SANTIAGO.- Las recordadas Supernova, el trío que a fines de los 90 impusiera éxitos como "Maldito amor" o "Toda la noche", ya ha pasado por diversas etapas: Están las tres chicas de esa era, las tres que vinieron después, su transformación en recuerdo inamovible de la cultura pop moderna, y el muy ocasional regreso del trío original desde 2007 a la fecha.
Pero lo que tendrá lugar el próximo sábado 13 en la discoteca Blondie está revestido de cierto carácter inédito: En esa ocasión, y nuevamente al alero de la comunidad Kitsch, el trío se presentará mezclando temas y rostros de la primera y la segunda generación; de las que grabaron el disco homónimo de 1999, y las que extendieron la vida del nombre con el álbum Retráctate en 2002.
La movida puede parecer extraña, pero las integrantes aclaran que es algo absolutamente natural y esperable. "Nosotras nunca tuvimos mala onda con ellas, siempre nos llevamos súper bien, siempre hubo buena onda", cuenta Constanza Lewin, voz de la primera generación, acerca de sus sucesoras.
Le menuda cantante, recordada como "Coni", será una de las que estará el próximo sábado en la discoteca de Alameda ($7.000 general, $5.000 preventa), junto a la también fundadora Elisa Montes. El plan original, como siempre, contemplaba cerrar el trío original con Consuelo Edwards, pero problemas en la agenda de "Chi-K" lo frenaron.
¿La solución? Fácil: Convocar a Constanza Lüer, quien integró la segunda generación de Supernova junto a Claudia González y Sabina Odone, y con la que "nos hicimos amigas", cuenta Lewin.
Claro que las cosas en un inicio no fueron sencillas: "En esos años nos conocimos, pero después. No sé por qué tenían miedo de que las conociéramos, pensaban que íbamos a ser mala onda, pero no. Al final nos pusimos de acuerdo, cuando ellas ya tenían como tres singles, y nos juntamos en la casa de la Chi-K para compartir experiencias, que teníamos miles en común", recuerda Coni.
Según la cantante, sobre todo los managers del segundo trío se mostraron reticentes a juntarlas. Y en los primeros momentos, tampoco la primera alineación tenía mucho ánimo para eso. "Al principio fue lata. Trabajar un montón de tiempo en algo y de pronto encontrarte con que la realidad siempre fue otra, ésa fue la impresión que nos quedó. Creímos que la realidad era de otra manera y nunca fue así, la impresión que nos quedó era que todos siempre son prescindibles", dice Lewin a propósito del fin de las primeras Supernova.
"Pero eso en ningún caso fue culpa de ellas", recalca, y hoy el recuerdo de esa etapa es gratificante. "Para mí es como algo que tenía que pasar en mi vida", cuenta, y asegura que el grupo "es la puerta que me llevó al otro lado en mi vida, a todo lo que vino después. Fue algo determinante".
Para el sábado 13 anuncian un set basado en el primer disco del trío, más algunos temas de Supernova II, como el hit "Herida", que "tocamos en Amanda y quedó la cagá", recuerda.
"Creo que ya ha pasado el tiempo como para que todo se mezcle un poco", agrega la cantante, aunque asegura que nunca tanto como para un regreso de ambas formaciones. "Yo creo que eso nunca va a pasar, no se justifica", dice, aunque sí las reuniones de a tres, y de carácter esporádico: "No haremos algo nuevo. Supernova está para recordarlo y tratar de que la gente disfrute eso".
A catorce años de la publicación del primer disco de Supernova, sólo Elisa Montes continúa en la música, entre las integrantes del trío original. "Ahora estoy en otra cosa, otro rubro, estoy de community manager. La Chi-k también está en lo mismo, pero ella es una mostra de las comunicaciones, a otro nivel. Yo llevo tres semanas, ella lleva años y ya es top-top-top", cuenta Coni Lewin.