Si hiciéramos el ejercicio de pedir conceptos a cambio de la palabra Electrodomésticos, en medio de un grupo medianamente informado en torno a la historia de la música local, probablemente habría ideas que se repetirían: Años 80, vanguardia, ruptura, experimentación, Yolanda Sultana, Jimmy Swaggart, etc. Todos términos que apuntan a la leyenda de la banda nacida en 1984, y que hoy, a casi 30 años, comienzan a ser tanto un motivo de orgullo como un pequeño cliché sobre las espaldas de quienes dieron vida a ese proyecto.
Ello en parte estuvo entre los antecedentes que el trío tuvo de cara a Se caiga el cielo, el disco que publicaron hace menos de una semana, y que este miércoles 3 presentarán en grande, con un concierto en el Teatro Municipal (ver recuadro). "Es como del año 2050", asegura Carlos Cabezas que le han dicho auditores que poco y nada sabían del pasado de la banda, y que han oído parte del nuevo material, donde el perfil industrial vuelve a predominar, ahora con nuevos matices dados por un trabajo en capas y con mayor apoyo de recursos electrónicos.
Para el cerebro de la agrupación sin dudas la frase es un piropo, que da cuenta de que el objetivo de avanzar más allá de la institución Electrodomésticos nuevamente se pudo concretar. "Sin dudas está la intención y las ganas de salir al paso de eso muy claramente, y bien tirado para adelante", afirma Cabezas. "Los sonidos que aparecen acá son totalmente comprensibles para un flaco de 18 que escucha a Skrillex, que está en otra onda. Va a entender que esto es rock del 2013, y no una banda que tuvo un momento. Nuestra época es hoy y mañana, y eso quedó muy bien plasmado", agrega su compañero Silvio Paredes, bajista del grupo.
La placa llega a nueve años de la última editada con el nombre de la banda y que supuso su retorno, La nueva canción chilena. Y aunque es posible percibir un origen estético común entre ambas producciones, la génesis de cada una es totalmente distinta: "El disco anterior eran temas compuestos en distintas situaciones, cosas que había hecho para películas, que venían de una etapa más amplia de experiencia vital, pero como tenían el ADN de nosotros, las juntamos. El disco de ahora, en cambio, reúne una búsqueda más conciente y dedicada de habitar de nuevo este espacio, darse más cuenta de en qué consistía (...). Independiente de nuestra libertad, de que nunca nos hemos puesto límites ni cortapisas, el espacio de Electrodomésticos como que te provoca algo más allá, un desborde, una extensión de los lenguajes musicales, que tal vez uno no haría en el trabajo personal", dice Carlos Cabezas.
"Y en términos musicales hay una cuestión bien concreta, que así como el disco anterior fue una sumatoria de ideas que estaban ahí, en este caso hay un proceso de composición de Carlos súper concreto y acotado, con principio y fin. Como amigo de Carlos, compañero de banda, dupla sónica por años, era estimulante ver que cuando partió a Tongoy tuvo una instancia muy potente en términos de composición. Suena patudo, pero cuando él habla del espacio de Electrodomésticos me siento totalmente dentro, como que me apropio. Él sabe que cuando me muestre los temas, sus ideas me van a provocar. Es un librito que se pensó como tal, no es una antología", ahonda Silvio Paredes.
-O sea que antes, la idea de Electrodomésticos apareció recién en el desarrollo del trabajo; ahora, en cambio, el disco partió con esa idea ya instalada...
-Paredes: Claro, y en parte nos dábamos cuenta de que el documental de Sergio Castro ("El frío misterio") nos provocó muchas cosas. En las primeras conversaciones con Carlos pensamos "¿y si tocamos de nuevo como dúo, o sólo con máquinas?". Hubo esa revisión de cómo retomar ese ADN, traerlo a hoy. Y eso apareció en los sonidos, en las capas sonoras y de secuencias.
-Cabezas: Fue compuesto exactamente para esto. Desde septiembre del año pasado, en que hubo una encerrona a componer. Por eso está más definido, y representa más sólidamente lo que es el espíritu de Electrodomésticos en términos musicales.
Hoy como ayer
El single "Detrás del alma", con video dirigido por Pablo Larraín, fue la carta de presentación escogida para dar a conocer Se caiga el cielo. Se trata de un tema que se aparta de las descargas de electricidad en alto voltaje que el grupo ha venido imponiendo como marca, para ofrecer a cambio un paisaje algo más calmo, aunque no menos gris. Pero a no engañarse: Según la dupla histórica eso no es más que "un simulacro", una "cortina de humo", "una emboscada", aunque también un botón de muestra de otra esfera.
"En su downtempo, ese tema tiene parentezco con temas de nuestra historia que tienen cierta cadencia, aunque es más evolucionado en cuanto canción. Mi sensación fue como cuando te muestran algo que siempre ha estado. No dudamos mucho en el single por varias cosas: Era amigable y también permitía entregar la idea que plasma Pablo en el video, de que está todo bien, pero que hay algo que subyace, que tiene otra temperatura, que no está bien. Y la letra es importante en este disco. Yo soy muy fan de cómo trabaja las letras Carlos", dice Paredes.
-¿Qué encontraste? Porque Carlos ha reconocido que para él está primero la sonoridad de las palabras...
-Paredes: Creo que en esa manera de ir construyendo, también se adiestra lo otro, entonces empieza a tocar lugares que afectan el plano existencial de las personas de muy variadas formas. Hay gente que me ha hecho lecturas fantásticas de "Detrás del alma". Son para todos lados.
La pieza comenzó a sonar el viernes 7 de junio, y se instaló como la primera canción inédita de la banda desde 2004. Para que eso ocurriera, tuvieron que pasar cosas, entre ellas la serie de trabajos individuales que tanto Cabezas como Paredes abrieron en el último lustro, además del estreno del documental "El frío misterio", sobre la primera edad de la banda.
"Yo creo que el documental fue importante en gatillar el interés, en disfrutar tocar de nuevo juntos. La vez anterior pasó algo parecido. Y cuando empiezas a disfrutar de nuevo, sientes la necesidad de material nuevo, un poco por el pudor y el cuidado que tenemos en cuanto a que si te vas a presentar otra vez ante el público, tienes que venir con algo, no puedes llegar así nomás, basados en la nostalgia. Y también debe ser que la energía que se genera cuando tocamos, produce esos procesos internos que te hacen naturalmente decir 'weón, hagamos algo más'. Si estamos juntos, si permanecemos juntos, vamos a seguir haciendo discos todo el rato. Ahora estábamos juntos desde 2010, así es que había que hacer algo", cuenta el guitarrista y cantante.
Claro que el retorno no fue igual a la primera reunión. Si entonces la foto la completaban Edita Rojas, Gabriel Vigliensoni y Cuti Aste, hoy sólo la baterista se mantiene como parte del elenco estable. "Siempre estos proyectos tienen relación con la amistad, y en ese entonces fue divertido, porque se dio una fusión entre Los Mismos, que era el grupo que teníamos con Cuti y Gabriel, y Electrodomésticos. Fue una suma muy interesante. Ahora, para el nuevo sonido que plantea hoy el grupo, hacía mucho sentido el trío, tanto para extremar la resolución sónica, como en el hecho de que te habilita para hacer menos compleja la puesta en escena y tocar en lugares más under, más pequeños, tocar más", explica el bajista, quien lanza una risotada tras conminar a Cabezas a contar "la firme" al respecto.
"Si queremos hacer nítido quiénes somos, es evidente que Electrodomésticos seremos siempre Silvio y yo, independiente de con quién estemos tocando. Y la Edita, que lleva diez años con nosotros, se ganó el pasaporte de Electrodomésticos hace mucho rato. Seguiremos con invitados, pero es bueno que se haga nítido el núcleo", resume Cabezas.
Esa dupla fundamental de hoy es la misma que en los 80 grabó junto a Ernesto Medina los discos Viva Chile (1986) y Carreras de éxitos (1987), de donde salieron piezas como "Yo la quería", "Señores pasajeros" y "El frío misterio", que se mantienen tanto en las referencias como en el repertorio en vivo de la banda en la actualidad. No ocurre lo mismo, sin embargo, con los temas más experimentales que contribuyeron a alimentar la leyenda, entre ellos "Tai-tai", "Viva Chile" y "Sírvase una empanadita". Pero Cabezas y Paredes aclaran que la obra de hoy también tiene continuidad con títulos como ésos, que están tan grabados en el ADN electrodoméstico como los más "convencionales".
-Cabezas: Esas canciones si no las hacemos en vivo es más que nada por imposibilidades técnicas. Hay grabaciones que se perdieron. Y esa visión inicial yo creo que permanece hasta hoy. Hay un eje común, que es la manera de hacer las cosas, algo intuitivo que permanece. Es cosa de ver los enredos de tempo que tenemos en los ensayos, lo poco convencionales que son las secciones. Es imposible no tener más conciencia de lo que sucede. En esos tiempos teníamos temas en 16/9 ó 19/5, estábamos recién usando la batería programada. El "uno" ya nunca era "uno", entonces si llegaba alguien de la academia decía "y esto qué es". La Edita es la que hoy observa más desde la academia, y sufre con nuestras estructuras fuera de norma, que se siguen manteniendo.
-Paredes: Es como una casa, que no tiene todas las murallas paralelas, tiene algunas diagonales, pero eso le da un carácter.
-Cabezas: Sigue siendo intuitiva la manera de componer, nunca estratégica, o por "qué quiere escuchar la gente".
-Paredes: Eso sí que nunca ha existido, el "qué se espera de nosotros". O sea, sabemos lo que se espera, pero nunca hemos hecho nada en función de lo que se espera.
-Cabezas: Ni tampoco hemos compuesto música por encargo para Electrodomésticos.