María Izquierdo forma parte del elenco de ''El verano de los peces voladores''.
JirafaCANNES.- La cineasta chilena Marcela Said estrenó hoy en Cannes el largometraje "El verano de los peces voladores", una película que compite en la Quincena de Realizadores y con la que pone al conflicto mapuche en el corazón del prestigioso festival.
El filme, que le hace aspirar además a la Cámara de Oro a la mejor ópera prima, recurre a las relaciones entre un padre y su hija, y entre éste y los empleados de la casa, para relatar la tensión existente en Chile en relación con el tema, donde, a su juicio, no se quiere abordar esa problemática.
No hay voluntad de denuncia política en la cinta, explica la directora, pero ella sí se hace eco de un problema "bastante complejo de entender, del cual ni el Gobierno ni el pueblo chileno se hacen cargo", dice.
"Se trata de una película de atmósfera, más que narrativa o ideológica", y por eso la localización es una casa aislada frente a un lago, con una bruma constante, que adquiere un papel protagonista y metafórico, como espejo de esa falta de visibilidad.
Said había trabajado ya en documentales como "Valparaíso", "Opus Dei" o "El Mocito", y este salto a la ficción, según admite, le resultó un paso "natural" y liberador.
"Tenía ganas de tener más libertad en la puesta en escena, de hacer otra cosa. El documental es bastante restrictivo. Trabajas con personajes reales y los temas que trataba, políticos, eran bastante complicados, por decirlo de alguna manera. En cambio la ficción permite hacer lo que uno quiera", señala.
El punto de partida fue una historia real, que descubrió cuando al visitar una mansión del sur de Chile, la hija del dueño le contó la obsesión del padre por exterminar los peces que habían invadido su lago. Ése fue el pretexto para retratar los conflictos sociales latentes en la zona.
Como protagonistas escogió a actores como Gregory Cohen, Francisca Walker y Paola Lattus, a quienes mezcló con verdaderos mapuches "para dar una sensación completa de realismo".
"Ha sido una experiencia distinta, porque Marcela, al venir del documental, tiene una sutileza muy aguda, quiere un naturalismo absoluto en la película", explica Walker, quien cree que el mensaje político del filme "va más por la ausencia del mensaje, porque muestra la invisibilidad".
Y Lattus, que interpreta a la niñera de la familia, dice haberse motivado por la molestia que le produce la omisión de un conflicto que, pese a no querer tratarse, de todos modos despierta en la gente la conciencia en torno a que "las minorías en Chile y los pueblos indígenas están bastante oprimidos".
La directora incorporó al elenco a su hijo de nueve años, y pese a admitir que el rodaje no siempre fue fácil, ello no ha hecho que merme su interés por la ficción. De hecho su próximo proyecto iría por esa línea, y por ahora sólo adelanta que pasa de la tensión política a la sexual, en un filme que está en fase de escritura y que transcurrirá entre Santiago y París.