NYT
LOS ANGELES.- Por el tono de su voz, es claro que Ashton Kutcher siente una inquebrantable veneración por Steve Jobs, el cofundador de Apple al quien interpreta en la película "Jobs", que se estrena este viernes en Estado Unidos.
Cuando habló de hacer el papel del exigente genio de Mac, lo hizo de un modo resuelto y meditabundo. Era la antítesis de los personajes tontos que ha interpretado en series de televisión como "That '70s Show" y "Two and a Half Men" y películas como "Dude, Where's My Car?" y "What Happens in Vegas".
Kutcher asegura que para él fue imperativo personificar, sin parodiar, las muy documentadas peculiaridades de Jobs, quien murió en el 2011 de cáncer pancreático y que también será retratado en una película aún sin título de Sony dirigida por Aaron Sorkin. El cofundador de Apple Steve Wozniak, personificado por Josh Gad en "Jobs", fue contratado como asesor para el próximo filme de Sorkin.
Con "Jobs", Kutcher espera que su actuación sea tanto una lección sobre el espíritu emprendedor para la juventud de hoy como el perfil de un hombre que revolucionó la tecnología.
"Creo que a Steve le importaba el resultado final y no le preocupaba que la gente gustara de él y sabía que eventualmente iba a gustar si sus creaciones eran ejecutadas adecuadamente", explica.
"Era muy franco, pero es porque le importaba. Traté de ver sus defectos como sus virtudes, y traté de comprenderlo y no juzgarlo. Creo que el modo en que recibió amor en la vida fue creando productos que a la gente le encantaban, y cuando les encantaban los productos, por ende les encantaba él", agrega.
Kutcher confesó que la frustración fue la clave para poder interpretar las escenas en las que Jobs se vuelve una bestia.
"Creo que quería algo y también quería complacer a sus clientes, y esto generaba frustraciones. Él quería que a la gente a su alrededor le importara tanto el resultado como a él. Creo que su frustración fue en un esfuerzo por motivar a la gente a involucrarse", explica, y agrega que el estreno de la cinta llega en el momento indicado.
"Mientras pasa el tiempo, creo que los relatos se vuelven más difíciles. Él será más glorificado por las cosas que hizo bien, y más vilipendiado por las cosas que hizo mal. Tuvimos una gran oportunidad de contar esta historia sobre un tipo con una cantidad exponencial de recursos para informarnos sobre qué ocurrió realmente, o lo más cerca a la realidad que pudieron recordar", señala.