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Director de película sobre Strauss-Kahn se defiende tras polémica: "No estoy hablando de la Biblia"

Abel Ferrara intentó bajar el perfil a la molestia que generó su película sobre el exdirector del Fondo Monetario Internacional en el verdadero protagonista.

19 de Mayo de 2014 | 15:09 | EFE

CANNES.- Abel Ferrara no se va con evasivas cuando habla. Es directo, igual que su cine. Responde a cualquier pregunta con la misma franqueza que virtió en "Welcome to New York", el viaje a la oscuridad del sexo y el poder de Dominique Strauss-Kahn (DSK).


"No estoy hablando de la Biblia ni del puto Julio César, dame un respiro", dice tras estrenar en Cannes -al margen del festival- su polémica película, que el exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) llevará a los tribunales por difamación y que su exmujer, Anne Sinclair, ha tildado de antisemita tras sentirse "asqueada".


"Si no te gusta el calor, no entres en la cocina, tío" dice Ferrara (Nueva York, 1951) para referirse al ruido que ha causado la cinta antes, durante y después de su estreno -sin alfombra roja- en el Mercado de Películas del Festival de Cannes.


En ella pone delante de la cámara al francés Gérad Depardieu, otro artista libérrimo y excesivo que, guiado por su "instinto", aparece retratado con desenfreno, grotescamente obeso y desnudo, en un filme que imagina el viaje psicológico que llevó a Strauss-Kahn a una vida de lujuria y autodestrucción.


"Depardieu Conoce a (Vladimir) Putin, a Fidel Castro y luego sale con chicos de barrio. Es un tipo muy especial. Tiene un problema de impuestos, rompe su pasaporte y se lo tira a la cara al puto presidente de Francia ¿Quién más hace eso?", dice Ferrara en un encuentro con varios medios de comunicación.


A Depardieu "no tienes que decirle nada" para dirigirlo, solo "echar la cámara hacia atrás" para que su panza entre en el plano, bromea el autor del filme.


El francés encarna a un DSK pornográfico y brutal que se refugia en las orgías para evitar enfrentarse a sus problemas, "como un vampiro bebiendo de la sangre de las jóvenes a las que se folla", arroja Ferrara.


Durante la entrevista, el director de "Body Snatchers" -una película de culto- o "Bad Liutenant" -su marca de la casa- atiende el teléfono, grita en argot para que alguien venga a por el móvil, se ríe efusivamente, se levanta para dárselo a un asistente de su equipo y al rato vuelve a buscar el aparato para enseñar unas fotos de su próxima película.


"Pregunta lo que quieras. Somos libres, podemos hablar de lo que queramos", repite varias veces en un encuentro en el que interpela a los periodistas sobre las mismas cuestiones que se le preguntan a él: "¿Les pareció antisemita? ¿Cuán poderosos son" DSK y Sinclair?.


En la charla defiende su trabajo, pero sobre todo su libertad artística. "No voy a poner barreras a mi imaginación", dice.


"Está terminada. Está hecho. He puesto mucha energía en ella. Estoy contento" y creo que "reirse es una gran reacción a la película. Esa gente no tiene sentido del humor", juzga.


"Estos tipos están llenos de dolor. Quiero hacer películas que me permitan no estar ahí. Lo conozco y no es agradable", remata.