El difícil trance que debió sortear Carlos Vives hasta llegar a su tercer Festival

VIÑA DEL MAR.- "Se van a encontrar con el mismo Carlos Vives, con la misma felicidad. El mismo que vino la primera vez a Viña, pero con menos miedos", dice el colombiano al hacer un parangón entre esta visita al Festival de Viña del Mar, donde se presentará esta noche, y las de 1996 y 1998.

Pero esta vez no se trata de sólo del recurso fácil de comparar dos momentos, ni de evaluar el paso del tiempo, sino de algo un poco más complejo. Vives llega a Viña tras salir de una temporada de ostracismo relativo, de años en los que estuvo totalmente alejado del ojo público internacional, dedicado a su teatro en Bogotá, a la actuación, y a crear piezas musicales que no llegaron siquiera a salir de las fronteras de Colombia. Fue un momento en el que todo se le vino encima.

"Yo tenía la motivación, pero en ese momento se acabó mi matrimonio, el trabajo, los contratos, desapareció la compañía", dice, remitiéndose a un momento fechado hace cerca de ocho años, y determinado en gran medida por la debacle de la vieja industria discográfica.

-Pero tú eras Carlos Vives, una figura continental, que había vendido millones de discos. ¡Quién no querría contar con Carlos Vives!
-Fue por la imposibilidad mía y de mi equipo de reunirnos con nuevas compañías. Un artista tiene que tener un buen equipo. Hicimos unos intentos, pero el equipo dejó de hacer el trabajo, me quedé solo, y me olvidé un poco de eso. Me olvidé de seguir tocando puertas. Y antes de que me conocieran fuera de Colombia, hace 20 años, yo hacía lo mismo que hice en esos ocho años: Trabajar en el teatro, cantar de vez en cuando allí, un musical para niños. Extrañaba muchas cosas, me sorprendía de otras, no podía entenderlas. Y me di cuenta de que no tenía gente que me pudiera ayudar en esto. Me fui quedando solo, y no hice nada por cambiarlo.

-¿Y en qué minuto se voltea todo esto?
-Cuando aparece Sony y me hace la propuesta. Se demoraron, aparecieron muchos años después, pero bueno, nunca es tarde.

Tras esa oferta, Vives grabó Corazón Profundo (2013) y entonces vino el destape, coronado por tres premios Grammy Latino cosechados en noviembre pasado. Y ése es el Vives que vuelve después de 16 años, y el que recuerda ambos momentos.

"En esos años estaba un poco nervioso, por todo lo que giraba alrededor del Festival, lo del Monstruo. No he dejado de trabajar, y estamos listos, contentos por la oportunidad de cantar, y con la experiencia de los años. Hoy para mí es más tranquilo subir a cantar y entender que hay un público que quiere gozar, quiere pasarlo bien, y hay que cumplirle", dice.

¿Cómo le cumplirá? "Al público chileno y de Viña le gusta que uno tenga sentido del humor, mucho sentimiento, mucha alegría y mucha nostalgia. Que si vamos a cantar algo por allá abajo, triste, hacerlos llorar, hacerlos sentir eso que quieren sentir. Ellos quieren sentir, quieren vivir. El Festival es parte de la cultura chilena, forma parte de su cultura e idiosincrasia. Eso de que mezclen el humor con la música es único, entonces uno ha aprendido, sabe lo que quieren, pero tengo que lograrlo esa noche. Puedo saber lo que quieren, pero la noche es ahí, en ese momento. Estoy contento de tener la oportunidad. El resultado, dependerá de lo que haga".