Hoy se estrena "La grande bellezza", última ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera

 (SANTIAGO.-  Durante los dos años que el cineasta italiano Paolo Sorrentino trabajó en la película "Un lugar donde quedarse"- donde Sean Penn interpretaba a un rockstar en decadencia-, tuvo que acostumbrarse a vivir corriendo, tomando aviones entre  Europa y Los Angeles para sacar adelante el proyecto.

En medio de ese proceso fue que decidió que su próxima cinta tenía que ser rodada sólo en Roma, y que debía abordar el universo elitista de esa ciudad. Esa fue la motivación que lo llevó a escribir "La grande belleza" con Umberto Contarello.

"Llevo tiempo pensando hacer una película que justifica las contradicciones, la belleza, las escenas de las que he sido testigo y de la gente que he conocido en Roma. Es una ciudad maravillosa, reconfortante y al mismo tiempo, una ciudad llena de peligros escondidos. Por peligros, me refiero a las aventuras intelectuales que conducen a ninguna parte", dice el director al referirse a los orígenes de esta historia ganadora del Oscar  a Mejor Película Extranjera en los Oscar.

La película gira alrededor de Jep Gambardella (Tony Servillo), un escritor de 65 años que publicó una obra reconocida cuando era joven, y que en su vida adulta se dedicó a vivir una vida bohemia y superficial  en el circuito intelectual romano.

"Inicialmente, era un proyecto ambicioso sin límites que yo seguía postergando,
hasta que encontré el elemento vinculante que diera vida a este universo romano. Ese elemento era el personaje de Jep Gambardella, la última pieza del rompecabezas. Fue él quien hizo que la historia fuese posible y menos confusa. Con él, llegó el momento de hacer esta ambiciosa película", explica el director de 43 años al referirse a la producción que hoy llega a la cartelera local.

La cinta sigue a este intelectual después de la noche de su cumpleaños 65, oportunidad en la que se da cuenta del insustancial mundo en el que se ha paseado durante toda su vida.

"El protagonista es, ante todo, un observador del mundo exterior y se convierte en la razón de ser de la historia. A través de una serie de giros incidentales y a veces ligados al destino, el protagonista se somete a un viaje personal. Lo tuve que hacer así porque el núcleo de la película era un gran entramado de hechos, personajes y anécdotas
que giraban en torno a Roma", cuenta Sorrentino sobre esta película que el año pasado compitió por la Palma de Oro en Cannes.

El también realizador de "Las consecuencias del amor" ha desarrollado una carrera exitosa en el circuito cinematográfico europeo, pero esta producción lo consagró aún más a nivel internacional.