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"Fuerza bruta" llega a reivindicar el teatro de los sentidos con una avalancha de estímulos

Esta noche se estrena en los estacionamientos de Parque Arauco el celebrado montaje argentino, donde los cuadros se suceden unos a otros apelando a lo más primario del espectador. "Somos todo lo contrario a intelectuales del teatro", dice su director.

29 de Abril de 2014 | 16:14 | Por Sebastián Cerda, Emol

SANTIAGO.- "Somos todo lo contrario a intelectuales del teatro", dice el argentino Diqui James, lanzando la que es quizás la principal máxima de "Fuerza bruta", el montaje de origen argentino que él dirige y que este martes aterriza en Santiago por casi dos semanas, en los estacionamientos del Parque Arauco.

No se refiere a que haya textos de fácil comprensión, a que aborde temas cotidianos, ni nada por el estilo. Aquí simplemente no hay textos, porque cuando James habla de lo "no intelectual", está hablando de estímulos que atacan la primera capa de la corteza cerebral, sin ninguna clase de reparos. Es el plano de las sensaciones y de las emociones el que gobierna, haya o no reflexión.

"Es un viaje que es físico, emocional, y donde el estado de sorpresa debe ser constante. Queremos ir más rápido que la mente del espectador", agrega, resaltando una materia prima que consta sólo de música, imagen, impacto, escenografías, cuerpos y una diversidad de elementos básicos.

Como el agua, suspendida sobre las cabezas de los espectadores (siempre de pie), para que contemplen el nado salvaje de cuatro actrices. O el papel picado, estallando sobre el público de la mano de actores que se pasean en una fiesta frenética y descabellada, y de la que los presentes pueden formar parte como uno más.

"Nos gusta el carnaval, el desenfreno. Hacemos un teatro primitivo, pero con tecnología del siglo XXI. Hacemos un teatro salvaje, buscamos la belleza de una manera pura y bruta. Queremos que vengas, grites, cantes, bailes, tengas el celular prendido, que te expreses... Nos gusta la energía al cien por ciento, lo exagerado, lo extremo. Nuestra escuela es la calle, donde tenés que hacer teatro para todos", agrega James, en un verdadero decálogo.

-Aunque has dicho que "Fuerza bruta" no va por lo reflexivo, ¿no le has ido encontrado ciertos significados a sus cuadros, en estos nueve años montándolos?
-Obviamente significan algo para mí, lo que pasa es que eso no tiene ninguna importancia en el show. La poesía puede despertarte una reflexión intelectual, puedes escribir un libro entero sobre una poesía de Neruda, pero a él no le importa.

-Y ésta es tu poesía...
-Claro. No es algo intelectual, es poético, que tampoco me gusta esa palabra, porque suena serio. Esto es salvaje, sale del cuerpo. Yo digo que no tengo ideas, tengo impulsos físicos.

-¿Y has podido escuchar reflexiones que de todas maneras ha hecho la gente? ¿Qué te han parecido?
-Me encanta, me gusta ver que las personas salgan discutiendo acerca del significado de una escena. Pero cuando me preguntan "cuál es el verdadero significado", yo digo que no lo tiene, y es la verdad. No trabajo con metáforas. Yo digo "quiero un tipo corriendo por todo el espacio", y luego veo cómo lo resuelvo, sin pensar en por qué. Si lo hiciera, se me escaparía.

-¿Te gusta el teatro más tradicional? ¿Te gusta sentarte dos horas a ver "Hamlet"?
-La semana pasada vi "Escenas de la vida conyugal", dos personas hablando una hora y media en el escenario. Me encantó, la pasé bien, pero es una excepción. A mí me pasa que me gusta ir al cine, donde me siento en la butaca, veo la película y me siento bien. Pero en el teatro, me siento atrapado en la butaca, no sé por qué. Me parece que hacer hoy un teatro con escenario y butacas, es ridículo, es un atentado contra la creatividad. Hacé un cine, que tiene una pantalla y butacas, eso está bien. Pero el teatro es creación en el espacio, es físico. El teatro tradicional, con escenario, butacas y un texto que marca la acción, a mí no me atrae mucho, aunque hay obras muy buenas. Me gustaría empezar a pensar el teatro desde un lugar más dinámico, más creativo. A nosotros nos cuesta mucho encontrar lugares para actuar, porque los edificios llamados "teatro", limitan mucho a los creadores.

-¿De verdad dejas tan abiertas las opciones de comportamiento en el público, como para que no te importe que suene un teléfono?
-Me puede molestar que lo contestes, porque yo estoy haciendo una obra y vos no la estás mirando. No es que me moleste: Me duele, sentiría que no te atrapé. Pero no me molesta para nada, creo que tienes todo el derecho del mundo. Me gustaría que pudieras comer, gritar, beber... Como en la calle. Que sea un lugar de libertad y expresión en todos los sentidos, de parte mía y de parte tuya.

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