James McAvoy protagoniza la nueva película inspirada en las historias de Welsh.
AFPBRUSELAS.- El escritor escocés Irvine Welsh ya llegó a Cannes para presentar la película "Filth", cinta basada en una de sus seis novelas.
Tras el éxito de "Trainspotting", el británico se ha especializado en personajes del llamado "realismo sucio", marginados, desquiciados, que se adentran en lo "absurdo de la condición humana".
Escrita en 1998, "Filth" cuenta la historia de Bruce Robertson, un detective de Edimburgo, adicto a las drogas y el sexo, a quien debido a sus excesos se le aparece un sarpullido en sus genitales y un parásito en el intestino que acaba convirtiéndose en la voz de su conciencia.
Esta vez su libro fue llevado al cine por el también escocés Jon S. Baird y la película está protagonizada por su compatriota James McAvoy ("X-Men: Primera generación"), quien también participó en "Trance", la última película de Danny Boyle, director de "Transpotting".
Tal como prima en casi toda la obra de Welsh, que se ha catapultado como el cronista de la escoria británica, en "Filth" hay mucha violencia, droga y sexo.
Pero Welsh cree que sus personajes se pueden encontrar en todos lados. Y aquellos jóvenes que crecieron bajo bajo la era de Margaret Thatcher en los años 80, que "volvió más ricos a los ricos y más pobres a los pobres", se ven ahora en todos los sitios del planeta y son moneda corriente en Europa.
Es normal que "haya falta de proyectos o ideales" en un continente que tiene a un 25% de sus jóvenes en el paro, sobre todo España y Grecia, donde la tasa de desempleo de los jóvenes supera el 50%, comenta.
"Si eres un joven que vive en un plan estatal de vivienda y eres bastante inteligente, ¿porqué te endeudarías el resto de tu vida para obtener un diploma que no te servirá para nada?".
"Al final, tiene más sentido comprarte un ladrillo de cocaína, partirla y venderla", bromea.
Pero el autor, que admitió haber consumido heroína en el pasado, ya hace tiempo que se jacta de una vida "limpia".