Guzmán mira hacia el futuro y dice que este reconocimiento le podría abrir más puertas para conseguir financiamiento para sus producciones.
José Alvújar, El Mercurio.SANTIAGO.- En medio del ajetreo de las actividades del Fidocs, el documentalista nacional Patricio Guzmán recibió esta tarde una llamada que lo dejó perplejo: un periodista le informaba que en Internet circulaba la información de que La Academia de Hollywood lo había invitado a sus filas, junto a Pablo Larraín ("No"). "Esto es una broma", pensó él. No podía ser cierto que le llegara un reconocimiento tan importante…y de una manera tan abrupta.
"Pensé que era una broma, o que había un error en la información", dice a Emol uno de los hombres más importantes del cine nacional, durante un breve descanso de sus actividades como presidente del Fidocs.
No recibió ningún correo electrónico o una carta que diera luces de la invitación porque su residencia no está en Chile. Él vive en Francia con su esposa, Renate Sachse. "Tal vez me llegó allá", dice entusiasmado a sólo horas del anuncio de La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas.
Pese a que obviamente la invitación le generó una gran alegría, no da por hecho que se integre al prestigioso grupo que año a año vota por los ganadores de los premios Oscar. "Habrá que tomar la decisión apropiada, porque yo desconozco el sistema con que funciona La Academia. Me imagino que involucra muchas responsabilidades. En un comienzo iba a responder que sí, pero me gustaría saber las obligaciones", dice tras analizar el privilegiado escenario en el que se encuentra desde hoy.
Para él la invitación- que en el pasado ya recibió el chileno experto en animación Alvaro Arce)- significa un "honor" por el hecho de que La Academia tiene un conocido favoritismo por los documentales en lengua inglesa. Año a año muchas producciones grabadas en otros idiomas quedan fuera de la quina final. Eso él lo sabe por experiencia: le pasó con "Nostalgia de la luz" y "Chile, la Memoria Obstinada".
Esta tendencia ha sido objeto de constantes críticas a la institución por parte de diversos realizadores, quienes también suelen alzar la voz para cuestionar el criterio de los votantes de esta categoría.
"El Oscar documental es muy difícil que se lo den a una película que no sea anglosajona, que no sea de Estados Unidos, de Australia, del Reino Unido. En ese sentido pasa todo lo contrario a lo que ocurre en Cannes. Allí hay más pluralidad", apunta.
Mirando hacia el futuro, Guzmán valora este estímulo como un factor que "nos va a servir para conseguir la atención de los productores para próximos proyectos". Y eso es invaluable para la labor del documentalista.
La buena noticia también llegó a Pablo Larraín. Eso sí que el director nacional aún no puede manifestar públicamente sus reacciones, pues durante todo el día ha estado viendo documentales en la competencia de Fidocs, donde este año es jurado. El realizador, nominado este año al Oscar a Mejor Película Extranjera por "No", continúa así obteniendo un notorio reconocimiento internacional a su talento tras las cámaras.