SANTIAGO.- Dieciséis años después de su primer concierto en Chile, la banda californiana The Offspring descargó anoche en Santiago el rock veloz y combativo que los hizo populares en los 90, como uno de los nombres que supo trasladar las distorsiones y el punk hacia un circuito más pop y radial.
El quinteto californiano, autor de éxitos como "All I want" y "Come out and play", repasó su más reciente trabajo, Days go by (2012), además de algunos de sus clásicos como "Self esteem", "Gotta get away", "The kids aren't alright" y "Why don't you get a job".
Con tres décadas de recorrido a sus espaldas y algunos kilos de más alrededor de su abdomen, el líder y cantante Dexter Holland una vez más se metió al público en el bolsillo, sin demasiado esfuerzo ni alarde vocal. Incluso, hubo momentos en que acudieron a refuerzos en pistas para coros y percusión.
Los cerca de 5.000 espectadores que repletaron el Caupolicán las entradas se agotaron un par de días antes) tenían ganas de pasarlo bien y nada torció su propósito. Incluso, minutos antes del inicio decenas de fans luchaban con personal de seguridad en la entrada, luego de que una de las puertas de acceso permaneciera cerrada.
El concierto arrancó a las nueve y media en punto con "All I want", y siguió con "Come out and play", éxitos que genraron la inmediata agitación del público. Tanto, que Holland llegó a exclamar: "¡Están muy locos, de verdad!".
Tras una hora y diez minutos de show, y después de tocar "Head around you" y "Self steem", el quinteto californiano se despidió del entusiasta público.