SANTIAGO.- Hace poco más de dos años Sebastián Silva preparaba el rodaje de su primera película elaborada con equipo y fondos estadounidenses, "Magia magia". El protagonista de ese thriller ambientado en el sur de Chile, el actor norteamericano Michael Cera ("Juno", "Arrested Development"), pasó una temporada extensa en Santiago para aclimatarse con la cultura local antes de las grabaciones. Se quedó varias semanas en la casa del director y surgió una amistad estrecha entre ambos. Por eso, cuando la puesta en marcha del proyecto se retrasó por problemas de financiamiento, la dupla se unió para ejecutar otra historia totalmente opuesta: una comedia en el árido paisaje nortino.
Fue así como surgió "Crystal Fairy & el cactus mágico y 2012", cinta que se estrenará este jueves en los cines nacionales, tras debutar en Estados Unidos el año pasado y conceder a Silva el premio a la mejor dirección en Sudance 2013. En menos de un mes y medio esta cinta se planificó y rodó, con Cera en el rol principal y con la estadounidense Gaby Hoffman ("Un viernes de locos", "Volcano") como su coprotagonista.
La película sigue a Jamie (Cera), un extranjero que emprende un viaje hacia el norte chileno para drogarse con un cactus que sólo crece en esa zona del país. En su aventura lo acompaña su amigo Champa y los dos hermanos chicos de él, Pilo y Lel- los tres interpretados por los hermanos del director, Juan Andrés, Agustín y José Miguel Silva-. En el recorrido se les une una extrovertida y esotérica hippie estadounidense que se hace llamar Crystal Fairy (Hoffman), quien irrita a Jamie con sus constantes arranques místicos.
La escaleta de 12 páginas que guió esta historia fue confeccionada por Silva en base a una experiencia real que vivió hace 13 años, cuando junto a su amigo Pedro Subercaseaux (el músico PedroPiedra) conoció en el norte a una "gringa loca" que se hacía llamar Crystal Fairy. Es así como, en cierto modo, el cineasta proyecta una parte de sí mismo en la pantalla.
"Yo creo que el personaje de Michael tiene algo de mi si se considera su personalidad obsesiva. Está totalmente obsesionado con el cactus, es su único objetivo. No le interesa nada más y no escucha a nadie más. Yo creo que en eso se parece a mí", dice el director.
"Crystal Fairy" es en esencia una comedia, y eso puede ser un desafío para un chileno que debuta en el género, y más aún si lo hace en inglés. No obstante, Silva destaca que no fue complicado lograrlo. "Me he dado cuenta que mi humor, el humor de mis películas, es internacional. Me imagino que es así", dice. "Las improvisaciones de Michael son muy divertidas y las de ella (Gaby Hofman) también. Tiene un humor universal porque no son tallas, sino que situaciones divertidas, de humillación, de culpa, o envidia, o apuro, o discrepancias, que se traducen en comportamientos y situaciones, no en chistes. Pasan cosas divertidas pero que no necesitan el lenguaje", añade el director.
Cuando Crystal Fairy "opacó" a Magia magia
Las dos películas que realizó Silva entre 2011 y 2012 se estrenaron el año pasado en Sundance con buenos resultados, pero fue "Crystal Fairy" la que atrajo más a la crítica y la audiencia, pese a ser un proyecto menos elaborado que "Magia magia". Además, logró una nominación a los premios más importantes del cine independiente en Estados Unidos, los Spirit Awards, por el rol de Hoffman como la estrafalaria protagonista.
Para Silva, la explicación a esto pasa por el rol que jugaron las distribuidoras de ambas cintas. "'Magia magia' fue enterrada por sus distribuidores, por Sony. Ellos decidieron que era una película que no era para cines. La lanzaron directamente a DVD y televisión por cable, porque pensaban que era muy difícil de marketear", asegura.
"Era una película mucho más autoral de lo que ellos esperaban. A pesar de haber leído el guión y haber escuchado las referencias que estaba usando para la película, yo creo que ellos esperaban todo el rato que yo hiciera una película de terror. Y 'Magia magia' puede tener algunos elementos similares del terror, pero no es una película de terror para adolescentes. Es una especie de oda a las películas más macabras de Polanski de fines de los sesenta, es otra onda de película. Yo creo que los aspectos más autorales de la película fue lo que complicó a Sony para hacer un estreno más comercial", explica Silva.
"Pero 'Magia magia' fue a Cannes y a la prensa francesa le encantó, y 'Crystal Fairy' no. Fue un poco dividido lo que pasó con las dos películas", señala. Pero esa experiencia le dejó una enseñanza para el futuro: "Una de las recompensas de hacer una película es sentarse en un teatro lleno y ver a la gente riéndose, o asustada. Entonces, para una próxima película con un estudio, me voy a asegurar de que eso esté en el contrato. Aunque sea en un cine, me da lo mismo. No me importa que sea una cadena, está bien que sea un cine arte. Pero es castrante que la película no salga", cuenta.
La transformación del director en actor
Actualmente Silva está trabajando en la postproducción de su nueva cinta, "Nasty baby", en la que debuta como actor y comparte protagonismo con Kristen Wiig (Damas en Guerra, Saturday Night Live).
"Se trata de unos amigos que quieren tener hijos (él y Tunde Adebimpe) y no les resulta porque uno es infértil. El otro puede, pero le da miedo por la familia", dice el referirse a la base de esta historia, donde Wiig interpreta a la mejor amiga de la pareja homosexual."“A ese rollo se suma otro, que los enfrenta con un vago que empieza a arruinarles la vida en su barrio cuico. Y empieza a haber conflictos y en momento se convierte, un poco, en un thriller", detalla el director, quien recalca que no es una comedia, pese a que se podría creer eso por la presencia de una actriz que es emblema de "SNL".
Silva asegura que los resultados de su faceta como actor lo dejaron conforme, pues necesitaba explorar roles anexos a la dirección. "Lo que me llevó a actuar fue el '¿Por qué no?'. Hacer películas se transforma en una actividad repetitiva, entonces mientras más puedas reinventarte a ti como director, tener una experiencia más arriesgada, se aprecia. Es bueno estar un poco en problemas, no tengo arrepentimiento", concluye.