Una diva dice adiós: Paloma San Basilio cumple con su despedida de Viña del Mar

VIÑA DEL MAR.- Estuvo antes en 1979 (cuando "no tenía ni para comprarme este traje"), 1983 y 1986, pero tras este cuarto paso en 2014, 28 años más tarde, no habrá otro por venir. Porque Paloma San Basilio cumplió en la Quinta Vergara con la que, anunció, fue su despedida definitiva de los escenarios chilenos.

Y estuvo a la altura de las circunstancias: En cerca de una hora, la cantante demostró por qué es una de las voces más icónicas de la música iberoamericana, en particular de la escena romántica, y de una época en que eran los intérpretes las figuras estelares.

Esos años son los que la diva hispana recordó ante una Quinta Vergara casi repleta (no hubo significativas deserciones tras la salida de Rod Stewart), y de la mano de clásicos como "Cariño mío" y "Libre".

"No me abandonéis", dijo antes de "Por qué me abandonaste", dando una primera señal del adiós en curso, para luego saludar a la alcaldesa, hablar de la crisis española y festejar los pisco sours que bebió esta semana, como presidenta del jurado internacional.

La elegancia y el dramatismo que la hicieran insigne nuevamente emergen, aunque en una pieza tan emblemática como "Beso a beso dulcemente" se diluyen en parte, entre el exceso de arreglos y trucos que despliegan sobre todo saxo y bajo.

Antes del epílogo con piezas como "Juntos" y "Vida", desenfundó un tema de Violeta Parra, que además de ser "Volver a los 17" (es decir, de no ser "Gracias a la vida") justificó con su propia historia en este evento: Fue esa misma canción la que le sugirieron no cantar en 1986, pero que ella cantó igual.

La prueba entonces se vuelve evidente: Paloma San Basilio se retira de los escenarios, entre ellos éste, pero deja sus huellas en la historia del Festival. A cambio, el público le entregó Gaviotas y Antorchas, las últimas que aquí cosechará.