Son distintos roles los que juega Felipe Cadenasso según los lugares donde se dedica a hacer música. Va al frente como cantante y guitarrista si se trata de Matorral, el trío de rock que integra desde 2000. Pone esa misma guitarra al servicio de otras canciones como parte del grupo del cantante Leo Quinteros. Su lugar está fuera del escenario cuando produce discos para otros músicos o compone música incidental, como la que hizo para la serie de TVN "Cumpleaños" (2011), de Leonardo Valsecchi. Y también está el espacio en el que tiene sus canciones más personales. Aunque ni siquiera ahí renuncia a tocar en grupo.
El nombre de ese grupo es un apellido. Su apellido: Cadenasso. Y en estos días el grupo está presentando el más reciente de sus tres discos: El movimiento (2009), el registro en vivo Estudio Elefante (2011) y el actual Un ejercicio (2013), que tiene un título a tono con los varios ejercicios que el músico está probando. Por ejemplo, el lugar que eligió para el lanzamiento, el pasado sábado 20 de abril: en vez de un bar, la plaza de la esquina de su casa, en el barrio Concha y Toro de la capital. O, por ejemplo, el modo que eligió para difundir las primeras dos canciones: en vez de mostrar las versiones del disco, ha estrenado un video con las mismas canciones en modalidad acústica y en vivo, filmadas en 2011 por el realizador Cristian Salinas.
-Estábamos probando algunas técnicas de grabación y de interpretación, viendo lo que pasa con todos tocándola en directo -dice el autor, a propósito de esas dos canciones, "Aprendiz" y "La puerta"-. Creo que "La puerta" es un buen single.
-Una buena manera de entrar.
-Sí, tiene un ambiente medio nostálgico o algo así, siento que a la gente le llega. Eso pensaba yo: hay que entrar al disco por la puerta.
Un paraje que limita con el desierto
La actual formación de Cadenasso consiste en Felipe Cadenasso (voz, guitarra y teclados), Antonio del Favero, que se pronuncia Fávero (guitarra), Gonzalo Planet (bajo), Ítalo Arauz (batería) y la cantante Natisú (voces y percusión). El disco fue hecho con más gente: por ahí pasaron los cantantes Leo Quinteros y Mowat en voces, Ángela Acuña en chelo, Bernardita Martínez en contrabajo y Alejandro Gatta en batería. Y hubo otros ejercicios involucrados, dice el guitarrista, a distancia del sonido más acústico de El movimiento.
-Claro, en ese disco no hay batería. Creo que aparece una caja (tambor) en una canción, "No nos extraña". Y acá hay batería casi en todas. Hice cosas distintas, grabé con un micrófono al frente de la guitarra: se escucha el metal de la cuerda, con los dedos. O al Ale (Gatta, el baterista) le pedí desarmar el set de batería y grabar más por piezas: tambores, timbales, platillos. Al principio rayaba con la idea de que, no sé por qué, íbamos a tocar todos de pie.
-¿Y no va a ser así?
-No, era una fantasía. Al final son puras vueltas que nos dimos para llegar a esto (el disco). Pero sirvieron. Quedaron.
En Un ejercicio quedaron registradas canciones que Cadenasso ya había mostrado en vivo, como "Japón", que figura en el disco previo Estudio Elefante (2011). Otra, "La jefatura", fue pensada al inicio para el disco Música X Memoria (2011) publicado por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, pero luego el autor optó por otra canción para ese disco, "El condenado". Y ambas tienen mucho en común. "Siempre pienso que tienen que ver con el norte y con un uniformado, con una persona que se resuelve a sí misma en ese contexto", dice.
A propósito de desierto, también figura una canción llamada "Mejillones", mención al mismo pueblo homenajeado en el viejo foxtrot "En Mejillones yo tuve un amor", de Gamaliel Guerra. Aunque con otro sentido. "No tiene nada que ver, es el opuesto", avisa al tiro Felipe Cadenasso. "Siempre he imaginado a Mejillones como algo que fue importante y ahora está abandonada y triste, un paraje que limita con el desierto y no tienes escapatoria. Por eso lo usé como una figura. Por la fantasía de que todo al final se reduce y desaparece".
La visibilidad es un mito
Un lugar especial tiene "Un ejercicio", la canción de la que nace el título del disco.
-Esa canción me abrió rumbos, porque hay harto de vals en el disco -dice el autor, y menciona canciones como "La jefatura" y "Raramente temprano" además de la misma "Un ejercicio"-. Me gustaba la idea de un ejercicio porque el disco se hizo un poco así, terminé grabándolo en la casa y aprendí a hacer sonar las baterías como había querido hace mucho tiempo: a Ale (Gatta) le pedí que tocara despacio. Hay cierta resonancia en el parche (del tambor) que es distinto cuando tocas despacio.
Felipe Cadenasso tiene una imagen para graficar ese efecto. "Es como cuando golpeas el agua: se produce una ondulación distinta si lo haces fuerte o despacio. Como el parche vibra, son ondas: quería que el timbal sonara más grande. Eso hicimos con la sesión de 'La puerta': tocamos despacio, dándole a mango al volumen. Entonces tiene caleta de hiss (ruido ambiente), y me encanta. Hay varias formas de hacer música y está todo bien con todas, pero me encanta cuando escuchas algo de cerca, y filo con el hiss: si estás haciendo un zoom a todo, obvio que va a subir el ruido ambiente".
-¿Como el grano en una fotografía?
-Sí, es como un foto, aparece el grano: es más HD al final escuchar así.
-¿Es ruido, pero es lo contrario de baja fidelidad?
-Claro. ¿Has escuchado el disco de Mark Hollis? (el cantante del grupo inglés Talk Talk, que publicó como solista el disco Mark Hollis en 1998). Suena maravilloso. Él también ha sido súper inspirador para Antonio (del Favero), para mí, en la grabación, la aproximación a la música, la pausa, darse el tiempo, el espacio, los silencios.
-¿Ese disco en especial, o lo que hizo con Talk Talk también?
-Lo que hizo con Talk Talk también, el tratamiento que da a la música. Sentimos cierta identificación también con el hecho de no estar tan expuesto como figura pública, ese tipo de cosas. Encuentro que como la música es tan buena uno se cuestiona "qué loco que no necesite lo otro (la exposición)".
-Pero alguien como Mark Hollis vive en el primer mundo, donde hay un mercado incluso para una minoría. ¿Se puede traducir eso tal cual? En Chile a lo mejor ni siquiera habría formado Talk Talk y estaría trabajando en otra cosa.
-Exacto, exacto. Te lo mencionaba como un personaje, pero pienso en músicos que mueven su trabajo de otra forma. La otra vez fuimos (con Matorral) a unos programas y pensaba si era necesario estar ahí, que nos presenten como "¡Matorral!…". No sé si me interesa tanto utilizar ciertas plataformas de venta, por no poner tu trabajo en el mismo cajón que el auspiciador de esos espacios. Hay un tratamiento que estereotipa sin querer. Por decirte algo: las cortinas (musicales) de las radios. Quizás no es necesario estar en todas, uno debiera escoger. Pero entiendo que la música popular está más en el cajón de la entretención, y uno tiende a no preguntarse antes: ¿necesito caleta de exposición, fotos, una buena pinta, esto y lo otro…?"
-¿Y necesitas?
-No, creo que no. Por otro lado si tu música tiene cierto… no sé, discurso, quizás no tienes por qué usar las mismas lógicas del mercado. Porque no estás vendiendo lo mismo que vende todo el mercado.
-¿Es un mito asociar el "éxito" con la visibilidad?
-Sí, se puede tocar en vivo, apuntar a un público que no necesariamente tiene que ser lo más masivo, pero sí informado… También me parece interesante usar Internet, pero hay distintas maneras por ejemplo de hacer videos. Me dado cuenta de que nunca me ha gustado tanto hacer videos, nunca he quedado muy satisfecho.
-¿Es un reparo estético además de político? Desde las cortinas musicales hasta los auspiciadores…
-Claro. No tengo nada contra la empresa, pero por ejemplo siempre me ha chocado mucho la publicidad. Parece que estoy como traumado, como estudié publicidad.
-¿Y estudiaste lo suficiente como para quedar traumado?
-Yo creo. Como cuatro años y medio, terminé la carrera. Y tengo una visión ultracrítica sobre eso, entonces tratarme a mí mismo como un producto que tiene que venderse… No quiero ponerme ni poner a la música por debajo de ciertas cosas. Cosas que a estas alturas ya me dan pudor, que ya no hice y no haría.
-Es interesante que no sea por resignación, sino por opción.
-Claro, a esta altura pienso que he aprendido cosas musicales que me tienen más satisfecho, usar la voz, componer de una forma que siento más madura en las letras. Como estoy más tranquilo con eso necesito menos lo otro.
-¿Al final basta con hacer los discos y las canciones?
-Claro. Esto es lo que hacemos al final.
Plazas, casas, galerías: lugares posibles
Actuar en directo es algo que Cadenasso se dispone a intensificar este año. "Quiero tocar más seguido el 2013", dice. "Me interesa encontrar lugares para presentar este disco en los que estemos cómodos".
-¿No es casual que hayas elegido una plaza para el estreno del disco?
-No. Me gusta mucho tocar en esos lugares. Y en las casas también. Ojalá encontrara salas donde se pueda escuchar música. Porque hay hartos lugares que funcionan y tienen su público, pero muchas veces en fiestas. Me encantaría tocar en galerías de arte, en una situación en la que vas a escuchar música no necesariamente en el contexto del bar a las tres de la mañana.
La primera vez que Cadenasso tocó solo fue en un bar, el 8 de junio de 2006, en El Clan, del capitalino barrio Bellavista. Fue una embrionaria actuación acompañado por Gonzalo Planet, de Matorral, y Bernardita Martínez, de Guiso, seguida a la semana siguiente por otra en el bar El Living donde se sumó el baterista Álvaro Gómez, también de Guiso. En el repertorio de esos dos primeros años había canciones como "A tus pies" (que recién a fines de 2012 lanzó como single junto a la canción "Ya") y "Solo", una especie de foxtrot con contrabajo. "Por ejemplo esa canción ("Solo") se perdió en el limbo", dice.
Después de esas fechas iniciales, una primera alineación grupal incluía a Daniella Rivera (violín), Ricardo Carrasco (trompeta), Bernardita Martínez (contrabajo) y Gonzalo Planet (bajo): fue la época en que el grupo se hacía llamar Cadenasso y la Corporación y teloneó el show que el cantante francés Benjamin Biolay dio en el Teatro Oriente de la capital, el 26 de abril de 2008. Y luego vino una transición en vivo con Alejandro Gatta en batería, para empalmar con la actual alineación.
-¿Cadenasso es ahora más que nunca un grupo? La pregunta eterna: ¿es el nombre de un grupo o de un solista?
-Yo lo veo como un grupo de gente que se junta a tocar. Yo compongo y ésa es mi pega aquí, una especie de dirección musical, no puedo obviar eso. Pero la idea para mí es que sea un grupo de gente.
-¿Siempre fue así o antes era más difuso?
-No. Ojalá que fuera una banda: siempre pensaba eso. No quería armar una banda para hacer algo tan colectivo desde la composición, pero sí colectiva en el funcionamiento, de que todas las ganancias fueran en partes iguales.
-Por eso es Cadenasso, no Felipe Cadenasso.
-Sí.
-¿Hay más casos así, de grupos que tengan el mismo nombre de un integrante?
-Bueno, por ejemplo (el dúo chileno) Perrosky: es un nombre de fantasía para un grupo, pero en los créditos aparece él (el cantante Alejandro Gómez, también conocido como Perrosky) con ese nombre.
-O es la solución que encontró Bon Jovi: él se llama Jon Bon Jovi y le puso Bon Jovi a su grupo.
-Pero Bon Jovi le cambió letras al nombre.
-Cierto, se llama Jon Bongiovi. No es influencia para ti, como Mark Hollis.
-Es una influencia. Sobre todo en el tema de los peinados.