WASHINGTON.- La historia de varios adolescentes que viven condenados a cadena perpetua en una cárcel de Estados Unidos es expuesta por el cineasta Joshua Rofe en "Lost for Life", cinta que por primera vez explora en esta compleja realidad.
El director estrenó la cinta en el festival de documentales del American Film Institute, el AFI Docs 2013. En la producción, muestra el caso de Jacob Ind, quien a los 15 años asesinó a su madre y su padrastro luego de que un amigo le dijera que su progenitora era una "puta".
También se sigue a Torey Adamcik y Brian Draper, quienes tenían 16 años cuando se inspiraron en la película de terror de Wes Craven, "Scream", para apuñalar y matar a su compañera de colegio en 2006.
"Lost for Life" lleva a los espectadores a algunas de las cárceles más duras de Estados Unidos para escuchar a Ind, Adamcik, Draper y otros relatar los crímenes que cometieron y evaluar si deben al menos tener derecho a solicitar la libertad condicional.
"Yo quería que la gente tuviera la experiencia que yo tuve cuando escuché por primera vez sobre los menores que cumplen cadena perpetua sin libertad condicional", dice el director.
El cineasta afirma que algunos de los presos que conoció mostraron signos genuinos de arrepentimiento, pero otros se negaron a reconocer su responsabilidad por haber quitado la vida a otras personas.
"Algunas personas cambian. Otras no", dijo Rofe, quien en 2005 dirigió una película independiente, "Brooklyn Battery", sobre un joven condenado a tres años por matar accidentalmente a un compañero en una pelea.
"Sin duda hay personas que cometieron el asesinato cuando tenían 15 años que nunca van a poder caminar entre nosotros", dijo. "Y sin duda hay personas que cometieron el asesinato cuando tenían 15 años que (...) después de 20 o 25 años (tras las rejas), merecen una oportunidad de comparecer ante una junta de libertad condicional".
El menor condenado a cadena perpetua más antiguo que Rofe encontró ha estado preso desde 1953 por un asesinato que cometió cuando tenía 15.
"¿Qué daño podría hacer un hombre de 80 años si llegara a vivir los últimos años de su vida en la casa de su abogado, si es liberado?", se preguntó el cineasta.
Rofe, que filmó partes de "Lost for Life" con un iPhone y consiguió financiación a través del sitio web Kickstarter, entrevistó a defensores y familiares de los condenados antes de ingresar en las prisiones de máxima seguridad para conocerlos. "No iba (a la cárcel) con una lista de preguntas", dijo.
"Entraba a conectar con un ser humano y tener una conversación. Les hablaba de mí mismo como ellos me hablaban de sí mismos".
Con la difusión de Internet y la creciente disponibilidad de cámaras de video mejores y más baratas, Rofe cree que esta es una época dorada para el cine documental.
"Ay Dios, absolutamente", dijo. "Todo el mundo tiene acceso a una cámara (y) hay cada vez más vías para la distribución. Nadie puede decir 'Tú no'. Todo el mundo tiene la oportunidad de hacer algo que puede volverse viral".