Resonancia en la zona central, disco doble que antecede a este registro, es sin dudas un álbum maldito. Desde su concepción (pasando por las mil y una aventuras que vivió el grupo para editar el disco físico), e incluso su propia sonoridad (oscura y claustrofóbica en ocasiones), se trata de un fiel reflejo de esa fase en la que Matorral perdió integrantes y maquetas, para luego resurgir con un conjunto de canciones que, de una forma u otra, daban el epitafio merecido a una etapa del proyecto elaborado por Cadenasso y Planet. Quizás por la influencia del bajista —eso nunca lo sabremos con certeza— es que hasta el disco de 2007 Matorral buscaba su lenguaje entre los recónditos mensajes del rock chileno pre golpe de estado. Así, el doble cedé significó dar a ese discurso particular su propio "diccionario" o, mejor expresado, una definición acorde con la carga emocional que representó ese trabajo.
Remoto control, el nuevo esfuerzo del grupo, responde a otra necesidad. Ni siquiera pretende hallar el acorde más cercano a su antecesor, aun cuando la identidad de la banda se encuentra ahí, reconocible en cada una de las diez canciones que conforman este elepé. Es la voz de Cadenasso, que sale de la oscuridad y toma un rol protagónico, como en "La palabra", lo que da el carácter a este nuevo registro. Asimismo, la sonoridad de Matorral se ve alterada en la forma, también gracias al inmenso aporte de Antonio del Favero, sobre todo en las seis cuerdas, lo que de una u otra forma "obliga" a Cadenasso a buscar nuevos espacios sonoros, tanto en su forma de tocar como en su voz. El mejor ejemplo de esto pasa por "Nuestro hombre" y "Nada fácil", éste último tema quizás el más alejado estilísticamente en relación con lo conocido de Matorral, y también una mordaz crítica a ciertos modos musicales de nuestro país.
No obstante estas nuevas formas, aún se pueden reconocer rasgos del Matorral antiguo en este trabajo. "Hiss" es, definitivamente, el tema que más se acerca a esa estética. "Vuela", que presenta este renovado lenguaje, también posee un guiño a la identidad construida por el grupo. Lo mismo ocurre con "Del valle hacia el interior". En ambas, Matorral da evidencias de reconstruirse sobre la base de esta nueva sonoridad descubierta, algo que también se puede descubrir al escuchar "Consiga una orilla", una de las composiciones más logradas de este registro.
Cuesta imaginar que este cambio, que para algunos puede parecer radical, sea fruto de una inquietud propia de músicos siempre en constante movimiento. Aún más impresionante es que, con todo, Matorral siga conservando su raíz sin que eso signifique el auto-plagio como opción. Más bien, lo que se logra en Remoto control es trazar una nueva ruta, una que se construye a través del atrevimiento y del redescubrimiento de las formas, para lograr un trabajo más que satisfactorio.
—Felipe Kraljevich M.