Poco más de un minuto. Ése fue el tiempo dedicado por el Presidente Piñera a la Cultura en su última cuenta anual, y que se extendió por poco mas de 140 minutos en total. En otras palabras, siendo generosos, la Cultura alcanzó alrededor del 1 por ciento de su discurso (utilizando el mismo código con que suele comunicarse el Presidente: Los números y porcentajes).
Este 1 por ciento no debiera sorprendernos, pues es altamente coherente con el lugar y la prioridad que históricamente ocupan las artes y la cultura en el sector político que el Presidente encarna. Y seguramente, allí mismo está el origen de la antipatía que genera en el mundo artístico ese sector político, junto a las ideas de fondo que el Mandatario representa.
Así y todo, esperaba más del discurso de hoy. Pero entiendo que un Presidente que se refiere insistentemente a los ciudadanos como "consumidores", y que valora todo con cifras —y que ha conducido un gobierno eficiente en esos términos, digámoslo también—, tal vez observa con distancia el desarrollo de las industrias culturales. No les "encuentra la vuelta", seguramente...
Y es que debe ser difícil mirar con los ojos de la economía de mercado a un sector que a todas luces necesita protección, necesita medidas que "aplanen la cancha" para nuestros artistas y gestores culturales, quienes lidian a diario con una competencia que resulta cruel y desigual. Nuestros músicos jóvenes pelean un lugar en las radios con artistas que vienen avalados por industrias poderosas, y apoyados con recursos que nuestra "industria independiente" no podría ni soñar. Nuestros cineastas pelean un lugar en nuestras salas contra... ¡Hollywood, nada menos! Y sin olvidar que las propias salas —las multisalas que hoy permiten aumentar el tamaño del "mercado", como destacó el Presidente—, son también de propiedad de... ¡Hollywood!
El teatro independiente lucha por su supervivencia cada día, y poco a poco nuestros gestores teatrales comienzan a bajar los brazos. Y ésos son parte de los problemas reales del mundo de las Artes y la Cultura en Chile. Son materias que necesitan intervención del Estado, que preserve la identidad de un pueblo frente a las grandes industrias, pues es en estos temas donde el mercado no regula eficazmente: Simplemente hace desaparecer lo que no vende suficiente, pese a que los Chilenos tienen derecho a disfrutar de una cultura diversa, con distintos colores, matices, y puntos de vista. No sólo consumir el "hit del momento".
Por cierto, no todo está mal. Nadie podría decir que sea malo inaugurar cinco teatros, o que se vayan a inaugurar cinco más. Ni el esfuerzo que representa Red Cultura, o el aumento de los fondos concursables (ahí el problema es otro, pero es muy largo de explicar). La nueva Ley de Donaciones Culturales es un avance discreto, pero avance al fin y al cabo. Y es prometedora la idea de un Ministerio de Cultura (que aún necesita ser ratificada en el Congreso).
En resumen, sabemos que vivimos en un país que tiene grandes temas pendientes en materias cruciales como la educación y la salud. Y que la desigualdad es tan brutal que "salpica" a todos los sectores y actividades. Pero siento que, sin quitarle prioridad a lo anterior, es posible impulsar soluciones para el sector de las Artes y la Cultura, que son urgentes. Pero en fin... Habrá que seguir esperando, con la fe puesta en la sensibilidad de quien asuma en Marzo de 2014.