No tiene nada de rock. Lo dijo el mismo Oddó en una primera entrevista luego de lanzado el trabajo con el que continúa su camino tras Déjame dormir (2010), su disco anterior. Y, sobre lo mismo, fue como si no hubiese tenido un disco anterior: ésa es otra de las cosas que dijo en esa conversación. Las dos frases son definiciones certeras para la nueva música de este cantante chileno, que con Démonos el tiempo (2013) en efecto marca un nuevo comienzo personal y al mismo tiempo se sacude de lo que pudo haber de rock en sus inicios, para hacer una entrada en grande en el pop de estos días en Chile.
Esa manida diferencia entre pop y rock será todo lo ociosa y odiosa que uno quiera, pero en este caso Oddó viene a hacer el favor de proponer una explicación con máxima sencillez en sus canciones. Si en Déjame dormir las guitarras estaban por todas partes, el sonido era el de una banda concreta en vivo, y el efecto general es que daban ganas de escuchar, en Démonos el tiempo el sello está en los sintetizadores, el sonido es más estilizado y abstracto, y el efecto es que además dan ganas de bailar. Así de instantáneo es el coro de "Está bien así", bien parado al lado de la mejor canción de Alex Anwandter, mientras la explosiva Li Saumet, cantante de los colombianos Bomba Estéreo, viene a sacar con sus rimas una punta insospechada a la canción "Podria matarte", en contraste con la voz más etérea de Cecilia Amenábar, la otra invitada del disco en la canción "Démonos el tiempo".
Bien compuesto por Oddó y producido a trío con Nacho Soto Kallens y Nicolás Arancibia —también conocido como Lego Moustache e integrante de Astro, Moustache! y otros grupos—, Démonos el tiempo tiene como propiedades principales la precisión y la nitidez, y las dos valen para las exactas dosis de guitarra eléctrica, las texturas casi palpables de los bajos, el colorido brillante de los timbres electrónicos y las baterías siempre ajustadas de Lego Moustache. Y otra buena noticia es que aquí Oddó vuelve sobre su instrumento original. Iniciado en 2005 con diecisiete años en el bajo del grupo de rock Alamedas, y también bajista hasta hoy en la banda de la cantante pop Francisca Valenzuela, se había cambiado a la guitarra en su disco de 2010, pero éste es a todas luces el disco de un bajista, con la singularidad que eso implica.
De partida los bajos aquí no están programados: ese sonido análogo se empasta bien con la producción electrónica general. Luego, Oddó a menudo incorpora octavas con las que agrega un tinte funk, al punto de que el inicio de "Está bien así" va más allá y es pura onda disco. Las líneas de bajo de "Un poco más", "Está bien así" y "Ahí vas", en orden ascendente, deben ser de las mejores del pop chileno desde las que Luciano Rojas tocó en La Ley, en "Sintiendo cosas" (1989) o "Día cero" (1995). Y ese estilo suelto e incitante para tocar, en el que valen tanto las notas como los silencios que Oddó desliza entre ellas, está muy a tono con las letras. Porque en los versos de Démonos el tiempo el cantante muestra además una nueva convicción vocal para dejar en el aire la tensión sexual implícita en líneas como "Bailemos un poco más, muévete siempre más", "Dime si hoy vas a tener contacto conmigo" o "Y si no voy a seducir a alguien más". Eso es: así mismo está tocado el bajo.
—David Ponce