"Mujer extraña, bonita y mala, que me mintió", dice en su estribillo la canción "Medusa", single de Manuel García que desde hoy sirve de adelanto a
su venidero disco, el quinto de su carrera en solitario. Puede sonar algo lejano al tipo de verso con que más se asocia al ariqueño, oscilante entre la poesía existencial y social, pero era parte de los desafíos que el cantautor se puso en el último tiempo. "Voy a hacer una canción estilo mariachi, de amor, sufrida, pero con esta idea de medusas. Algo como un delirio de amor", dice haber pensado mientras paseaba por los hitos del romanticismo mexicano, y cuando daban vueltas en su cabeza las canciones de José Alfredo Jiménez y Leo Dan, además de la noticia de unas medusas venenosas atacando las costas de Chile.
De ese modo surgió la pieza que a partir de anoche se escucha en las radios locales, y que marca el inicio del descenso en un vuelo que aterrizará en junio, cuando se publique el quinto álbum de García y el más ambicioso de su carrera: Un disco doble que incluirá una veintena de canciones, con una mitad acústica y otra eléctrica, y construido con Ángel Parra como más estrecho colaborador.
De hecho, es precisamente en "Medusa" donde la huella del ex guitarrista de Los Tres se hace presente de manera más notoria, y el propio cantautor lo deja en evidencia: "Hice la canción, y se la llevé al Angelito. Al otro día ya era igual a como está en las maquetas. Así es que imagínate lo que es trabajar con él. Yo estaba alucinado, había quedado perfecto".
Ése, el de arreglador y productor, es uno de los roles que Parra cumple en este trabajo, en el que además figura como compositor de la instrumental "El clan Parra". Su presencia, es fruto de un proceso que se remonta a los inicios de García en la música, cuando en su casa escuchaba los casetes de cuecas y anticuecas de Violeta Parra grabados por su nieto. El quiebre vino recién en 2012, cuando ambos se conocen en la trastienda del disco
El árbol de la vida, de Javiera Parra (también con canciones de Violeta).
Así, en el incio de los trabajos para esta producción doble "en un minuto ya no tuve en mi cabeza a otro que no fuera Ángel Parra, ya sea como productor, como arreglador, como intérprete... Lo llamé, le dije si quería conocer algunas canciones y ayudarme a trabajarlas. Él lo tomó muy bien, y así vinieron encuentros alucinantes que no han parado hasta hoy. Aparte de eso, estaba todo el potencial que sabíamos que el Angelito tenía, pero que no habíamos visto: Como compositor, como arreglador, como orquestador. Más allá de lo que pueda decir, en mi disco se va a entender cuál es la verdadera dimensión de Ángel Parra", sentencia García.
Y el guitarrista asiente: "Yo tengo una inquietud compositiva, compongo desde los doce años. Durante años apoyé la música bonita que hicimos con Los Tres de diversas formas, pero con un disco 'Pare', que era algo que tenía asumido", dice en relación con el peso creativo de Álvaro Henríquez, que él siempre respaldó en pro de un mejor trabajo como grupo. "A mí me gusta en las bandas que la cosa no sea hippie, que haya una metodología. Que todo el mundo opine no es algo que encuentre fantástico".
"Y efectivamente la presencia de Manuel en mi vida llenó muchos espacios en el ámbito familiar, musical, poético. Es muy raro con una persona hacer canciones, ese momento íntimo es muy delicado, y es un privilegio para mí estar al lado de un poeta, que hace una canción en diez minutos con algo que vio en la esquina", cuenta el guitarrista, quien se comprometió a concho con las labores de este álbum que no lleva su nombre ni el de un grupo que integre: "En la música, yo nunca había entregado tanto a algo en mi vida, y eso se va a notar mucho".
Por parte de Manuel García, en tanto, la entrega fue similar. "Tenía un brazo derecho muy potente, un partner, entonces al disco traté de darle lo mejor, y también elegir las joyas de música que yo pensara que la gente había valorado en mi carrera, y que yo no había grabado".
Así partieron trabajando con cerca de 30 piezas, que se redujeron a casi 20 en el corte final, y que quedarán ordenadas en un álbum de tono acústico y folclórico, y en otro más ligado al rock. En este último es donde brilla el aporte del ex Los Tres, mientras que en el primero hará lo suyo el otro Ángel Parra, padre del guitarrista y nombre fundamental de la canción popular local.
El álbum doble, además, vuelve a naturalizar la relación de García con la guitarra y el canto, tras la apertura que hizo hacia los territorios del electropop en
Acuario. "Había dejado descansar la guitarra para que la canción no se anclara en el prejuicio de que guitarra, cantautor y contenido social tienen que ser forzosamente una cosa. Ahora salgo en defensa de la guitarra, sin tener que ni siquiera tocarla mucho, porque está Ángel. En la parte folclor de este disco creo que hago algunos aportes con mi instrumento. Pero en el disco de rock and roll no tanto, ahí más bien actúo como una especie de crooner".