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La revancha de Saiko

El trío que integran Denisse Malebrán, Rodrigo Aboitiz y Luciano Rojas, está en cuenta regresiva para lanzar el disco "Trapecio", que sella su definitivo retorno. El 22 de agosto, en el Teatro Nescafé de las Artes, comienza un nuevo despegue.

17 de Agosto de 2013 | 09:52 |

"A punto de" podría ser el concepto que mejor resume en estos días a Saiko. El reagrupado trío que integran Denisse Malebrán, Luciano Rojas y Rodrigo "Coti" Aboitiz se encuentra en plena cuenta regresiva para lanzar el disco que pondrá el sello definitivo a ese retorno, con ceremonia oficial fechada para el jueves 22 de agosto en el Teatro Nescafé de las Artes.

En la ocasión presentarán todos los temas que integran al álbum que llevará por título Trapecio, pero también aprovecharán de festejar. "Pensábamos lanzar el disco nomás, pero los hitos hay que celebrarlos, y se cumplen 15 años de Saiko", dice la cantante. La cuenta es exacta. Tal como Los Jaivas celebraron recientemente un origen con tintes de prehistoria, alusivo a una primera presentación que ofrecieron con otro nombre, estilo, aspecto y canciones, en Saiko el hito fundacional también está claro.

"Han pasado 15 años desde que Coti con Luciano, aún en México, decidieron armar una banda y venirse a Chile. Entonces sentimos que era importante celebrar ese origen: Agosto de 1998. Yo llegué en marzo (de 1999)", recuerda Malebrán.

Por eso es que en la velada del 22 sonarán todas las canciones que han marcado a estos tres lustros, pero ésa no será la única forma en que el grupo va a cumplir con aquello de "celebrar ese origen". Según cuentan, el propio Trapecio porta esa carga en sus canciones.

"Cuando nos volvemos a encontrar, volvemos al origen, a casa, es la sensación de estar donde tienes que estar. Eso marca la diferencia frente a todo, porque el resto de las formaciones fueron formas de seguir de pie nomás. El Saiko original era éste, siempre fue éste. Sin desmerecer lo que hizo Iván (Delgado, integrante del cuarteto original), nosotros tres formamos el trabajo, estética y compositivamente. Por eso es lógico que sintamos esta sensación de conformidad y de mucha cercanía con lo que fue el Informe Saiko (1999). Podríamos habernos quedado en otra etapa, pero es volver a cómo partió y hacer las cosas como si todo empezara una vez más", explica la cantante.

-¿O sea que a nivel de sonido Trapecio está en directa relación con los dos primeros discos?
-Rodrigo Aboitiz: Yo creo que sí, que tiene mucho del primero, pero tiene una mezcla. A falta de teclados, Luciano desarrolló mucho las guitarras y las secuencias, y eso se sumó a lo que yo venía haciendo en otra tendencia. Eso da un sonido parecido al del principio, pero un poco distinto. Y temáticamente, las letras son más cercanas a lo que hace Denisse ahora, que le gusta el campo, que estudia paisajismo...
-Denisse Malebrán: Pero no solamente yo, yo creo que todos. Porque finalmente Trapecio es súper vivencial, forma parte de la historia de todos. Y "Trapecio" era una buena forma de nombrarlo, porque es algo que nos caracteriza a los tres. Esto de ser un poco frágiles, volátiles, estar en suspenso. Era una forma bastante honesta de volver a pararse y mostrar lo susceptibles que también somos. La canción "Trapecio" habla de lo difícil que es identificarnos cada uno como es; o, socialmente, tratando de decir "yo hago esto". Hacer lo que hacemos en un país como éste, es bien difícil cuando se llega a nuestra edad, y tienes que pararte con el resto de tu generación. Es distinto. Nosotros seguimos soñando. Eso es difícil ubicarlo geográficamente en la sociedad, no estás en ninguna parte.

-Es una lectura que dan a este presente. Desde ese mismo ángulo, ¿qué sacan en limpio de la ruptura, por qué valió la pena romper?
-RA: Siempre vale la pena en la medida que vuelvas a hacer las cosas, que no pierdas todo. Siempre fue por algo. Y ese algo fue que cada uno tomara su identidad, creciera y volver a mezclarse. Eso ayudó a que este disco sea como es.
-DM: De haber seguido, quizás no habríamos tenido la misma intención. O quizás sí.
-RA: No lo sabemos, pero la cosa es que, lo que no fue, no fue nomás.
-DM: Cuando hagamos una lectura de la historia, o cuando la haga un tercero, hay cosas que se podrán destacar, como la perseverancia. La tenacidad de Luciano, que es admirable, mono porfiado. Pero también hay aristas que van quedando en el camino, porque nosotros siempre supimos que en algún momento nos íbamos a juntar. ¿Y qué iba a pasar con el resto de la gente que en algún momento se sintió parte de Saiko, y que no lo era? Ellos estuvieron ahí porque de alguna manera estaban a mano, ésa es la verdad. Y uno comete errores en ese sentido, pero lo importante es aprender de nuestros errores.

Pasado y futuro

"La gente que en algún momento se sintió parte de Saiko, y que no lo era", resuena la frase de Malebrán. Tanto ella como Coti Aboitiz abandonaron Saiko antes de su fin formal, en 2007 y 2003, respectivamente. El nombre, en tanto, siguió operando con Marcela Thais en voz, Javier Torres en batería y Luciano Rojas en guitarra.

"Yo lo veía más como un proyecto de Luciano, más que como Saiko", dice Aboitiz sobre esa última etapa, que dio a luz el disco Volar (2007). La placa sucedió a Las horas (2004), el último álbum grabado por Malebrán, y del que el tecladista no se siente lejano. "Esas canciones me gustan harto, me gusta tocarlas. Si bien no fui parte de ese disco, no me siento completamente ajeno. En 2005 volví a hacer la Blondie y lo toqué, y luego en otros eventos". Hoy, dice, cree que algunos de esos temas ganan con "los teclados, las armonías y ambientes que puedo hacer. Algunos suenan distinto, otros conservan el sonido original".

De ese modo, pasado, presente y futuro se mezclan en estos días en el sonido del trío, aunque para ese último espacio temporal, ya hay un trazado claro dentro de la logística y las expectativas del trío: La internacionalización.

"Ése es el gran paso de Saiko, nuestra deuda eterna con nosotros mismos", dice la cantante. "Justo quisimos ir a México cuando esto empezó a mutar, y no supimos cómo hacerlo. Yo estuve allá, fui a la compañía, les encantó el grupo, pero ellos ya estaban en un proceso de echar para atrás. En ese sentido, Saiko tuvo mala suerte, y siento que ahora estamos en un punto en que podemos dar el salto más allá", agrega el tecladista.

"La deuda tiene que ver con la mala suerte de haber pasado justo por el proceso de adaptación de la industria, pero ahora la generación nueva nos ha mostrado que las cosas se pueden hacer de otra forma. De una que, claramente, también podemos usar nosotros", afirma Denisse Malebrán. Por lo mismo, avisa desde ya: "Ésta es nuestra revancha".

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