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Tú y yo

El español hijo de "Operación Triunfo" ya va en su quinto disco y esta vez la obra es autobiográfica: Pop, baladas y nuevos versos de desamor que dejan sin respirar, si no al auditor, por lo menos al cantante.

10 de Mayo de 2014 | 15:29 |
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El español David Bisbal es uno de los hijos más aventajados de esa generación global de cantantes lanzados a la fama desde la fiebre de los "programas de talento", iniciada hace más de una década. Cinco discos después de sus inicios en "Operación triunfo", cada fase de la operación ha sido coherente, desde la explotación inicial encargada a un viejo tercio de la producción de baladas y pop latino como Kike Santander, hasta la búsqueda de autoría y credibilidad con invitados venidos del flamenco, como Vicente Amigo o Tomatito, en sus álbumes más recientes. Así hasta llegar ahora a un disco más "personal", aunque siempre calculado con arreglos bajo los estándares de éxito de esa industria.

Ya no es la raíz del flamenco transformada en franquicia que se escucha en éxitos previos como "Ave María" y "Bulería", pero ese color local sí está en la voz de David Bisbal en canciones como "Sí pero no" y en las colaboraciones del disco con sus colegas españoles India Martínez y Antonio Orozco. Y es una fórmula que convive con distintas vetas en la producción musical. Grabado con Sebastián Krys, un productor que ha facturado trabajos previos de Alejandro Sanz, Luis Fonsi y Carlos Vives, Tú y yo ofrece variedades como el arreglo con intención soul y el vocoder mezclado con unas pinceladas de violines, al final de la misma "Sí pero no". O el arranque acústico en "Diez mil maneras", los efectos electrónicos que revisten a "Tú y yo" (una especie de bossa nova armada para el dúo con la cantante brasileña Sandy), pop rock en "Lo que vendrá", o "Lo que vivimos" y la necesaria cuota de baladas.

Porque éste ha sido anunciado como un disco que responde a cierta ruptura conyugal en la vida del artista, y para situaciones como ésas lo más apropiado es una balada o dos. Bisbal ha dicho que Tú y yo es autobiográfico y no parece querer sublimarlo mucho. "Borrar lo que vivimos tú y yo" es la última frase que pronuncia en el disco. "Nunca imaginé que con el tiempo acabaría pasando que al tumbarme al lado izquierdo de esta cama ya no estés a mi lado" es, con menos poder de síntesis, la primera. "Culpable de quererte tanto que me equivoqué" es la autocrítica de la balada pop "Culpable".

"Por qué será que decirte adiós me deja solo sin respirar", es su conjetura en "Si aún te quieres quedar", y, sumado el título de "Me olvidé respirar" en otra de las canciones, permiten que Tú y yo entre por derecho propio a un subgénero, junto al Ricky Martin que pide "Vuelve que me falta el aire si tú no estás", o al maestro Antonio Ríos que reconoce "que cuando no estás me falta el aire". O a los Maná, que incluso quisieron poder vivir sin aire. Bienvenido, David, al club de los cantantes asfixiados por amor, donde siempre hay espacio para uno más.


David Ponce

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