Mario Vargas Llosa: "El futuro del libro no corre peligro"

GUADALAJAR.- "El futuro del libro no corre peligro", dijo el Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, en el marco de la 27 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que comezó este sábado y que se prolongará hasta el próximo 8 de diciembre.

"Esta mañana paseábamos por los pasillos de la Feria y le decía a mi hija: 'Mira, qué maravilla, cuánta gente haciendo cola para entrar a un lugar donde sólo hay libros'. La verdad es que es un espectáculo emocionante que a quienes amamos los libros y tenemos cierta inquietud por su futuro nos levanta el ánimo", dijo el autor.

"Uno llega a Guadalajara en estos días y piensa que no hay ninguna razón para temer por el futuro del libro, por el futuro de la literatura, sin cuya existencia el mundo sería peor de lo que es", agregó.

Las declaraciones las hizo durante la presentación de su reciente novela, "El héroe discreto", llevada a cabo en el Salón Juan Rulfo, el más grande de la Feria, que fue totalmente abarrotado. El escritor peruano estuvo acompañado en el evento del periodista español Juan Cruz y de su amigo, colega y compatriota José Miguel Oviedo.

Sobre su nueva novela, el atuor dijo carecer de la perspectiva en torno a su obra que le permita encontrar la línea de continuidad con "La ciudad y los perros", publicada hace 50 años, como lo ha marcado cierto sector de la crítica y el propio Cruz en la presentación.

"Aunque no me sorprendería encontrar esas coincidencias, porque desde mi primera novela hasta la última, mis preocupaciones han sido siempre las mismas y se expresan en una actitud frente a la problemática peruana y latinoamericana que pasa del entusiasmo al pesimismo y del pesimismo al entusiasmo", remarcó.

En la obra de Vargas Llosa, tal como lo marcó Oviedo, reaparecen algunos personajes de antaño y "El héroe discreto" no es la excepción, al recuperar el autor al sargento Lituma, de "Lituma en los Andes" y a Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, de "Los cuadernos de don Rigoberto", entre otros.

Se trata, dijo el escritor peruano, de personajes secundarios, puesto que los principales en sus novelas tienden a desaparecer cuando la historia llega al punto final.

"Esos personajes que no son los protagonistas de mis historias se quedan en mi memoria y comparecen cuando voy a empezar a escribir la nueva novela, queriéndome hacer saber que no los he aprovechado bastante", expresó.