Katharine Hepburn consechó una de las carreras más exitosas en los primeros cien años del cine estadounidense, con casi cincuenta películas a su haber en más de sesenta años de carrera.
El MercurioSANTIAGO.- Fue la gran dama del cine y una mujer independiente como pocas. Interpretó desde María Estuardo a Leonor de Aquitania, pero hoy, diez años después de su muerte, a Katharine Hepburn se le recuerda por comedias como "Bringing Up The Baby" o "The Philadelphia Story".
La actriz, que desarrolló una de las carreras femeninas más exitosas en el cine, anotó en su currículo cuatro premios Oscar a la mejor Actriz — hasta ahora la única en conseguirlos—, de 12 nominaciones, todas ellas como protagonista, dos Bafta del cine británico, premios de interpretación en Cannes y Venecia y muchos otros reconocimientos,
Considerada la estrella femenina más importante de los primeros cien años del cine norteamericano según el American Film Institute, Katharine Houghton Hepburn (1907-2003) se crió en un ambiente mucho más libre de lo habitual en la América de las primeras décadas del siglo XX, con una madre muy activa en política, que le ayudó a valorar su independencia y a expresar sus opiniones.
Una infancia feliz rota por el suicidio de su hermano Tom cuando tenía 14 años, un hecho que la marcó profundamente, aumentó su ya enorme timidez, pero al mismo tiempo la fortaleció y la hizo refugiarse en una ironía y sarcasmo que se convertirían en dos de los principales rasgos de su personalidad.
Tuvo un temple muy fuerte y marcado, tanto que le tachaban de arrogante y de altiva, algo que a la actriz no parecía importarle lo más mínimo. "Los enemigos son muy estimulantes", dijo en más de una ocasión.
Porque, si algo caracterizaba a la "diosa", un apelativo usado a menudo para referirse a ella, era esa independencia y esa falta de interés por los cometarios de los demás.
Divorciada, mantuvo varias relaciones con hombres tan conocidos como John Ford o Howard Hughes, antes de protagonizar uno de los escándalos más sonados de la época al unirse a Spencer Tracy, casado y firmemente católico. Pasarían juntos 25 años, hasta la muerte del actor en 1967, y en ningún momento él se divorció ni ella se lo pidió.
Inteligente y de lengua afilada, Hepburn se mantuvo siempre al margen de la vida de Hollywood y tuvo una vida que ella misma calificaba de "afortunada y feliz".
Y a ello contribuyó una profesión en la que siempre se sintió cómoda, rodeada de una libertad difícil de encontrar en una estructura de vida más tradicional.
46 películas componen una carrera que se prolongó de 1932 a 1994, y en la que también hubo espacio para grandes obras de teatro que la consagraron como una de las más grandes actrices de todos los tiempos.
Su primer Óscar llegó muy pronto, con "Morning Glory" (1933), un premio que se repetiría en 1968 por "Guess Who's coming to Dinner", en 1969 por "The Lion in Winter" y en 1982 por "On Golden Pond".
Cuatro grandes trabajos, pero que no están entre los más populares de la actriz, ya que sus comedias con Cary Grant, "Bringing Up Baby" (1938) o "The Philadelphia Story" (1940), se emiten sin parar en las televisiones de todo el mundo, cosechando el mismo éxito que en la época de su estreno.
Pero, si hay una imagen que está en las retinas de los espectadores, es la de la temperamental y al mismo tiempo frágil Rose Sayer de "The African Queen" (1951), una historia de amor y aventuras en la que hizo de inolvidable pareja de Humphrey Bogart.
Fallecida a los Una carrera llena de momentos gloriosos -pese a que en algún momento se le consideró 'un veneno para la taquilla'- y una vida plena. "No lamento nada de lo que he hecho. Lo disfruté en cada momento", dijo.