Alice In Chains se presentó por segunda vez en Chile.
Alex Valdés, El MercurioSANTIAGO.- La primera vez de Alice In Chains en Chile fue ante una masa de más de 30 mil personas, en una jornada maratónica del festival Maquinaria. Este lunes, a casi dos años de ese debut, el reencuentro fue íntimo, en una Arena Movistar repleta de una audiencia treinteañera, la misma que en los noventa fue testigo adolescente del auge y posterior disolución de la banda liderada en ese entonces por Layne Staley.
El cuarteto encabezado por Jerry Cantrell, y que tras su reformulación oficial hace cuatro años cuenta con William Duvall en la voz principal, empezó su segundo show en Santiago cerca de las 22:00 horas con una de sus canciones mas emblemáticas: "Them Bones", perteneciente a su segundo disco, Dirt (1992), considerado por muchos la obra clave del grupo estadounidense.
Desde los primeros momentos la audiencia demostró estar en sintonía con la banda, y coreó tanto clásicos como "Dam That River" como también composiciones de los dos últimos trabajos de estudio, los únicos que no cuentan con la presencia de Staley, Black Gives Way to Blue, de 2009, y The Devil Put Dinosaurs Here, lanzado este año. Fue así como con las canciones "Hollow" y "Check My Brain", quedó al descubierto que la fanaticada local no se quedó sólo con las obras de la primera fase de Alice.
Ya hacia la primera media hora de concierto, Duvall se detuvo para saludar con un "Como están hueones. Que bueno volver a Chile. Viva Chile mierda", para seguir con otros dos estandartes del grunge, "Man in The Box" y "Got Me Wrong".
Con una puesta en escena que incluía cinco pantallas gigantes -el grupo tiene una producción diseñada para estadio- y numerosos juegos de luces, Cantrell, Duvall y el bajista Mike Inez, junto al baterista Sean Kinney, mantuvieron al recinto del Parque O'Higgins en un estado de entusiasmo constante.
El repertorio de los dos periodos de Alice in Chains incluyó, además, canciones como "No Excuses", "We Die Young", "It Ain't Like That" y "Stone".
En la mitad del show, Cantrell marcó una pausa para agradecer al público y presentar a sus compañeros. "Vinimos hace un par de años y lo pasamos muy bien, es genial poder volver tan pronto", dijo antes de continuar con "Nutshell", del disco más melancólico de la banda, Jar of Flies, de 1994, y luego dar el paso a "Junkhead" y posteriormente a "Love, Hate, Love", del álbum debut, Facelift. La escalada oscura- romántica siguió luego con "Down In a Hole".
El espectáculo de casi una hora y cuarenta minutos también recorrió clásicos como "Would", "Rooster", con las que cerraron el evento. La despedida fue extensa, pues incluyó gritos de "viva Chile", lanzamiento de uñetas y abrazos a la bandera.
El segundo concierto del cuarteto norteamericano dejó en claro que, aunque no siguieron un camino de estabilidad y popularidad constante, sí siguen siendo voz de ese rock sensible y potente simplificado bajo el concepto "grunge". Y en esa materia son unos veteranos con experiencia.