SANTIAGO.- Un día, hace algunos meses, el escritor peruano Mario Vargas Llosa veía las noticias en algún canal de televisión de su país. Entre los hechos informados durante esa jornada, uno llamó su atención en particular: Un modesto empresario se había negado a pagar los montos que le estaba exigiendo una mafia, vía amenazas y chantajes, y decidió hacer pública esa determinación.
Fue la chispa que encendió la mecha de "El héroe discreto" (Alfaguara), la primera novela que el destacado escritor publica tras ganar el Premio Nobel en 2010, y en la que se instala en el Perú de estos días, para abordar las diversas caras que esconde la prosperidad económica de los últimos años. La obra llega hoy de forma simultánea a las librerías de toda Hispanoamérica, Chile incluido ($16.900).
El escenario esta vez es Piura, una ciudad clave en su biografía, y que esta vez aborda desde el humor negro y el melodrama, un género por el cual el autor de "La ciudad y los perros" ha dicho sentir "una atracción un poco perversa".
De esa localidad es Felícito Yanaqué, uno de los "héroes discretos" de esta nueva historia, un pequeño empresario de ordenada vida, que de pronto deberá hacer frente al chantaje. Sin embargo, se negará a pagar lo que sus extorsionadores piden, con el fin de permanecer siempre fiel a la máxima que su padre le dejó antes de morir: "Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo".
Una segunda historia en esta novela cuenta las vicisitudes de Ismael Carrera, un importante empresario de Lima dispuesto a desafiar convenciones y vengarse de sus dos hijos —apodados "las hienas"—, quienes buscan quedarse con toda su fortuna, aunque para ello sea necesaria la propia muerte de Carrera. Don Rigoberto, ejecutivo de la empresa, será quien deba lidiar con las consecuencias de esa venganza.
A través de personajes como ésos, Vargas Llosa se permite criticar a quienes creen que "por tener dinero y poder pueden transgredir todas las leyes, porque su estatuto social les garantiza la impunidad", según dijo en entrevista con la agencia española EFE.
"Esto, desgraciadamente, se da por doquier y tiene efectos traumáticos en una sociedad", asegura el autor, quien también aborda la otra cara de la moneda a través de personajes como Yanaqué, dispuesto a "sacrificar su seguridad en función de ciertos principios". Esa actitud, según Vargas, resulta "bastante admirable" en el mundo actual, donde "muchas veces la ambición hace que se desmoronen los principios, los valores, que se delinca sin ningún escrúpulo".
"Buena parte de las crisis que estamos viviendo tienen que ver con esa avidez, con ese afán de lucro desmesurado que hace resquebrajarse lo que antes parecía una fuerza de contención", afirma.
La novela, de este modo, constituye un homenaje a los héroes que no aparecen en la prensa. "Son gentes que, en la discreción y el anonimato, mantienen unos valores y virtudes; y son como los justicieros de la antigüedad, como la reserva moral que tiene una sociedad". Sin embargo, el peruano se lamenta de que a estos personajes "generalmente nadie los premia, y desde luego no los imitan".