SANTIAGO.- "Todo era perfecto", escribe el periodista Pablo Márquez en el prólogo del libro "El rey Lucho cantaba boleros" (Aguilar, $12.900), al repasar la largada del proceso que terminó en la reciente edición de esa biografía dedicada a Lucho Gatica, y que incluyó el temprano interés editorial y la adjudicación de un aporte entregado por el Fondo Nacional de la Música.
Pero apenas una coma más tarde, el relato se vuelca: "Salvo por un pequeño gran detalle: Lucho Gatica siempre se mostró contrario a nuestro trabajo. Apenas supo del premio y del inicio del trabajo periodístico, se quejó por los medios argumentando que el único capaz de contar su vida era él mismo".
"Al inicio no le tomé mucha seriedad a su negativa, seguí trabajando, pero llegado el momento de tener cosas de primera fuente, se me fueron cerrando las opciones. Él dijo en su familia que nadie podía hablar, y al final tuvimos que tratar de hacer lo que pudimos", recuerda hoy Márquez. Por esa razón, el periodista no se extraña de que el cantante haya enfatizado recientemente su oposición al libro y que incluso lo haya amenazado con demandas.
"En un principio me pareció extraño, no entendía muy bien qué le había parecido mal. Pero una vez que me quedó claro que no había leído el libro y que quería querellarse porque nadie tenía derecho a contar esta historia sino él, me pareció que era un argumento sin ningún sustento. Uno puede contar la historia que quiera, siempre y cuando sea respetuoso y no falte a la verdad. Nosotros tratamos de estar en esa línea, sobre todo porque la historia que quisimos contar es una historia benevolente y justa con el protagonista", dice el biógrafo, quien recalca que su "motivación única y principal era rendir un homenaje a un artista que yo creo que se lo merecía".
Por lo mismo, recibe con tranquilidad la reciente advertencia de Gatica. "Veo poco probable que tenga éxito, pero si viene la querella, ahí veremos qué hacer", adelanta.
-¿A qué atribuyes esta negativa tan rotunda de su parte?
-Básicamente, que él siempre quiso contar su historia, escribir su libro, y seguramente hacer negocio, porque uno de los argumentos que me dio es que la historia era de él, y que él era el único que tenía derecho a contarla. Él habla de derechos, me imagino que piensa que un libro puede ser un buen negocio. El libro está incompleto, y yo lo reconozco, pero la idea era justamente otra, era sentarme a hablar con él y que me contara la historia.
-Él no sólo desautoriza el libro, además se muestra muy enojado...
-Siempre tuvo enojo. Cuando habló conmigo se enojó y me insultó un par de veces. Hay un enojo muy poco entendible, porque yo le expliqué desde el día uno que mi intención era hacer un homenaje a un artista al que considero relevante, y que se merece todos los aplausos. Me extraña que se enoje tanto, porque uno puede estar en desacuerdo, pero esa reacción tan visceral... En el fondo, pareciera que no le gusta que se hable de él.
-Tú dices que el libro es un homenaje, y la falta de reconocimiento es precisamente uno de los temas sensibles en la relación entre Lucho Gatica y Chile...
-Y el libro, yo lo pongo bien entre comillas, viene a tratar de pagar una deuda de reconocimiento, poner en su justa dimensión la altura de Gatica en sus años de gloria. Por eso resulta más extraño su compartamiento. Pero es su forma de verlo, su decisión. Lo que más me extraña, es que todo esto es previo, él no ha abierto el libro, no lo ha leído. Si lo lee y encuentra que hay algo malo u ofensivo, me parecería más lógico que se indigne, pero ni siquiera lo ha abierto. Al menos eso es lo que ha dicho.
-Ahora que el libro está editado, ¿crees que lograste el objetivo de alzar su figura, de homenajearlo?
-Yo creo que sí. Mucha gente que lo ha leído no sabía de la importancia de Gatica en el contexto mundial, en el bolero, en la forma de cantar, en la percepción de los cantantes. Con todas esas pequeñas cosas que el libro logró transmitir, el objetivo está cumplido. Si con este libro la altura de Gatica se amplifica y se entiende su importancia, entonces cumple su función.