"Tengo dos grupos: un del siglo pasado y uno de este siglo"
"Y me parece excelente", dice el cantante y compositor de Los Tres y de Pettinellis. Con el segundo de esos grupos, iniciado en 2001 y reactivado hoy, Álvaro Henríquez se presenta este viernes 24 de mayo en el Teatro Caupolicán.
El santiaguino Teatro Caupolicán ha sido escenario de jornadas importantes para Álvaro Henríquez en los últimos tres años. El 9 de julio de 2011 el cantante y guitarrista subió con Los Tres a celebrar en vivo las dos décadas del primer disco del grupo, Los Tres (1991). Al año siguiente, el 4 de abril de 2012, el mismo grupo volvió al lugar para dar esta vez un concierto acústico. Y un año más tarde, este 24 de mayo de 2013, Henríquez va a agregar una tercera fecha a la serie, pero ahora con el segundo grupo de su carrera: Pettinellis.
Es un relevo fiel a la historia. Pettinellis es el grupo que el cantante formó en 2001, once meses después de la separación de Los Tres en 2000, y durante sus tres años de actividad inicial se inició con una versión de "Arriba quemando el sol", de Violeta Parra; publicó el disco Pettinellis (2002) con éxitos radiales como "Hospital", "Ch' bah puta la güeá" y "Un hombre muerto en el ring", grabó la banda sonora de la película "Sexo con amor" (2003), de Boris Quercia, y tocó en el Festival de Viña de 2004 antes de separarse en ese mismo año.
Ésta será la tercera reencarnación del grupo. Si los integrantes originales fueron Álvaro Henríquez (voz y guitarra), Camilo Salinas (teclados), Cristián Espiñeira relevado por Pedro Araneda (bajo) y Nicolás Torres (batería), en La Yein Fonda de septiembre de 2010 el cantante reapareció con una formación de Pettinellis junto a Joselo Osses (teclados), Sebastián Cabib (bajo) y Manuel Basualto (batería). Y en La Cumbre del Rock Chileno III celebrada en noviembre de 2012 el grupo fue encargado de cerrar el festival, esta vez con nueva alineación.
Son los mismos integrantes que hoy dan forma a Pettinellis, con Álvaro Henríquez (voz y guitarra) secundado por tres de los cinco músicos de Primavera de Praga: Leo Saavedra (teclados), Pablo Freire, alias Frito (bajo) y Boris Ramírez (batería), el cuarteto que este viernes 24 va a subir al escenario del teatro de Calle San Diego. "El Caupolicán es un lugar muy grosso", comenta Henríquez, "porque es un teatro hecho para conciertos. Bueno, también ha habido peleas de box, discursos políticos, es un teatro con mucha historia y es muy importante para cualquier grupo chileno ir y tocar en ese lugar".
Pettinellis en Primavera: cuarteto estricto
El repertorio de la jornada va a ser estricto, adelanta el cantante.
-Vamos a tocar el disco completo y además algunos covers como 'Arriba quemando el sol' y por ahí alguno que otro instrumental también. Nos vamos a concentrar en los Pettinellis, completo, con casi todo lo que salió editado y canciones que no hemos mostrado casi nunca en vivo. "Sexo con amor" creo que la tocamos una o dos veces. Va a ser un gran momento para tocarla de nuevo.
-¿Qué recuerdas de las reapariciones previas del grupo, en La Yein Fonda de 2010 por ejemplo? -En ese tiempo estaba tocando con Joselo (Osses), que ahora toca con Chico Trujillo, otro excelente músico y cantante, y con el Primo (Rodolfo Henríquez, músico cuequero que también acompaña a Los Tres), Chiporro (Sebastián Cabib) y Manuel Basualto en batería. Después de haber hecho el disco solista (Álvaro Henríquez, publicado en 2004) ése era el grupo de choque, como quien dice: como la guerrilla.
-Era como el GAP. -Claro -se ríe-, exacto, la guerrilla Pettinellis, entre el grupo y el disco solista. Por eso una de las diferencias que va a tener este concierto es que no va a incluir canciones de mi disco solista. Así nos podemos concentrar en la música de los Pettinellis, ir a la raíz.
-¿Y el año pasado al final de la Cumbre del Rock Chileno? -Lo pasamos muy bien, un poco tarde tocamos pero fue entretenido ser considerado en La Cumbre del Rock del 2000 para adelante. O sea, tengo dos grupos, uno del siglo pasado y uno de este siglo, y eso me parece excelente. Fue una sorpresa para mí que invitaran a los Pettinellis como un grupo influyente e importante en este período, así que estuvo muy entretenido. Pero ésta va a estar más entretenida, porque hemos ensayado más, hemos pulido muchos detalles y vamos a hacerlo a cuarteto, además. No va a ser con músicos de soporte ni ayudas de afuera. Vamos a tocar tal cual como Pettinellis: cuarteto. Una guitarra, un bajo, un teclado y una batería.
-¿Hay una convicción musical en eso? -Totalmente, y tiene que ver con que el grupo partió así y también con el hecho de que los Primavera de Praga, con quienes voy a tocar, son excelentes músicos y tienen toda la onda medio Deep Purple o Kula Shaker en el diskette personal de cada uno. Es música que me gusta mucho, y este formato de tocar con un teclado, una guitarra, un bajo, una batería hace que se defina todo mucho mejor. Cuando hay dos teclados o dos guitarras tiene a borronearse un poco la imagen, pero en este caso está saliendo todo derecho.
-¿Qué diferencia dirías que hay entre los músicos que grabaron el disco y lo que haces ahora con los integrantes de Primavera de Praga? -Si me preguntas, en realidad prefiero esta alineación, por las influencias, la forma de tocar y la personalidad que tienen. Nos llevamos increíblemente, lo pasamos muy bien tocando, sin desmerecer tampoco lo que hicimos con los músicos anteriores. Lo que se logró es un sonido que yo tenía pensado. En el fondo Pettinellis fue como un disco solista pero con una chapa, hablando del GAP: en vez de llamarse Álvaro Henríquez fue Pettinellis.
Historias que marcaron a fuego
Hace doce años, al inicio de la historia, Los Tres habían dado sus últimos conciertos en mayo de 2000, y fue al año siguiente, el 18 de abril de 2001, que Pettinellis tocaron por primera vez en público con una actuación en el restaurant santiaguino Liguria, seguida por el estreno formal el 5 y el 6 de mayo en la sala Cultural 608, situada en el Teatro Facetas de la capitalina avenida Vicuña Mackenna. Fue el debut y el bautismo oficial del grupo, nombrado con el apellido materno de Álvaro Henríquez Pettinelli.
-Ahí fue -recuerda el cantante- cuando el dije a mi padre: "Aló, Fidel, cómo estás". / "Bien, hijo, y tú". / "Muy bien también. Te cuento que ya terminé con Los Tres y ahora voy a hacer un grupo nuevo. Y con tu apellido, que yo también llevo, tú has estado como nueve años más o menos en la palestra, entonces en vez de Álvaro Henríquez ahora le toca a mi madre. Le voy a poner Pettinellis".
-Lo que no quita que justo en ese disco hay una canción llamada "Fidel". -Exactamente. Lo que pasa es que la muerte de mi padre ocurrió justo entonces. Tiempo después de ese primer concierto allá en Vicuña Mackenna, a fines de octubre, murió mi padre -recuerda el cantante: su padre, Fidel Henríquez, Presidente de la Corte de Apelaciones de Concepción, murió en octubre de 2001-. Entonces me pilló justo cuando estaba componiendo para este disco de Pettinellis, y ahí le hice la canción. Y ahí como que se armó la otra mitad del disco, porque también llegó mi hija, Olivia, en el 2002, que es otro de los momentos importantes de la vida. Por lo mismo es un disco muy profundo para mí.
-De hecho están las figuras del padre y de la madre en el disco, porque también grabaste "Cuando una madre llora", una canción que venías tocando desde antes. -Sí, ésa fue la primera canción que hice pensando en formar otro grupo. Lógicamente mi madre lloró mucho cuando se murió mi padre, entonces fue una canción medio premonitoria en realidad.
-Los Tres ya estaban tocando cuecas de Roberto Parra hacía rato, pero esa era una canción original, que tenía un ritmo similar al de una tonada. -Yo creo que fue el comienzo de las "cuecadélicas", como se puede decir, que es tocar las cuecas pero con sonoridades distintas, con instrumentos y también partes distintas: no hacer con el teclado lo que supuestamente debería hacer un teclado en la cueca, sino otra cosa, y con la guitarra también.
-¿Tienes toda esa época asociada a estas canciones de alguna manera? -Sí, claro, aparte de que como te decía antes es un disco muy poderoso para mí. De repente estamos cantando las canciones y es como… "¿Y esta canción de dónde salió?" Creo que son experiencias e historias que me marcaron a fuego, como la partida de mi padre y la llegada de mi hija.
Otra ética musical: las canciones
En algunos casos hay respuestas concretas para la pregunta por de dónde salieron estas canciones. Dos de ellas, por ejemplo, "Asesino bendito" y "Ch' bah puta la güeá" se originaron en la obra de teatro "Asesino bendito" (2000), montada por la compañía de teatro Anderblú que dirigía Rodrigo Achondo, y en la que Álvaro Henríquez se hizo cargo de la música.
-Tomé el nombre de "Asesino bendito" de la obra de Achondo, que me invitó a participar. Y con ese título tenía que ser alguien mitad terrible y mitad adorable. Entonces el personaje es como una especie de gigante egoísta, que le cargan los niños y los perros y las mascotas. Es de las canciones que me gustan, porque en términos de sonido, de composición, viene de otro lado, de influencias de Beach Boys, High Llamas: son canciones que siempre quise hacer pero que nunca había hecho porque con Los Tres tenemos otra, digamos, ética musical.
-¿"Asesino bendito" es medio hermana de "Niña" también, tienen un parentesco? -Sí, son medio parecidas, por los acordes y la sonoridad. También son canciones más desnudas, más en pelota. "Niña", por ejemplo, tiene un bajo, una guitarra, (el ritmo) va marcado solamente con la caja. Es súper desprovisto, no hay tanta producción, que fue lo que después hice con mi disco solista, con hartas voces, cuerdas. "Niña" y "Asesino bendito" tienen eso: que llenan el espacio sonoro con muy pocas cosas.
-¿Y también ese rasgo doble, entre perverso y dulce? -Sí, bueno. Ése es, no sé: el destino. Como "La torre de Babel" -pone por ejemplo, y simula el momento de escribir la letra de esa cancón de Los Tres-. "¿Qué voy a hacer con este cigarro? ¿Seguirá vivo, se irá con su tío? ¿O se morirá? Se muere: listo. Adiós".
-"No hables tanto", otra de las canciones, ¿funciona como una instantánea de la época también, de la proto-farándula de ese tiempo? -Exactamente, qué bien. Es un homenaje a la proto-farándula, tal, cual -se ríe-. Claro, porque en ese tiempo era "cómo se les ocurre a estos tarados hablar de esto". Pero ahora está masificado, en todos lados, como los celulares. Tiene ese ingrediente de que de repente hablaban de mí por alguna cosa y lo encontraba terrible. Ahora no sería nada. De hecho ya no aparecemos ahí, lo que me parece excelente. Ahora -ironiza-: son los temas importantes, ¿ah? Que a la gente le interesan. Es lo que la gente quiere saber.
-La señora que está en la casa. -La señora que está en la casa. Pato Laguna: ¿qué hacemos con Pato Laguna? Te pregunto a ti. Kenita Larraín: ¿Qué hacemos con Kenita?
-¿Lo que nos habla de la vigencia de estas canciones? Podría haber pasado de moda el tema, pero no. -Claro. Se podría aplicar para otras cosas: si no hubiera farándula ahora y todo eso podría decir que la hice por otra razón. Pero no es necesario, porque está ahí: "sobre tu vida y la de los demás / la vida ajena es tu especialidad".
-¿Qué importancia tuvieron los singles del grupo? ¿"Hospital", "Un hombre muerto en el ring" y "Ch' bah puta la güeá"? -Curiosamente hay gente joven que me conoce por los Pettinellis. No saben que soy el mismo de Los Tres. Y eso me parece excelente. Es buenísimo, aparte de ser muy divertido: conocen esa música, y les gusta esa música. Es como "¿los Pettinellis?": sí. "¿Los Tres?" Nah.
-¿Y todo bien con eso? -Sí, porque después sé que van a escuchar Los Tres y van a decir que en realidad son muy buenos. Pero con los Pettinellis pasa eso, que me logré desmarcar absolutamente de mi grupo anterior, grupo que me encanta también, y lo logré yo creo gracias a "Hospital" y a "Ch' bah puta la güeá". "Ch' bah puta la güeá" no se la esperaba nadie. Ni siquiera yo me la esperaba en realidad.
-¿Además que es ambigua esa canción? Uno no sabe si te gusta o no la "música electrónica". -Esa canción me gustaba mucho y me daba mucha risa además. Y estuvo a punto de quedar afuera del disco. Fue incluída más hacia el final. La tocamos en vivo para ver qué onda, y se escuchaban las risas de la gente. Y hasta el día de hoy es una novedad para mí, esto de tocar con la maquinita esa. O sea, el otro día recién aprendí, gracias al baterista, al Boris, que uno puede cambiarle el tempo (la velocidad) -se ríe-. Han pasado no sé cuántos años y tengo la misma máquina, desde que me la compré el 2000. Nada de comprarse una nueva.
-¿Qué modelo es? -Es una Electribe. Taquilla. Y es bonita porque ya a estas alturas es vintage. En esa época era como una nave espacial. Y lo que suena es un preset (una secuencia que viene programada): o sea, no es que haya hecho un trabajo de ingeniería de este ritmo con este otro, soy pésimo con eso. En el celular llego hasta WhatsApp no más y sería, te podrás imaginar lo que es con una máquina. Preset nomás.
El trip Frank Sinatra
Antes de la aparición de Pettinellis (2002), el disco, el grupo ya había grabado por primera vez en Después de vivir un siglo (2001), disco de tributo a Violeta Parra, su versión para "Arriba quemando el sol". Y más temprano que había salido a circulación también en 2001 un single con esa misma canción. Y con el nombre del grupo mal escrito en la carátula: "Petinellis".
-Con una pura T, sí -recuerda Henríquez-. Me lo hizo notar mi madre, por cierto. "Mijito, pero es con dos T y dos L". "Sí lo sé, madre querida".
Más canciones de los Pettinellis quedaron en el disco en vivo La Yein Fonda II (2001), en la música del documental "Estadio Nacional" (2001), de Carmen Luz Parot; en la citada banda sonora de Sexo con amor (2003), en el compilado Rock & rejas (2004), grabado en vivo en cárceles de la Región Metropolitana, y en el DVD El sueño existe (2005), registro del homenaje al Presidente Salvador Allende realizado en el Estadio Nacional en septiembre de 2003.
Allí el grupo se presentó con el conjunto folclórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en "La cueca sola", símbolo de la lucha de esa agrupación. "Eso fue en el Nacional: nos pusimos de acuerdo con ellas, que fueron señoras muy dulces y muy buena onda", dice el cantante. "Fue muy bonito el haber participado con ellas. Tiempo después, ahora hace poco, el año pasado cuando tocamos en el Caupolicán con Los Tres, también hicimos un tributo a esas señoras que han luchado y peleado toda su vida".
-¿Tienes un recuerdo de cuando los Pettinellis tocaron en la cárcel? Fue en la Penitenciaría en Santiago. -Claro que me acuerdo. Se armó una mocha, cuando estábamos tocando. Con fierros. Salían los guardias, y yo viéndolo desde arriba del escenario. Es más: yo hice una cueca para ellos.
-"Cadena perpetua". -"Cadena perpetua" (la canción grabada en Rock & rejas), exactamente.
-Esa sí es una rareza, ¿o la están tocando ahora? -No, ¿mira, ah? Pero podría ser, por lo que te decía antes: tocar con los Primavera de Praga es un placer, entendernos musicalmente y como amigos, es muy grosso, y realmente quiero seguir tocando con ellos. Es una brisa, una bocanada de aire puro.
-¿Es tanto así que podrían no sólo tocar las canciones que ya están, sino componer otras nuevas de Pettinellis? -También. El otro día estábamos probando y dan ganas, podría ser de más. Con ellos sí.
-¿Podrías tocar en paralelo entre tus dos grupos? -Sí, no es ninguna dificultad y de hecho hace muy bien tener dos o tres grupos. Es tan grosso tocar otra música, y sobre todo con gente que tiene otras influencias.
Al respecto, ya hay otras fechas posibles en la agenda del grupo tras su actuación en el Caupolicán. "Parece que nos vamos a tirar el trip Frank Sinatra", dice Henríquez: una gira por casinos. "Casinos: de la habitación al escenario, del escenario a la habitación. Excelente, ¿no?" Pero más próximas son las actuaciones de Los Tres en el calendario. Justo después del Teatro Caupolicán, al día siguiente, el grupo se embarca en una gira a Brasil para tocar en Rio de Janeiro y Sao Paulo.
-Con esta cosa medio bipolar que tiene hacer giras, tocamos el 24 con los Pettinellis, no vamos a alcanzar ni a celebrar y el 25 nos vamos con Los Tres a Brasil, de una -resume el cantante-. En Los Tres también toca Boris ahora en batería, y cambió la forma de tocar las canciones en el escenario. Y con ellos ni hablar de que son buenos músicos, grandes amigos también, eso está intacto, la química y la onda. Va a ser una súper buena experiencia tocar en Brasil, y cuecas sobre todo, que es lo que más me interesa, a ver qué cara ponen, porque es un país con una cultura musical enorme y mucho rollo con las percusiones además. Entonces a ver qué opinan del tormento y del pandero.