después hicimos un disco más introspectivo: el sonido orquestal le da una onda mucho más introvertida. Luego volvimos al (compás) de 4/4 porque hablamos de que necesitábamos canciones más apacibles, más agradables, quizás era mucha información cuando tocábamos el Disparo al centro entero. Y el cuarto disco lo volvimos a hacer para nosotros…
-Palabras de Koala Contreras -cita Metraca-: lo que hemos descubierto es que hacemos un disco más liviano o jovial y después algo más cargado, más pesadito. Ése es nuestro ritmo. Ahora tenemos ganas de hacer algo más livianito…
-Pero con una vuelta felipesca -dice SebaBala.
Una muestra de la dinámica del disco nuevo se oye en "El recurso popular más válido", una composición de largo alcance y con cierta influencia rítmica latinoamericana. "Felipe (el baterista) tenía bien presente la onda latina, folclórica", dice SebaBala. "Somos una banda rapera pero también somos capaces de crear folclor. Estoy exagerando los polos, porque tampoco somos raperos, pero somos de acá, Latinoamérica tiene un poder súper fuerte de tierra".
Hay un indicio similar en otra pista del disco nuevo: el instrumental "Siempre será lo mismo" era conocido como "el joropo" al interior del grupo. "Cuando lo tocamos en Argentina (en noviembre y diciembre de 2012) la chica que nos llevó dijo 'Che, ¿y eso es una chacarera?'. Así que algo de latino tiene", dice el baterista. "Si lo que hacemos va para varios lados hay que sacar provecho a eso: si vamos a un lado medio panketa hay que ser panketa, sin dejar lo nuestro, que tampoco lo vamos a dejar", concluye SebaBala, y Metraca está de acuerdo: "La esencia ya está".
En general son vetas de rap, de rock y de jazz las que conviven en el repertorio del grupo, caracterizado además por los frecuentes compases irregulares o asimétricos -también llamados odd meters o "métricas raras" en inglés- en que están inscritas varias de sus canciones: cifras como 5/8 o 7/8, en vez de la cuadratura convencional. Y sólo seis canciones componen el disco nuevo, con un promedio de cinco minutos 41 segundos de duración, lo que habla también del espacio que se dieron para composiciones de largo aliento.
-Nos quisimos tomar los tiempos. Muchos temas tienen esos desarrollos -dice Metraca. "La gente tiene que también aprender a escuchar a los Felipes, encuentro yo", agrega SebaBala.
-¿Se trata de provocar un poco a la gente?
-Sí, es un poco punzante también la propuesta -dice el baterista.
-La música es eso -coincide el bajista-. Tienes que estar todo el rato provocando.
Pregunta técnica (1): los compases
Pese a eso, al mismo tiempo los músicos concuerdan en que han generado una complicidad creciente con el público, según los distintos tipos de escenarios en que les ha tocado actuar.
-Antes tocábamos lo que nos daba la gana, independiente del lugar. Hemos aprendido de a poco a buscar en nuestro repertorio lo más ad hoc para los distintos tipos de locales, para mantener al espectador bailando y que quede contento -dice Metraca.
A ese proceso ayudó la experiencia de tocar en festivales de jazz, agrega el baterista. "Ahí tocamos nuestro repertorio más jazzero. En otros festivales nos damos más libertad de tocar lo experimental. Como nuestra música no es tan bailable a la primera…"
-A menos que uno aprenda a bailar en cinco octavos.
-Y en ocho y en nueve… -suma Sebabala-. La métrica interrumpe, pero se puede llevar la danza a través de nuestra música. Acabamos de grabar un video ("Alto") donde hay una bailarina, y a mí me entusiasma mucho ver a la gente bailar, no niego eso para nada. Esa sinergia que se produce ahí ha calado hondo.
-¿La gente está aprendiendo a moverse en compases raros?
-Sí -dice Metraca-, pero ya estamos trabajando en nuestro próximo disco y las ideas que están saliendo son más accesibles. Más tribales. Por lo menos yo como compositor quiero que la gente igual baile. Estamos viendo algunas cosas medio latinas, bien de tambores, me puse a estudiar hartos ritmos latinos, afrocubanos, peruanos. Pero no voy a tocar un landó como se toca, sino que lo doy vuelta.
-¿Cuáles son los compases más frecuentes en las canciones del grupo?
-Pregunta técnica -detecta SebaBala-. Yo creo que el cinco domina más que el siete. ¿O no? Cinco octavos.
-Al Koala le gusta el cinco para rapear -dice Metraca-. Le tiras cualquier beat en cinco y se sube al tiro.
En cinco tiempos están inscritas canciones como "Un disparo al centro", "Alto", "De doble filo" y el coro de "Alerta roja", compuesta para el disco 1977 (2009), de Ana Tijoux. Y en siete están "Nada más, nada menos", el final de "El jardín" y parte de "En busca de un nuevo sueño", del primer disco, una de las canciones favoritas del público.
-Siempre me sorprende que sea una especie de single -dice el bajista acerca de esa canción-. El coro caló en la gente: "Vámonos pa'l norte", gritan con nosotros, es súper eufórica. Podría decir que es el tema taquillero, pero las estrofas son una cuestión lenta, en siete, que sube de a poco, con bulla, con silencio. Es súper libre, súper raro.
-¿Ése es un ejemplo de cómo cambiar la mente del auditor?
-Me encanta esa cuestión.
-Es súper cortado. Eso me gusta: acostumbrar un poco a la gente -agrega Metraca-, estamos como luchando para que Chile no sea un país estrictamente pop. No sé si será verdad pero los medios dicen que afuera la llevamos en el pop, y somos secos pa'l pop, y ¿qué pasó con nosotros? (se ríe). Por eso es rico hacer bailar a la gente. Porque nuestros fanáticos se saben las canciones de memoria, los quiebres, los cortes, y saben cuando viene algo en siete y lo bailan en siete y no quedan pasados: saben que viene algo raro y lo interpretan.
Música sin descartes: extremo cariño
El público ha tenido seis años para aprenderse los quiebres y cortes de Cómo Asesinar a Felipes. El primer concierto del grupo fue el 22 de marzo de 2007 en el bar Mágiko, fecha especial por partida doble.
-Es el cumpleaños del Koala -dice Metraca. "De hecho para su cumpleaños el Koala esa vez tocó cuatro veces", recuerda SebaBala: entre ellas el rapero actuó con Cómo Asesinar a Felipes, como Koala Contreras y en su grupo de rap FDA. "Echó toda la carne a la parrilla en el mismo día: el Festival Koala Contreras".
Sólo cuatro canciones tocó el quinteto esa primera vez: fueron "Influencia", "En el jardín", "Alerta roja" y "En busca de un nuevo sueño", cuando el baterista ni siquiera había comprado el piano eléctrico Fender Rhodes que hoy es pivotal en el equipaje de Cómo Asesinar a Felipes. Desde entonces el grupo ha compartido escenarios con gente tan variada como Gepe, Ana Tijoux, Perrosky, La Mano Ajena, Ángelo Pierattini, Álvaro España, de la banda punk Fiskales Ad Hok, y Epicentro, de los veteranos raperos Calambre, entre muchos otros.
La mencionada canción "El recurso popular más válido" fue en rigor un anticipo. Cómo Asesinar a Felipes la incluyó primero en Música X memoria (2011), un disco compartido con otros doce grupos y solistas, editado por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. "Ese tema es la piedra angular para lo que vino después", dice el bajista. "Nunca hemos hecho un tema que haya quedado fuera de un disco", saca la cuenta el baterista. "Toda la música que hacemos se queda en los discos. No tenemos rarezas".
-No es como los Red Hot (Chili Peppers), que Rick Rubin les pide cuarenta temas y él elige doce nomás -contrasta SebaBala.
-O como Jimi Hendrix, que sigue sacando discos con rarezas -sonríe Metraca-. Lleva setenta años muerto y sacó un disco hace como dos semanas.
-En el caso de ustedes puede ser por dos razones: que producen poco o que tienen extremado cariño por lo que hacen.
-Extremado cariño -vota el baterista.
-Está buena esa definición, la voy a guardar -coincide el bajista-. Es verdad.
-Creemos que las canciones quedan bien hechas, quedamos conformes -agrega su compañero.
-No es indulgencia.
-Claro, y no es de orgullo: el tema esa así y no hay necesidad de modificarlo.
Pregunta técnica (2): los samples
Antes de bautizar las canciones con sus títulos definitivos, muchos grupos suelen darles nombres informales durante los ensayos. Y la colección de esos nombres habla de las variedades que se escuchan al interior de Cómo Asesinar a Felipes.
Así, "De doble filo", del disco nuevo, es conocida como "la Tool", en alusión a la banda rockera Tool. O "La puerta no se abre sola", de Un disparo al centro (2009), es "la Radiohead". "Cuando la verdad no encaja", del mismo disco, es "la Cypress", por el grupo de rap Cypress Hill. Y uina parte de "Formo parte de un engaño", del primer disco (2008), es "la Michael Jackson".
Las influencias de cada integrante se baten entre el rap de Koala Contreras, la música incidental de Submarcos, las citas que corta y pega DJ Spacio y el jazz o el rock que suman SebaBala y Metraca. "Cuando andábamos de gira por el sur escuchábamos harto rock progresivo en la van", recuerda el baterista, y menciona ejemplos de grupos tan diversos como King Crimson, Can, Tool o Pink Floyd. "Y DJ Spacio se esfuerza harto por mostrarnos música, según las ideas que vamos conversando", agrega el bajista. "Nos trata de ir guiando".
-¿Qué porcentaje de samples que usa él son capaces de reconocer los demás?
-Yo prefiero preguntarle -dice SebaBala-. Hay un diálogo, me gusta saber quién está hablando, porque a uno lo representa. Él es súper certero en su trabajo, pone algo que es para el tema.
-Es ingeniero, así que es bien cabezón -coincide Metraca-. Es fanático del cine, maniático. Lo cocina durante harto tiempo.
-Estamos acostumbrados a un trabajo colectivo -pone en contexto el bajista respecto de esa comunicación interna-. Si te das cuenta todas las que hemos nombrado son bandas, casi ningún solista. Hemos sido súper románticos, en el sentido de trabajar con cuatro personas al lado. Encuentro que están un poco en extinción las bandas en Chile, no sé si porque es más fácil tocar solo. Siento que el rock en Chile está súper dejado de lado. No hay una banda que hayan tirado para arriba y que haya conquistado al público rockero.
-Queremos rescatar que es un arte colectivo -corrobora el baterista-. La otra vez leía en un libro que todo el formato de la música se va achicando, desde el tamaño de los reproductores hasta las bandas: antes eran big bands, ahora es un DJ solo. Hay mucho solista ahora en Chile. Es más fácil también para salir a tocar, tiene muchas más comodidades, pero yo por lo menos soy fanático de lo colectivo. Si compongo algo, me encanta que lo cambien, que aporten ideas.
-Es un trabajo súper humano en el sentido de que uno va aprendiendo, más que como músico, como persona, a dar, a ser generoso. Exagerando, uno podría decir que el mundo es mucho mas egoísta, individualista, y este trabajo musical nos ayuda a mantenernos con los pies en la tierra.
-¿Tener un grupo es un gesto político?
-Es como ser solidario -dice SebaBala-. Es como cliché la palabra, pero funciona.
-Sintonizar varias mentes en función de una obra para mí tiene más valor que una mente sola, aunque sea la de un genio -distingue Metraca-. La música que hacemos, más que de las influencias que tenemos, se da por cómo nos llevamos, por las personalidades. En el momento creativo cada uno aporta de tal manera que vamos armando esto entre todos.
-¿Es ser desprendidos, lo contrario de ser posesivos?
-Tal cual, es ser desprendidos. Pero a la vez es querer como tuyo lo nuevo que nace.