MADRID.- Este año Cristián Castro inició una nueva etapa profesional. Comenzó a promocionar su debut como cantante de rock, con la difusión de la canción "Purgatorio", primera composición de su nueva banda, La Esfinge. Al mismo tiempo, prepara el lanzamiento de Primera Fila. Día 2, registro en vivo de sus canciones románticas.
Castro valora atravesar un periodo de satisfacción profesional, pero lamenta que su vida personal no siga la misma vereda.
"No estoy en un buen momento personal, de hecho es uno de los más inestables y turbulentos y de los de más choque conmigo mismo", admite el cantautor mexicano.
El hijo de Verónica Castro explica que tanto trabajo y, por ende, tantos viajes, conllevan un alto precio que se paga con soledad. "Es difícil lograr algo muy real así", dice, pero no está dispuesto a renunciar a su carrera.
"No voy a hacer nada al respecto. Seguiré siendo un soñador, un cantante que trata de lograr cosas con su oficio", sentencia Castro, que está inmerso en la promoción del segundo capítulo de una gran experiencia discográfica en directo.
Primera fila. Día 2 (Sony Music) es, como su nombre indica, el CD+DVD surgido del segundo concierto consecutivo que ofreció ante una audiencia reducida y acompañado de una orquesta a finales de 2012 en Los Angeles.
"Me sentí mejor en el primer día. Manejar tantas letras, mucha memoria... Me estresé más en el segundo, pero finalmente creo que fue el que mejor quedó", asegura Castro, que dice haberse sentido muy inspirado por el acústico previo de su compatriota Julieta Venegas.
"Creo que me exigí mucho y logré mucho", dice del balance final de este vigésimo cuarto disco, cuyas características lo convertían "en un reto enorme", pues ante una audiencia tan cercana y en un formato tan desnudo los fallos se aprecian aún más.
"Quería demostrar que podía hacerlo en una sola toma y me cuidé durante un mes para hacer un buen papel", cuenta, oguilloso de haber alcanzado una madurez vocal, lejos de la "sobreactuación" en la que, como él mismo reconoce, cayó a veces en un intento por "demostrar" demasiado.