La serie ha sido catalogada pr la crítica como una de las mejores producciones televisivas de los últimos años.
AMC.MIAMI.- El próximo domingo se comenzarán a transmitir en Estados Unidos los últimos ocho episodios de "Breaking Bad", serie que muestra lo bueno y malo (sobretodo lo malo) que hace un hombre dedicado al tráfico de drogas, Walter White , interpretado magistralmente por Bryan Cranston.
La reciente muerte del actor James Gandolfini, que dio vida al mafioso sensible Tony Soprano, y el inminente final televisivo de "Breaking Bad" y de "Dexter", el Robin Hood de los "serial killer", quizás simbolicen el fin de una era en televisión, la que confundió y mezcló en un mismo personaje al bueno y al malo, la que generó que el espectador sintiera simpatía por un cruel criminal.
Sobre esto, el docente Rafael Lima, profesor de guión de cine y series de televisión en la Escuela de Comunicación de la Universidad de Miami, explica que "vemos esos personajes y dentro de nosotros pensamos: 'se puedo ser yo o puede ser mi vecino, la persona de al lado'".
"Se puede demostrar que es el mejor show de la década y que está entre los mejores de la historia de la televisión", dice sobre la producción Hank Stuever, crítico del diario "The Washington Post", situando a "Breaking Bad" por encima incluso de la venerada "The Wire".
La mezcla de humor, drama y violencia, sus diálogos, su exquisito montaje técnico y la actuación de sus actores, en especial la de Bryan Cranston como Walter White, explican tan grandes elogios, pero sobre todo la identificación con el protagonista.
"Los personajes son todos ángeles caídos, personas corrientes que han caído en un mundo criminal", afirmó Lima sobre White, padre de familia y profesor de química al que le diagnostican un cáncer terminal y pasa a fabricar y vender metanfetamina llevándose por delante a quien sea necesario.
Una persona normal que cruza al lado oscuro por un buen fin, el de asegurar el futuro económico de su familia cuando muera. La simpatía hacia él, como ocurría con Soprano o con el sangriento Dexter -la serie acabará también a finales de septiembre-, supone hasta cierto conflicto moral.
"Es imposible tener simpatía con un personaje que es 100 por ciento malo, pero en estos personajes se ve una posibilidad, aún pequeña, de que puedan ser buenos otra vez en algún momento. sa es la fórmula mágica", opinó Lima.
"Los personajes contienen el malo y el bueno a la vez. Están contenidos en el mismo personaje", explicó el profesor sobre la disolución de los roles clásicos. A Cranston, que cosechó elogios como padre de familia en la serie "Malcolm in the Middle", su papel como White le ha valido una estrella en el Paseo de la Fama.
Más allá de la filosofía, lo que a los aficionados de la serie de la cadena estadounidense AMC les intriga es cómo terminará la aventura de White, secretamente enfrentado en sus negocios a su cuñado y agente de la agencia antidroga (DEA), quien en el último episodio ya descubrió que White podría ser el escurridizo "Heisenberg".
"Sería interesante que este personaje pudiera reconquistar su normalidad familiar, ser buen padre, honesto, no ser violento. Me gustaría ver la vuelta de ese personaje, ver si ese ángel caído puede regresar al cielo", afirmó a dpa Lima.
Pero hay tantas opiniones como los millones de fans que se plantan delante de la televisión, el PC o la tableta para ver las peripecias de White en el desierto de Nuevo México.