Los guionistas Maria y André Jacquemetton.
EFE
MADRID.- La serie "Mad Men", que recrea con impecable factura el incipiente mundo publicitario de los años 60 en EE.UU., se ha convertido en un éxito global apelando a un sentimiento bastante primario y contemporáneo, "las reacciones del ser humano en épocas de grandes cambios", aseguran sus guionistas.
"El mundo no ha cambiado tanto como podríamos pensar, y 'Mad Men' refleja una vida que se parece mucho a la de ahora. Los hombres y mujeres se siguen relacionando de forma similar, con las mismas guerras que en el siglo pasado", explica Maria Jacquemetton, guionista y productora ejecutiva de "Mad Men" durante seis temporadas, junto a su marido, André.
Maria y André Jacquemetton se encuentran en España para ofrecer una clase magistral sobre su oficio. En esta clase, los alumnos recibirán, explica André, "ánimo y mucha motivación", porque "el trabajo de guionista es muy difícil y a veces solitario, aunque tienen que saber que se puede empezar desde la nada y tener éxito".
El ejemplo de este matrimonio apoya bien esa idea, ya que después de conocerse trabajando para la serie "Guardianes de la bahía" consiguieron entre 2008 y 2011 el Premio del Sindicato de Guionistas de América por su trabajo en "Mad Men", éxito que ampliaron ganando el Emmy como productores en tres ocasiones.
Su ingrediente básico para el éxito en televisión es "llegar a la esencia del sentimiento, dar con lo que la gente está sintiendo en un espacio y tiempo concretos. Es un ingrediente secreto, no se puede adivinar, pero hay que dar con él...", explica Maria.
En el caso de "Mad Men", añade, ese ingrediente sería "la idea del cambio y las reacciones humanas ante él. Algunas personas tienen miedo por perder lo que ya conocen, el lugar donde se encuentran cómodos, mientas otros lo abrazan como algo emocionante".
Su pareja añade que "la situación de los años 60, tanto en EE.UU. como en el mundo, y la que vivimos ahora son bastante similares: nos encontramos en una etapa de enormes cambios y vemos cómo la gente se enfrenta a ellos con miedo o con aceptación".
En la atormentada trayectoria del publicista Don Draper, interpretado por Jon Hamm, y sus compañeros de agencia en "Mad Men", abundan los comportamientos sexistas, el adulterio y el alcoholismo, extremos con los que sus co-creadores pretenden reflejar "lo que los personajes vivirían si fueran reales".
Maria Jacquemetton no reconoce como suya ni de su esposo una de las frases más célebres que el cínico Draper le suelta a una de sus amantes: "Hombres como yo inventaron lo que tú llamas amor para vender 'pantys' y pintalabios".
La frase es de Matthew Werner, creador de la serie, explican, y aclaran que "un artista no se puede preocupar por las críticas. Si fuera así, se estaría autocensurando".
La pareja de guionistas está de acuerdo en que la televisión vive una época dorada, porque ha podido aprovechar el espacio que en EE.UU. ha desocupado el cine en busca de un público muy joven, "la gente que puede ir al cine seis veces al mes".
Por contra, la televisión "ofrece un producto para todos", asegura Maria, y añade que, "por suerte para los guionistas y creadores, se necesita más producción para rellenar en televisión ese vacío que deja el cine".
Los guionistas de televisión como ellos, apuntan, tienen otra ventaja: "Sabes que alguien va a ver siempre tu trabajo más o menos como lo concebiste, mientras en el cine es muy probable que los cambios hagan irreconocible tu guión".
"Mad Men", ganadora de cuatro Globos de Oro, llega a su recta final con la actual y séptima temporada, aunque se ha dividido en dos partes, de forma que los 7 episodios finales se emitirán en 2015, con el título de "The End of an Era".
El matrimonio Jacquemetton, que trabaja ahora en la adaptación de una novela gráfica para la cadena Syfy, no ha participado en esta última entrega. Ellos aseguran que tampoco pueden dar pistas sobre el destino de sus protagonistas.
"Si descubriéramos algo, nos matarían, porque el secreto forma parte del éxito de esta serie", dice la guionista, para quien la gran pregunta es si "en el futuro Don Draper podrá ser feliz".
Su esposo tiene claro que habrá "decepción" entre muchos de los seguidores ante la expectación que ha levantado el final de una de esas series que han marcado época.