El busto de de María Carolina de Borbón-Sicilia, duquesa de Berry, una de las obras de Félicie de Fauveau que estará en la muestra.
EFEPARÍS.- El museo de Orsay de París acaba de montar la primera retrospectiva a Félicie de Fauveau, artista que, pese a ser la primera mujer escultora que logró vivir de su artem cayó en el olvido a finales del siglo XIX.
La exposición "Félicie de Fauveau. L'amazone de la sculpture", que puede visitarse hasta el próximo 15 de septiembre, propone un nuevo enfoque sobre la vida y obra de esta mujer atípica, a través de más de 70 esculturas, objetos decorativos, cuadros y la transcripción inédita de su correspondencia.
Pionera, autodidacta, monárquica, católica y soltera, Félicie de Fauveau (Livorno,1801-Florencia, 1886) fue una apasionada de la Edad Media y el Renacimiento, tanto que se la considera la mayor representante del "estilo trovador", conocido por su tendencia a reconstruir una atmósfera idealizada de la época medieval.
Nació en Italia en el seno de una familia de finanzas francesa, sin embargo, arruinados tras la muerte de su padre, tuvieron que volver a París durante la época de la Restauración.
"Era poco frecuente que las mujeres artistas vendieran sus obras, pero De Fauveau supo jugar bien sus cartas y utilizó como pretexto el fallecimiento de su padre y la necesidad de un sustento económico", explicó la curadora de la muestra, Ophélie Ferlier.
La escultora no sólo dedicó su vida al arte, sino que también fueuna "auténtica heroína" de la insurrección en 1831 contra Luís Felipe de Orleans, el último rey de Francia, y a favor del duque de Burdeos, designado por el rey Carlos X antes de su abdicación.
"Podemos hablar de una obra completamente militante, en la que la iconografía está íntimamente ligada a su combate por devolver al trono francés a la rama veterana de los Borbones, representada en la duquesa de Berry y su hijo, el duque de Burdeos", explicó Ferlier.
De Fauveau concebió grabados con mensajes codificados y algunas armas de combate, exhibidas en el museo de Orsay, para apoyar el levantamiento contra el duque de Orleans, por lo que fue arrestada durante ocho meses y una vez puesta en libertad, condenada por rebeldía y obligada a abandonar Francia.
"Este alejamiento de París explica el desconocimiento de su obra en Francia y su progresivo olvido en el resto del mundo", aclaró la curadora.
Entre sus clientes había individuos de toda clase, desde el rey Carlos X, a los ricos aristócratas europeos como el príncipe ruso Anatole Demidoff, pasando por la hija del zar, la duquesa Maria Nikolaevna o familias británicas protestantes como los Lindsay-Crawford.
"Aunque fue una férrea cristiana supo tejer una prestigiosa red de mecenas, sin importarle su confesión religiosa. Por muchas razones, pero especialmente por su calidad artística, Félicie de Fauveau merece este tardía pero indispensable rehabilitación", concluyó la comisaria