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Stefan Kramer: "Tenemos hartas ganas de hacer la próxima película fuera de Chile"

El imitador estrenará el próximo jueves su segunda cinta, "El ciudadano Kramer". Esta vez son 25 personajes los personajes que intervienen en una historia que se produjo en menos de seis meses. "Tengo que demandarme a mí mismo por las horas extras", dice sobre este maratónico rodaje.

30 de Noviembre de 2013 | 16:35 | Por Francisca González Castillo, Emol

SANTIAGO.- Stefan Kramer tiene un olfato especial para saber cuándo un proyecto puede ser exitoso. Así lo demostró el año pasado, cuando su debut en la pantalla grande, "Stefan v/s Kramer", se convirtió en la película más vista de la historia en Chile.  Ese instinto- o "tincada", en palabras del imitador,- lo llevó en junio pasado a lanzarse con su segunda cinta, "El ciudadano Kramer", que el próximo jueves 5 de diciembre se estrenará a nivel nacional.

La producción se sacó adelante en un tiempo récord (inferior a seis meses) después de ver el rápido interés que generó en la audiencia el video que Kramer grabó imitando a los candidatos presidenciales antes de las primarias. Con una historia atractiva, actuaciones trabajadas y una factura cuidada- que demuestra que la cinta cuenta con los recursos de la multinacional Fox- la película deja claro que el actor efectivamente tiene una habilidad especial para poner en marcha planes que salen bien.

Y es ese talento el que lo hace pensar que en el futuro sería una buena idea atreverse a salir al extranjero.  "Tenemos hartas ganas de hacer la próxima película afuera", cuenta el imitador a Emol a días del debut de su segunda cinta. "Es un trabajo más a largo plazo, pero conmigo no se sabe, porque a veces me viene la tincada y digo ‘vamos poniéndole nomás con la cuestión’'", dice adquiriendo la voz de Carlos Larraín, uno de los personajes protagónicos de "El ciudadano Kramer".

La cinta que se estrenará el jueves muestra el conflicto que atraviesa Kramer cuando los políticos Don Carlos (Larraín) y Don Camilo (Escalona) prohíben las imitaciones en periodos electorales, después de que su robot- un personaje que a todas luces es el Rodrigo Hinzpeter que se vio al final de la primera película- les dice que en el futuro Kramer amenazará la estabilidad política del país, pues será elegido presidente.

La promulgación de este decreto, bautizado como "Ley Kramer",  impide que el imitador ponga en escena un show en el que simula ser candidato a La Moneda. No obstante,  se percata que puede utilizar un resquicio para hacerlo igual. Es entonces cuando el plan se le escapa de las manos y se borran los límites entre una campaña falsa y una real.

Aunque la película se trata en esencia de una comedia, la historia incluye varios mensajes que aluden al escenario político y que pueden remecer a  la audiencia. En esta materia juega un rol fundamental la imitación del dirigente social y diputado electo por Aysén Iván Fuentes, quien en la cinta alza la voz para decir que "la gente no sabe el poder que tiene" con su voto.

"Lo que traté de expresar con el mensaje (de Iván), que son palabras dichas por  él (en discursos reales), es poder detenerse un poco y sintonizarse, y escuchar a personas que no son escuchadas, salir un poco de ti mismo y mirar que hay personas que necesitan tribuna para decir cosas. Era una manera de decir 'esto existe', pero de una manera sutil", explica Kramer.

La película incluye otras 24 imitaciones además de la de Fuentes, lo que significó un trabajo complicado para el imitador, tanto en la preparación del rol como en su caracterización física. "Hay personajes que puedo improvisar mucho, como Negro (Piñera) o Arturo (Longton), pero hacer a ME-O es difícil, aunque no lo parezca, porque habla rápido, y hay que hablar rápido-bien" dice riendo al referirse a su versión de Marco Enríquez-Ominami.

"Carlos Larraín y Camilo Escalona también costaron harto, más que nada por el maquillaje, porque son como seis horas en que Carla (Gacic) me está maquillando y se hace bien tedioso. Hay hartos momentos en que uno tiene que estar allí con mucha tranquilidad emocional, una tranquilidad bien de adentro para poder llevar a cabo las cosas", cuenta sobre las largas jornadas que llevó a cabo para realizar la producción, donde sobrepasó las 15 horas de trabajo diario. "Tengo que demandarme a mí mismo por las horas extras", dice soltando una carcajada.

El equipo tras "El ciudadano Kramer" espera que la cinta esté en cartelera hasta fines de las vacaciones de verano.  El imitador adelanta que durante este periodo seguirá "inyectándole promoción a la peli", para luego tomarse un periodo de descanso, el cual no debería ser muy largo. "Quiero juntar las fuerzas para  empezar  otro proyecto y entregarle otro momento de entretención y distracción a la gente, para que se rían, reflexionen. Esa es la pega que nosotros intentamos hacer siempre", concluye.

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