El juez a cargo del caso dice que las acciones de su antecesor ''contaminaron'' el proceso judicial.
AP.LOS ANGELES.- Unos correos electrónicos que se enviaron entre sí los jueces del caso contra Roman Polanski por abuso de una menor en 1977, evidencian que la Justicia de Estados Unidos debería poner fin al proceso abierto contra el cineasta, debido a la conducta inapropiada del magistrado que lo condenó.
Los documentos, que son publicados hoy por The New York Times, recogen el testimonio del juez Larry P. Fidler- de la Corte Superior del condado de Los Angeles-, quien confiesa de forma privada a sus colegas que la ley está de parte de Polanski.
En opinión de Fidler, el procesamiento de Polanski estaba contaminado por la actuación del juez Laurence A. Rittenband que llevó el caso en los años 70 y falleció en 1993.
Rittenband quedó en evidencia en el documental "Roman Polanski: Wanted and Desired" de 2008, en el que se mostraba cómo el magistrado instruyó a los abogados para plantear el caso, del que además hablaba constantemente con la prensa.
Los correos electrónicos filtrados al diario neoyorquino se produjeron en respuesta a lo reflejado en el documental, y en ellos Fidler confesaba que si Polanski regresaba a Estados Unidos para ser juzgado tendría que ser liberado, lo que habría supuesto "el fin" de su carrera como magistrado.
Fidler temía que la opinión pública se le echara encima si llegara a verse en esa situación.
En esos correos también estaba el juez Peter. P. Espinoza, quien en los últimos años se encargó de la causa contra Polanski. En el año 2010 él desestimó la petición de nulidad presentada por los abogados del director, en vista de las evidencias del documental.
El cineasta de 80 años fue denunciado por violación a una niña de 13 después de una sesión fotográfica en Los Angeles en 1977. Huyó a Francia en 1978 para evitar un juicio u desde entonces no puede ser extraditado.
El cineasta, ganador de un Oscar en 2002 por "El pianista" aún está en busca y captura por las autoridades de Estados Unidos. En 2009 fue retenido en Suiza, país que, tras tenerlo 10 meses bajo arresto domiciliario, lo liberó desoyendo las peticiones de extradición.