VIÑA DEL MAR.- Ya en el tercer corte de su presentación, el español Raphael se matricula con la que será una de las mejores piezas en su concierto. La clásica "Mi gran noche" suena esta vez rockera y cargada de carácter, y anticipa cuál será el destino que espera al cantante en esta velada: No otra cosa que salir triunfante y vivir otra noche como la de ese título, en el Festival de Viña del Mar.
No vamos a descubrir ahora al linarense, quien debutó en el certamen en 1982, y que con ésta suma cinco ocasiones en la Quinta Vergara. Sin embargo, el clima anterior era esta vez diferente: Raphael llegó a Viña 2014 como reemplazante de un reemplazante, caído de rebote en un cartel que nunca lo contempló, y tras un episodio tan vergonzoso y cargado de simbolismo como aquel del diente, en 2010.
Pero sobre el escenario barrió con ambos antecedentes. Primero, porque el saldo de esta noche demuestra la buena fortuna que tuvo CHV al toparse con el español realizando justo una larguísima gira por Chile en estos días, y así suplir la bajada a última hora de Alejandro Fernández.
Su arribo al certamen fue preciso: La presencia de Raphael logró configurar una noche altamente coherente, con la gran mayoría de las radicales de Ana Gabriel permaneciendo en sus lugares hasta el final de la presentación, casi sin mermas en la audiencia hasta las 03:35 de la madrugada.
Y si es que para algunos lo del diente pudo representar algo así como una señal de jubilación a considerar, el español también barrió hoy con eso, al demostrar que tiene cuerda para rato, y que tanto en lo vocal como en lo escénico se mantiene bien puesto a punto.
Por si quedan dudas, quizá algo de respuesta a eso haya en el tono que recubre a diversas piezas. Porque si "Mi gran noche" suena rockera, "Por una tontería" corre el límite de la electricidad aún más allá, y con sorprendente potencia refuerza el carácter dramático que ha hecho insigne al español, hasta derivar en un epílogo al borde de lo progresivo.
"Detenedla ya" mantiene la tendencia con más cuotas de rock, y termina de instalar un colorido que de todos modos comparte con los habituales: La elegancia de "La noche", la firmeza de "Digan lo que digan", el optimismo de "Maravilloso corazón", y la desolación de "En carne viva", además del coro masivo en piezas como "Cuando tú no estás".
Las antorchas y gaviotas cayeron una vez más, para coronar una velada que quizás deja sólo un punto en la ambivalencia: El tono de lugar común que arriesga adquirir la emblemática creación de Violeta Parra "Gracias a la vida", hoy puesta en una nebulosa entre el homenaje y el simple ánimo de congraciarse con la audiencia local. Ello, porque con Raphael ya van tres artistas que la interpretan en los tres días de Viña 2014, luego de que antes lo hicieran Laura Pausini y Ana Gabriel. A estas alturas, realmente, uno ya no sabe si celebrar o molestarse.