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31 Minutos volvió a marcar uno de los puntos altos de Lollapalooza

A dos años de su debut en este festival, el elenco de músicos y muñecos abarrotó una vez más de público el escenario de "Kidzapalooza", esta vez con la batuta en manos de Guaripolo. Al mismo tiempo, Upa conseguía otro de los los logros de esta primera jornada.

29 de Marzo de 2014 | 20:40 | Por David Ponce, Emol
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31 minutos cautivó a los niños y adultos presentes en el escenario ''Kidzapalooza''.

Felipe González, El Mercurio

SANTIAGO.- Desde un buen rato antes estaba claro que había una especial expectación por el show de cierre del escenario "Kidzapalooza" en esta primera jornada de festival. Filas de padres e hijos se encaminaban en masa hacia esa zona, en la que hacia las seis y media de la tarde el público copaba no sólo el espacio frente al escenario sino gran parte de los prados aledaños.


31 Minutos volvió con lleno total de público a Lollapalooza. A dos años de su debut en este mismo festival, ocasión a partir de la cual se inició en 2012 una espiral de retorno que terminó por llevarlos al año siguiente al Festival de Viña, en 2014 el elenco de músicos y títeres presentó un nuevo show y confirmó una vez más el atractivo transversal de su combinación de humor y canciones.


Y si dos de los personajes favoritos de la serie han sido y serán Tulio Triviño y Juan Carlos Bodoque, ahora el anfitrión demostró que tiene un arrastre no menor al de sus compañeros. Guaripolo, ese ser peludo y colorado que nació a los doce años en las inmediaciones de una fábrica de huaipe, según la autiobiografía que él alcanza a empezar en vivo, fue el muñeco-ancla de la presentación, encargado de animar un programa de pitanzas por teléfono en la emisora WKRPQW (léase Doble U Ka Erre Pe Cu Doble U).


Hilados por las bromas telefónicas de Guaripolo desfilaron en escena otros personajes como Flor Bovina, Guachimingo, Calcetín con Rombos Man y los propios Tulio y Bodoque. Y quedaron además entrelazados por el cargamento de grandes éxitos de la discografía de 31 Minutos, desde "Rin rin raja" en la apertura hasta el himno "Yo nunca vi televisión" al cierre, pasando por el foxtrot de nueva generación de "Mi muñeca me habló", el rock emotivo-alternativo de "La regla primordial", el funk rock febril de "Mi equilibrio espiritual" y la autocrítica honesta de "Canción mala" entre el total de dicisiete canciones que el grupo hizo caber en poco más de una hora de show.


Álvaro Díaz, Pedro Peirano, Jani Dueñas, Camilo Salinas, Pablo y Felipe Ilabaca y Toño Corvalán, estos tres últimos de Chancho en Piedra, pusieron en escena entre otros el nuevo show de 31 Minutos. Y no se trató exclusivamente de grandes éxitos. "Para los mal pensados que dicen que sólo reciclamos canciones viejas", fue el aviso del grupo antes de uno de los estrenos de la tarde: es "Mi mamá me teje todo", de Lino y Lana, encaminada directo a la colección de las canciones testimoniales-vivenciales de 31 Minutos, a la que luego sumaron casi al cierre la cita a Nino Rota de "El buen padrino".


El regreso del elenco a este festival sirvió además para confirmar que el arrastre sigue siendo válido para la familia completa, desde hijas e hijos hasta madres y padres, y que estos últimos muchas veces disfrutan más del espectáculo. El mejor ejemplo fue "Diente blanco no te vayas" y su conmovedora despedida a un diente de leche. Los niños reconocieron de inmediato la historia, y los padres pudieron cantar además el hit de KC & The Sunshine que viene de contrabando en la nueva versión de esa canción: "Diente blanco, please don't go".


Horas antes la fiesta bailable ya estaba declarada en otro de los grandes escenarios del festival, bajo techo en la Arena Movistar. Ahí Flume logró superar un imprevisto técnico que detuvo su show por poco más de un minuto y puso a bailar a los miles que a media tarde llenaban más de la mitad de la cancha y parte de las graderías del recinto. Para un público más escogido, y de mayoría de compatriotas, actuaba a esa misma hora la banda rockera brasileña Nacao Zumbí, y justo al término de su show el novísimo cantante inglés Jake Bugg daba una primera muestra de cómo suenan el folk y el rock en sus manos prometedoras.


Y justo a la misma hora de 31 Minutos, otros chilenos conseguían una de las buenas marcas de la tarde: Upa. La banda iniciada a mediados de los '80, que en estos días prepara su disco de regreso, atrajo a una audiencia que copó por completo la capacidad de La Cúpula, por primera vez en la jornada. Pablo Ugarte, Mario Planet, Sebastián Piga, Octavio Bascuñán y sus nuevos acompañantes ofrecieron en ese intenso contexto un concierto con historia y actualidad, entre canciones de los '80 y los '90 como "Sueldos" o "Esquizo" y creaciones de nueva generación como su actual single, "Respiras por dos": una prueba más de vigencia en espera de su nuevo trabajo.

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