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Museo holandés no da por hecho que costosas obras robadas hayan sido destruidas

El Kunsthal aún alberga la esperanza de que la madre de uno de los delincuentes no haya quemado las pinturas de Picasso, Matisse, Gaugin, Monet, Matisse, Gauguin, de Haan y Freud.

19 de Julio de 2013 | 11:53 | EFE
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Fotografía que muestra cómo quedaron los muros del Kunsthal tras el robo.

AP

BRUSELAS.- El Museo Kunsthal esperará a que termine la investigación sobre los restos quemados de varios cuadros robados en octubre de 2012 de Picasso, Monet o Gauguin, entre otros, antes de confirmar que se trata de esas obras.


"Todavía no podemos confirmar que alguna de las obras robadas hace un año se haya destruido. La investigación sigue su curso", dijo un portavoz del museo, quien declinó pronunciarse sobre las pesquisas para no entorpecerlas.

El Kunsthal, que está situado en Rotterdam (Holanda), aseguró que "emitirá un comunicado" una vez acabase la investigación.

Siete obras, de un valor entre 65,5 a 131 millones de dólares, de pintores como Matisse, Gaugin, Monet y el lienzo titulado "Cabeza de Arlequín" de Pablo Ruiz Picasso fueron sustraídas durante la madrugada del 16 de octubre de 2012 del museo Kunsthal.

Además del Picasso, los presuntos ladrones se apropiaron de dos lienzos de Monet, uno de Matisse, uno de Gauguin, uno de Meyer de Haan y otro de Lucian Freud.

En enero de este año, la Policía rumana detuvo a tres personas de esa nacionalidad sospechosas de haber participado en el robo.

La policía de Rumania teme que al menos uno de los cuadros robados haya sido quemado, a juzgar por los indicios que encontraron en la casa de la madre de unos de los detenidos.

En Bucarest, la fiscalía rumana informó esta semana de que los cuadros robados del museo Kunsthal fueron probablemente quemados por la madre de uno de los presuntos ladrones.

La mujer, de nombre Olga Dogaru, habría explicado a los investigadores que enterró los lienzos en el jardín de una casa abandonada, luego los trasladó a un cementerio y, posteriormente, los quemó en la chimenea de su domicilio, después de que su hijo fuera detenido y porque tuvo miedo ante la gravedad del robo.

Las obras robadas pertenecen a la Fundación Triton, propiedad del matrimonio holandés Willem y Marijke Cordia, y por primera vez se mostraban al público en una exposición de 150 piezas exhibidas con motivo del 20 aniversario del museo.

El director del Kunsthal, Wim van Krimpen, indicó en su momento que la colección estaba "muy bien documentada" por lo que estimó que sería muy poco probable que las obras pudieran ser vendidas.

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