Jennifer Lawrence dice que su vida cambió de forma radical tras ganar el Oscar, y compara ese triunfo con el de su personaje en la saga ''Los juegos del hambre''.
AP.MADRID.- Aunque se le cataloga como una "trilogía juvenil", los libros de Suzanne Collins agrupados bajo el concepto de "Juegos del hambre" tienen una simbología compleja que la pone al límite entre una obra de ficción y una parábola sobre el rumbo en que va la sociedad actual. Y eso lo sabe, y lo aplaude, la protagonista de las películas, Jennifer Lawrence.
La actriz explica que la historia de una sociedad post-apocalíptica donde el gobierno ejerce el poder sobre sus ciudadanos a través del miedo es "un reflejo exagerado de nosotros como seres humanos y como sociedad", y a la vez "expresa cómo de alguna manera nos hemos endurecido".
La artista de 23 años interpreta en la saga a la heroína Katniss Everdeen, una joven que se ofrece como voluntaria para participar en "Los juegos del hambre", un evento televisado por el Capitolio (gobierno) en el que 24 jóvenes (dos por cada región del país) tienen que luchar a muerte hasta que sólo queda un sobreviviente.
La segunda entrega de la saga se estrenará en Chile el próximo 21 de noviembre. Allí la protagonista regresa como en símbolo de la rebelión del pueblo, tras sublevarse casi de forma inconsciente en la primera cinta.
Sobre la crueldad de "Los juegos del hambre", la actriz hace alusión a la realidad actual que se vive en el mundo. "Somos insensibles a las peores situaciones de violencia o de sexo. Queremos más y más, y los medios de comunicación nos lo dan, y encima vemos cómo parece que los gobiernos y esos mismos medios se unen y conforman una sola entidad. Me parece muy peligroso", considera la nueva musa de Hollywood.
La carrera de Lawrence despegó hace tres años, cuando protagonizó el drama independiente "Lazos de sangre", con el cual recibió su primera nominación al Oscar. Tras esa cinta participó en la saga X-Men y en otros blockbusters, pero su prestigió creció mucho más en febrero pasado, cuando ganó el premio de La Academia por su papel secundario en "Las cosas buenas de la vida". Allí interpretaba a la desequilibrada amiga del protagonista, el aún más problemático y depresivo personaje de Bradley Cooper.
Tras recibir el galardón, la vida de la actriz cambió de forma radical, al punto que la hace sentir como Katniss Everdeen al final de "Los juegos del hambre".
"Me identifico con Katniss; sobre todo, cuando vuelve a su casa después de los juegos, y la gente le trata como si fuera otra, pero ella no se siente distinta. Así me pasa a mí con la reacción de la gente", dice en España, donde está promocionando "En llamas".