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Hernán Rivera Letelier regresa con una novela "a ritmo de twist"

En "Historia de amor con hombre bailando" el escritor vuelve a la Pampa, para adentrarse en las fiestas y malones de la era del salitre con "una prosa rítmica, melódica, bailable".

13 de Julio de 2013 | 11:47 | Por Sebastián Cerda, Emol
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El protagonista de ''Historia de amor con hombre bailando'' está lejos de ser un galán: Bajo su habilidad en el baile y un rostro llamativo por su fealdad, se esconden diversas heridas.

Héctor Flores

SANTIAGO.- "El baile es como el símbolo de lo que me pasa a mí con la literatura: Teniéndolo todo en contra me regalaron el don de escribir, ese don me salvó, y ahora me están haciendo homenajes", dice Hernán Rivera Letelier.

El reconocido escritor hace el comentario aludiendo a Fernando Noble, protagonista de su más reciente novela, "Historia de amor con hombre bailando" (Alfaguara), y quien tenía dos características esenciales: Era por lejos el hombre más feo de la Pampa, quizá el más reservado, pero también era a todas luces el mejor bailarín.

Rivera, quizá, no tenía tanto de lo primero, pero sí de lo segundo: El baile, por momentos, se transformó en su forma de heroísmo, cualidad que exaltó en la obra que recientemente llegó a las librerías locales ($11.000).

Bailaba bien el escritor, en sus años mozos ("gané varios concursos, en twist, rock & roll", recuerda). Por ello, asegura que "Historia de amor con hombre bailando" es también su libro más autobiográfico. "El protagonista está hecho a imagen y semejanza de como yo actuaba en los bailes", dice. Es decir, como un campeón.

Pero "es también autobiográfico en una de las dos relaciones amorosas", cuenta, reflotando la primera mitad del título. Porque el libro relata cómo Fernando Noble llega hasta una oficina salitrera en los 60, recién casado con una joven hermosa y frágil, y también cuenta cómo llega a involucrarse con una audaz estudiante, "loca como una campana".

Claro que no fue desde el ánimo de contar esa parte de su vida que Rivera llegó hasta el tema central de "Historia...", sino desde el más absoluto vacío: "Soy un escritor que se jacta de no tener períodos de sequía, antes de terminar una novela siempre estoy escribiendo otra, pero cuando terminé la última, 'El escritor de epitafios', me di cuenta de que no tenía otra. El duende se había ido de vacaciones. A la cuarta semana me metí a mi sala de parto, que es como llamo a la sala donde escribo. Tengo un sofá ahí y dije 'me voy a tender hasta que el duende de mierda me dé la historia'. No estuve ni cinco minutos cuando me dijo '¡los bailes, las fiestas, esa hueá no hai contado, hueón!' ".

"Dije '¿cómo lo muestro?'. Y se me ocurrió así, de repente: Un tipo muy feo que baila bonito, personaje que existe en todas las pistas de baile del mundo. Lo vi mucho cuando joven, y eso que recorrí todo el país. Buscaba en los diarios para saber dónde había baile, y al que llegaba, ahí estaba. Eran tipos muy feos que bailaban muy bien, y los hueones se paseaban con las mejores minas", agrega.

La novela se ubica como el último eslabón en la saga pampina de Rivera Letelier, que también anota títulos como "La reina Isabel cantaba rancheras", "Fatamorgana de amor con banda de música" y "Mi nombre es Malarrosa", entre otros.

Se apartó de ese territorio en la anterior "El escritor de epitafios", pero regresó en ésta y sabe que volverá allí en varias de las obras que vengan. "Soy un convencido de que así como cuento cosas de mi terruño, de la Pampa, lo que cuento se hace universal, porque las emociones son universales. Lo que cuento del pasado toca el presente. De alguna manera estoy contando el presente", dice.

Encontrar nuevas aristas en la Pampa, entonces, fue uno de los desafíos que en "Historia..." se puso este autor que confiesa escribir con arrojo, sin estructura alguna. El otro, fue dar con un relato musical, a la altura de Fernando Noble y sus talentos.

"Busqué algo muy difícil, que era encontrar una prosa rítmica, melódica, bailable. Yo me jacto de que mi prosa es musical, y me saco la cresta para que cada frase esté perfecta, musicalmente hablando. A veces me demoro dos días en encontrar un adjetivo de dos sílabas, para no usar uno de tres, porque con dos me queda mejor", cuenta.

Y aunque el protagonista tiene por pieza favorita al "Mambo N°8" de Pérez Prado, Rivera tiene claro a qué suena esta novela musical: "Tiene ritmo de twist. Es de los años en que aprendí a bailar, y yo aprendí con el twist".

El "alter ego"

No sólo Fernando Noble tiene características de Hernán Rivera Letelier. Porque así como el protagonista de su más reciente novela heredó su habilidad en el baile, el narrador de la historia, Eleazar Luna, se quedó con otro de sus dones: El de la escritura. "Uno es un poco todos sus personajes, pero él vendría siendo como mi alter ego", dice. Tanto es así, que hasta se permite un adelanto: "Él es el personaje principal de una novela que aún mantengo inédita, y en la que cuento cómo empecé a escribir". El volumen podría ser el siguiente en la obra del autor.

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