Para su gloria o su pesar, lo mejor de Michael Jackson está concentrado en los cuatro discos que hizo entre 1979 y 1991, y más específicamente en el par de cumbres que son Off the wall (1979) y Thriller (1982), producidos por Quincy Jones, aunque haya seguido lanzando grabaciones desde los '90 hasta hoy, cuando haber muerto en 2009 no parece un obstáculo para publicar discos nuevos. De hecho con éste ya van dos álbumes póstumos suyos, Michael (2010) y Xscape (2014). Y bien vale la cita a sus mejores años porque este último producto tiene mucho que ver con esa época.
El plan con Xscape fue elegir ocho canciones inéditas del astro para que fueran actualizadas por productores nuevos, al mando del músico Timbaland en la producción general. La versión "de lujo" del álbum contiene un volumen adicional con los demos o grabaciones de prueba originales, que resulta muy revelador comparar para oír las transformaciones y asomarse al proceso creativo de Jackson. Los originales van desde 1983 hasta los primeros dos años del nuevo siglo, y un buen hito para señalar esa data es la primera canción del disco, "Love never felt so good". Apenas escuchada queda claro por qué fue elegida como primer single además. Es el mejor Jackson, revestido en un arreglo lujoso de violines, con un piano que se conecta con el soul de la era Motown, sobre una batería de música disco que invita al baile y con la elegancia de sus canciones más finas del '79, entre "Rock with you" y "Off the wall". El volumen adicional incluye una versión con Justin Timberlake, dúo que da bastante lo mismo, y la canción fue compuesta por Jackson nada menos que con Paul Anka, dupla que sí vale por lo mejor del disco.
En esa composición está además el patrón de cómo funciona buena parte de Xscape, que es un diálogo con las distintas etapas del cantante. Si "Love never felt so good" pertenece justo al período siguiente a los discos con Quincy Jones, luego la canción "Do you know where your children are" cita a la misma etapa con esa dinámica de pregunta/respuesta que ya se escuchaba en el sensacional hit "Wanna be startin' somethin'" (1982), y se mimetiza con la misma canción en otro pulso: Otro de los buenos efectos del disco. Timbaland la actualiza, pero la versión original rezuma espíritu de la época, con una batería que remite a "I can dream about you", hit de Dan Hartman en el '84, y un timbre de bajo que recuerda a "Danger zone" ('86) por Kenny Loggins, o a "Livin' in desperate times" ('83) por Olivia Newton-John. Pura producción ochentera. Y la canción "A place with no name", que en el inicio parece un espejismo de "The way you make me feel", es una muestra del talento de Michael Jackson para transformar a su estilo creaciones de terceros, tal como en 1988 hizo con "Come together", de los Beatles. Aquí se basa en "A horse with no name", canción del grupo estadounidense America que ya en los '80 sonaba en ocasiones en las parrillas de las FM locales para el adulto joven.
No es necesariamente un orden cronológico el del disco, pero sí funciona de ese modo al comienzo y al final. Xscape termina con la propia "Xscape", en cuyos versos se escucha la protesta de un artista contra el precio de la fama, en una línea similar al hermanable dúo entre Janet y Michael Jackson para la canción "Scream", en 1995. Tanto "Xscape" como "A place with no name" quedaron fuera del disco Invincible (2001), del mismo modo en que ni "Love never felt so good" ni "Loving you" calificaron para Bad (1987), y al igual que "Do you know where your children are" fue desestimada para Dangerous (1991). Y en ese punto Xscape se vuelve premonitorio, porque poco después Jackson iba a enfrentar las escandalosas acusaciones de abuso infantil de 1993, que es el mismo asunto al que se refiere esa canción desechada dos años antes.
Ese descarte por definición retrata a este producto, que no es otra cosa: Un disco de descartes. Y, aunque escueto, disparejo y nada indispensable, tampoco por eso es descartable. En su carrera este hombre inventó decenas de éxitos esenciales en la historia del pop, inventó una manera iniguablable de decir "Hi-hi" y "A-hú" en falsete, inventó la versión más famosa de un paso de baile que consiste en caminar para atrás y, ahora, a cinco años de muerto por lo demás, inventa la anti-antología. Porque Xscape no es lo mejor de Michael Jackson, sino en rigor todo lo contrario, dicho por él mismo. Es lo que él consideró que no estaba bueno, o al menos no tanto. Y aun así es una manera de reconstituir su historia.
—David Ponce
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