El profesor espera a Sofía en las afueras de su lugar de trabajo. El actor Julián Marrás interactúa con un entorno inspirado en el cómic, en la última entrega de Teatro Cinema.
Montserrat Quezada
SANTIAGO.- Un amor obsesivo, una relación enfermiza, un acto macabro. Ésos son algunos de los ejes someramente descritos en las reseñas que, en las horas previas al estreno de "Historia de amor", circularon en torno a la obra que cierra la primera trilogía de la compañía Teatro Cinema.
Son adjetivos algo difusos, que entregan trazos de lo que se verá en escena, y que desembocan en una advertencia final, casi perdida como nota al pie: "Recomendada para mayores de 16 años".
Pero como en un rompecabezas, todo se cierra al enfrentarse a la más reciente entrega del grupo surgido desde la compañía La Troppa, que anoche tuvo su estreno oficial en el Teatro de la Universidad Católica: Un montaje en que el abuso y el trauma (dos elementos que se atraen tanto como se rechazan) se entrelazan para no soltarse, en un contexto de violencia tanto expresa como latente.
El motor de ello es la historia que se desarrolla entre un profesor de inglés y la joven Sofía, quien detona en el hombre una súbita obsesión que llega en un solo tiempo a su estado máximo, hasta transformarlo en un abusador encerrado en la delirante lectura que él mismo estableció para el escenario generado. Sofía, de este modo, es la víctima, vuelta pronto en presa tanto del sujeto como de su propia imposibilidad de movilizarse hacia una salida.
De este modo, la aproximación unilateral, violenta y forzosa, termina pronto transformándose en una relación de ida y vuelta, con un actor activo y otro pasivo, quienes encarnan un borde de crueldad y una entrega resignada al destino que se presenta. Un vínculo torcido, patológico, a ratos exasperante, y que será el que conduzca a los diferentes hitos por los que transita la obra.
El texto es una adaptación de la novela homónima del francés Regís Jauffret, esta vez configurado de un modo en que el mayor porcentaje del peso escénico, y la totalidad del textual, recaen sobre el actor Julián Marrás, quien comparte roles con Bernardita Montero.
Ambos transitan con habilidad por los diversos espacios que esta vez propone la compañía y la dirección de Juan Carlos Zagal, ahora enmarcados en la estética del cómic. Es en ese contexto —en blanco y negro, con "escenografía" levantada en trazos, viñetas y contraplanos— que la obra explota esta vez el sello distintivo de la agrupación, quienes han hecho propia una mezcla de cine y teatro que, a seis años de su debut, aún encuentra formas de descubrir nuevos atractivos.
Y aunque la apuesta estética es única en el marco de la trilogía, "Historia de amor" termina estableciendo mayor continuidad con la crudeza textual y la precisión visual de "Sin sangre" (2007), antes que con el barroquismo digital y el relativo extravío de "El hombre que daba de beber a las mariposas" (2010).
"Historia de amor" —coproducción de la Fundación Teatro a Mil, Teatro Universidad Católica y Teatro Cinema— tendrá su estreno a público mañana jueves, y estará en funciones hasta el 11 de agosto en el Teatro UC de Plaza Ñuñoa, de miércoles a domingo a las 20:00 horas. Las entradas tendrán valores de $8.000 general, $5.000 estudiantes y tercera edad, y $4.000 miércoles populares.
