Una particular sinfonía se escuchó en las calles de Lisboa.
El Mercurio
LISBOA.- Durante siete minutos, los ruidos caóticos de la ciudad de Lisboa se convirtieron hoy en una armoniosa sinfonía interpretada por los típicos tranvías, decenas de históricas campanas y una hilera de barcos atracados en el río Tajo.
Con el objetivo de transformar la "agresividad" de los ruidos cotidianos en "algo constructivo", el compositor portugués Pedro Castanheira creó una partitura "muy orgánica" a partir de grabaciones de los sonidos originales.
"No le puedes pedir a la bocina de un tren que te dé un Sol o un Fa", razonó Castanheira, quien para la creación de la obra realizó junto a su equipo un estudio acústico para comprender cómo se distribuye el sonido por Lisboa, además de un registro de las campanas.
La peculiar orquesta estuvo compuesta por cien músicos encargados de las campanas de dieciséis iglesias, treinta barcos, seis coches de bomberos, seis tranvías y dos trenes y que estuvieron dirigidos por el autor de 33 años desde la Plaza do Comerço, situada en la ribera del Tajo.
Para su autor, finalmente fue la propia ciudad el verdadero "interprete", puesto que es ella quien decide "cómo se distribuyen los sonidos".
La duración de siete minutos, entre las 22 y las 22.07 hora local, se planteó como un homenaje a las siete colinas sobre las que se construyó la capital lusa, además de coincidir con el tiempo que duró el terremoto que la destruyó en 1755.
Para Castanheira "la creación de esta armonía sonora a partir del caos" es un ejemplo esperanzador para "soñadores" y también una forma de aportar orden a "la vida política y social".