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Galería alternativa irrumpe en Feria Chaco vendiendo obras "a luca"

En medio de piezas que se transan en miles de dólares y millones de pesos, el colectivo Oficina Barroca optó por vender las suyas a precio mínimo. Y no son los únicos. Revise aquí algunos recomendados del evento, para coleccionistas no millonarios.

27 de Septiembre de 2013 | 13:44 | Por Sebastián Cerda, Emol
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El stand de Oficina Barroca busca aludir a la estética de los ''Todo a mil'', precisamente el valor al que venden la mayoría de sus obras.

Catalina Tuca

SANTIAGO.- Ya la entrada a la Feria Chaco, evento que abre hoy las puertas de su quinta edición al público, muestra todo lo que cualquier visitante imaginaría: Obras llamativas, muchas colosales, como las que entre los primeros stands ofrece galería La Sala, de cuyos paneles cuelgan piezas firmadas por Gonzalo Cienfuegos, Oswaldo Guayasamín, Matilde Pérez y Roberto Matta, entre otros. Metros más adelante, Artespacio cuenta con esculturas de Francisco Gazitúa y pinturas de Bororo, que se transan en hasta $20 millones.

Es parte de la esencia de un evento como el que hasta el lunes se desarrollará en Estación Mapocho, y al que desde hace cinco años acuden medianos y grandes coleccionistas locales y extranjeros, dispuestos a gastar altas sumas de dinero en nuevas obras para colgar de sus paredes.

Pero al fondo de la ex estación de trenes la lógica es diferente: En medio de estructuras que asimilan a bodegas se levantan los Pop-Up Spaces, diez stands a cargo de colectivos nacionales alternativos y autogestionados, con propuestas diametralmente distintas. Entre ellas, una que asoma como verdadero "niño símbolo" de esa apuesta: Oficina Barroca.

El grupo que hasta 2012 funcionaba en un departamento de Merced, al que se ingresaba por una ventana, decidió aceptar la invitación de Chaco en su estilo, y llegó hasta la feria con un amplio stock de obras que se venden en apenas mil pesos. Tal cual: $1.000, una luca.

"Quisimos hacer un proyecto que rompiera con el tema 'galería de arte', con las obras de gran precio. La idea fue que en vez de hacer una galería muy pulcra, aludiéramos a un 'Todo a mil', con venta de productos a gran escala, todos reponibles, en mucha cantidad y baratos", cuenta Catalina Tuca, directora de Oficina Barroca.

De este modo, hay formatos como postales trabajadas una a una, además de piedras, cajas de fósforos, platos y ceniceros intervenidos. "Una idea es que se vaya todo por volumen, que la gente haga un gran políptico con los objetos. Es una invitación a llevar harto, porque todo puede exhibirse como una trama. Ahora, el que quiere llevarse una o dos cosas, también puede hacerlo", explica la artista.

Así, el colectivo abre las puertas a que cualquier persona, tenga los ingresos que tenga, pueda salir de la feria con una obra, lógica que también está presente en las propuestas de otros stands de Pop-Up Spaces, como el de Espacio Hache. Allí, además de serigrafías por $115 mil, tendrán cada día rondas de impresión "in situ" a cargo de los propios artistas, de las que saldrán series de alrededor de 80 copias firmadas de una obra. Cada una de ellas costará alrededor de $40 mil.

En la zona oficial

Pero no sólo en ese tramo "alternativo" hay trabajos a precios accesibles. Dentro de las grandes galerías, incluso las extranjeras, se venden diversas piezas por valores que bordean los $200 mil.

Algunas de ellas están en el stand de galería XS, que ubicó entre sus artistas más destacados a Rodrigo Arteaga. "Él tiene un trabajo que se relaciona con la biología, con la ciencia. Toma los antiguos libros de anatomía y los interviene con escenas e imágenes de la naturaleza y mapas callejeros", explica Anita Jorquiera, directora de ese recinto. Cada una de esas piezas se venderá en $140 mil.

Y entre los invitados extranjeros, llama especialmente la atención la argentina C-Arte, que además de contar precios accesibles, los tiene siempre a la vista. De este modo, sin necesidad de preguntar ya se sabe que cuadros como los del chileno Hernán Pitto están a $200 mil, mientras que los de Alejandro Scasso se venden por $250 mil.

Alejandra Laurenzi, de ese recinto, explica que detrás de estos valores "existe la realidad de un país en crisis. Estos precios son los que tenemos en la Argentina. Hoy el mercado es uno, la gente viaja, yo no puedo subirlos porque vengo a Chile".

Pero además, agrega, "nos parece importante que la gente entienda que el arte puede ser accesible, y que puedan comprar su primera obra aquí". Al respecto grafica con un ejemplo, registrado en una de sus tres ocasiones anteriores en Chaco: "En una ocasión, una nena de diez años le pidió a sus padres que le compraran una obra, que costaba 50 dólares ($25.000). Fue tan emocionante. Entonces, ¿qué era más importante? ¿El valor de la obra, o el significado de que una nena de diez años empiece a coleccionar?".

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