El director Richard Linklater asistió a la proyección de ''Boyhood'' en compañía de su protagonista, Patricia Arquette.
EFEEste filme era el gran proyecto de Linklater, experto en sagas románticas como "Antes del amanecer", "Antes del atardecer" y "Antes de la medianoche" (las tres estrenadas en su momento en la Berlinale). Ahora, el cineasta dio un paso adelante y concentró la evolución de una familia en un solo filme donde el paso del tiempo no es obra del maquillaje, sino real.
"Quise rodar la vida normal, de una familia normal, y dejé fluir la historia. Tenía un guión más o menos reestructurado, pero tuve que irlo reformando según evolucionaban ellos, por supuesto", explicó el realizador.
"Era un proyecto arriesgado, claro. En doce años pueden pasarnos a todos muchas cosas. No solo los personajes del cine se divorcian o tienen hijos, nosotros también, y quién sabe qué pasará por la cabeza de los chicos en este tiempo", añadió en compañía de Arquette. La actriz fue la portavoz adulta de las inquietudes del electo ante la "arriesgada aventura" de exponerse a cambios indeseados en esos doce años.
El cine asta arriesgó mucho en un proyecto que implicó rodar regularmente una vez al año, y la evolución de esos personajes no se queda solo en los nuevos cortes de pelo de la protagonista. Evolucionan los respectivos caracteres, aparece una nueva pareja, nuevo matrimonio, nueva familia, nuevos problemas conyugales, pequeñas o grandes rupturas.
Todo en la película responde al modelo del "american way of life", sin disidencias y de acuerdo al propósito declarado de Linklater, desde la banda sonora al desarrollo de los hijos, lo que se da en un contexto donde todo es previsible, casi sin excepciones.