El líder del grupo. Alex Kapranos, confesó que hace un tiempo pensó en disolver la banda, pues no le gusta lidiar con el marketing.
EFE.BERLÍN.- "Vengan a casa, prácticamente todo está casi perdonado". Con esta declaración la banda británica Franz Ferdinand saluda a sus fanáticos en su sitio oficial hoy, día en que lanzan su primer disco en cuatro años. El mensaje puede ser visto como un guiño irónico a los comentarios negativos que recibió su anterior disco, Tonight.
En Right Thoughts, Right Words, Right Action, los músicos de Glasgow vuelven a sus orígenes, el sonido que los hizo famosos: el rasguido áspero de la guitarra, las melodías simples, la atmósfera compuesta de una mezcla de euforia y osadía.
El camino de regreso no fue fácil. Después del agotador tour de 2009 los músicos se tomaron una pausa para dejar de verse un poco. Pasar todos los días juntos durante ocho años desgastó a la banda, reconoció el guitarrista Nick McCarthy al sitio canadiense "Exclaim". "Queríamos quedarnos simplemente en casa", agregó.
Tardaron un año en volver a juntarse para componer música. Y los primeros intentos fueron "horrorosos", reconoció McCarthy. "Sonaba como si cantáramos en sillones". Si hace unos diez años Franz Ferdinand causaba furor con temas como "Take Me Out", el cansancio ya era notorio en el tercer álbum, publicado en 2009.
En Tonight muchos críticos echaban de menos el fuego de temas anteriores. Aunque el disco arrancó con fuerza en los charts, la decepción de una parete de los fans lo hundió pronto. La banda se mostró entonces insensible: "¿Quieren decirnos que hicimos algo mal? Hacemos la música que queremos", dijo el vocalista Alex Kapranos en ese entonces.
Ahora, sin embargo, buscan recuperar el cariño de sus fans ya con el primer tema del nuevo álbum. "Right Action" tiene velocidad, fuerza, el usual tono desatado y además instrumentos de viento.
La diversión ha vuelto, anunció Kapranos en una entrevista con el diario "Observer". También aseguró que el problema tras los éxitos de los primeros álbumes fue que quedaron atrapados por la industria musical. "No quiero la rutina y las obligaciones", dijo para reclamar por las citas publicitarias, las entrevistas, los horarios. En un momento hasta pensó en disolver a la banda, reconoció.
Pero el ambiente es en tanto distinto, aseguró el guitarrista McCarthy. "Peleamos de vez en cuando. Pero estamos otra vez en el punto de que podemos burlarnos unos de otros y salir juntos. Y ya no parece que una gran máquina nos hiciera andar", remató.