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Fenómeno en dos tiempos

Primero se empinó sobre hombros de gigantes como Yupanqui y Falú. Después empezó a escribir canciones propias. Y con esa doble combinación este cantante se ha vuelto el más reciente superventas de Argentina. Aquí Abel Pintos recuerda además su crucial paso por Chile en 2004 y aparte deja un recado personal para Romeo Santos.

29 de Mayo de 2014 | 11:41 |

Es un nuevo fenómeno argentino de popularidad. Más de ciento cincuenta mil copias vendidas de su último álbum, válidas por un quíntuple "disco de platino", y siete conciertos a tablero vuelto para más de 42 mil personas en mayo de este año en el escenario del Luna Park en Buenos Aires, son algunos índices del éxito de Abel Pintos, cantante y compositor argentino que con ese disco, Abel (2013), demuestra que todavía es posible conseguir cifras de ventas que más parecen de la era previa al declive de la gran industria disquera.

Y en su caso la base es el folclor. Zambas, chacareras y otros ritmos tradicionales, junto a obras de autores como Yupanqui, Falú, Guarany y más eminencias argentinas, fueron la primera escuela de Pintos y el repertorio que grabó a partir de su primer disco en 1998, producido y apadrinado por el popular cantante y autor León Gieco. A quince años de ese debut, esta semana pasó por Chile para presentar el nuevo disco. Y no es su primera visita: Ya vino en febrero de 2004, a ganar el Festival de Viña en la competencia folclórica con la canción "Bailando con tu sombra (Alelí)", de Víctor Heredia. Un hito que, recuerda ahora, contribuyó a marcar un punto de inflexión en una trayectoria que ya suma nueve discos con Abel.

"Es una continuidad de todo lo que venía haciendo y sigue en el tren de buscar un estilo propio, que es probablemente lo más difícil para un músico —dice Pintos a propósito del disco nuevo—, sobre todo cuando empezás desde muy chico contando con que, durante casi la mitad de lo que llevas de carrera en tus primeros años, sos pura influencia, y respondés mucho a tus músicos referentes. Comencé a forjar mi estilo propio a partir del cuarto disco de mi carrera, con mis canciones, con la estética que iba necesitando identificar con mi música. Entonces este disco viene a ser parte de ese proceso de seguir creando un estilo.

-¿No es más complicado haber partido en la huella de autores históricos como Atahualpa Yupanqui o como Horacio Guarany? ¿Es más fácil para un músico que desde el comienzo hubiera hecho canciones propias?
-No, porque todos los puntos de referencia que tomo son internos, no externos. No voy a juzgar una canción mía al lado de una canción ni de Atahualpa ni de Horacio, sino al lado de lo que yo quería lograr con esa canción. Si estoy feliz porque dije lo que quería como quería decirlo, siento que la canción es buena. Ellos son mi escuela, y de las herramientas que aprendí de ellos construyo lo mío. Nunca escribo una canción pensando si está a la altura de una canción de Atahualpa Yupanqui, sino a la altura de lo que yo quiero decir. Porque si no sería una frustración constante.

-¿Porque es muy exigente la comparación?
-Sí, es lo que a todos nos pasaría respecto de nuestros ídolos. Un futbolista que admira a Maradona, por poner un ejemplo, nunca va a poder sentir que es un buen jugador de fútbol si no se da cuenta de que cada uno es cada uno. Porque siempre uno tiene mucho más para dar también. La clave está en dar. En dar lo que no existe, no en volver a dar lo que ya existió.

-Funciona bien esa analogía con el fútbol.
-Sí, por algo somos futboleros.

Momento bisagra en Viña

Si de fútbol se trata, hasta aquí la carrera de Abel Pintos tiene el aspecto del primer y el segundo tiempo de un partido. En sus tres discos iniciales, Para cantar he nacido (1998), Todos los días un poco (1999) y Cosas del corazón (2001), grabó canciones de grandes nombres de la canción argentina como los citados Atahualpa Yupanqui y Horacio Guarany, además de César Isella, Eduardo Falú, Horacio Fontova, Víctor Heredia y León Gieco, y colaboró con músicos de raíz folclórica como Domingo Cura.

Luego el segundo tiempo está formado por los discos de canciones propias, una lista que hasta la fecha incluye Sentidos (2004), Reflejo real (2005), La llave (2007), Reevolución (2010), el compilado en CD y DVD Sueño dorado (2012) y el reciente Abel (2013), que fue publicado en octubre del año pasado y ha sido difundido por los singles "Aquí te espero" y "Tanto amor".

Justo antes de Abel el cantante había hecho la antología de éxitos Sueño dorado. "Ése fue un disco de balance de los quince años de carrera discográfica hasta ese momento, pero si bien son todas canciones de mi carrera, están reversionadas, entonces nos llevó el mismo tiempo de preproducción de un disco nuevo, y la gira fue larguísima, con un espectáculo distinto", explica. "En realidad es como un disco nuevo, independientemente de que sus canciones hayan sido preexistentes y preeditadas".

-¿Y qué lugar ocupa este disco nuevo en la historia?
-Este disco sí viene a ser el primer paso de algo nuevo, porque Sueño dorado fue el balance de una etapa y ahora comienza otra, por ejemplo, en esta situación de salir a otros países a presentar mi música. Confío en que en esta etapa nueva es cuando se va a terminar de afianzar, de aquí a unos discos, en definitiva mi forma de hacer música y de trasmitirla, con la autoridad de tener un idioma propio. Pero mientras tenga más preguntas que anécdotas para contar, mi carrera seguirá en esa lógica. Faltan todavía muchos discos para que me considere un artista consolidado.

-¿Qué importancia tuvo el folclor para ti?
-El folclor es mi hogar, es el lugar donde nací dentro de la música, por lo tanto nunca voy a poder ni a querer irme de ese lugar. Es la raíz desde la que decidí crecer como artista, es una parte esencial y constitutiva de mi personalidad como músico.

-¿Y cómo definirías la importancia que tiene el folclor en Argentina?
-Para Argentina es muy importante, porque si bien el folclor, en una definición de diccionario, es el saber del pueblo, no es un género particular de música. Entonces considero que La Mona Jiménez, que hace cuarteto, como Los Palmeras, que hacen cumbia, o Los Chalchaleros, son igual de folclóricos; así es mi forma de verlo. Pero sí es cierto que el género de música llamado folclor en Argentina está muy ligado a las tradiciones. Entonces es necesario para que las tradiciones de todo tipo, culinarias, musicales, educacionales, sociales, se mantengan vigentes. Por más que las nuevas generaciones decidan no dar continuidad a esas tradiciones. De repente la figura del gaucho o la gente de campo existe cada vez menos, entonces es importante que sus tradiciones perduren. Y se conservan mucho a través de la música folclórica.

-¿No se contrapone el éxito de un cantante como tú con el folclor, entendido como creación de autor anónimo, recopilado en los campos, tal vez expresado en la figura de ese gaucho? ¿Hay una diferencia?
-Argentina es un pueblo forjado y nutrido por pueblos de muchos lugares del mundo, provenientes de las guerras en Europa, gente de países que tienen muchos saberes. Y es difícil hablar de un único tradicionalismo en un país así, porque en Argentina es tan tradicional los domingos comer tallarines como comer un asado, y son costumbres de lugares del mundo completamente distintos. En la música pasa lo mismo: Es tan tradicional un chamamé, que es de la zona mesopotámica, como un loncomeo, de la zona de la Patagonia. Y yendo más atrás, a la época de los pueblos originarios, ya de por sí Argentina era un territorio con muchos pueblos de tradiciones distintas. Entonces en definitiva el folclor termina siendo el gaucho anónimo que canta una vidala o una zamba o un loncomeo, y el artista conocido a través de los medios de comunicación, que incluso no hace un folclor tradicionalista.

-Que es tu caso.
-Que es mi caso. Pero terminamos siendo parte de lo mismo, porque no hay un único tradicionalismo.

-¿Y cómo se explica esa popularidad del folclor en Argentina?
-Es algo que tiene épocas de todos modos, relacionado con los recambios generacionales. Hasta el momento en que irrumpió Soledad en el año 96, hubo como unos diez años en que el folclor estaba visto como música de gente grande (mayor), y además tenía que ver con que los tradicionalistas del folclor no se interesaban en los nuevos repertorios ni los nuevos autores. Que es un poco lo que le pasa al tango. No es que no haya autores jóvenes, pero una persona a la que le gusta el tango prefiere escuchar diecisiete versiones de "Tinta roja" (tango de Cátulo Castillo y Sebastián Piana) a escuchar un tango nuevo. Cuando se da espacio por fin a generaciones que tienen una nueva forma de decir las cosas, las nuevas generaciones de público también se acercan. Es lo que está pasando ahora en Argentina. Ahí creo que está la clave, y en el apoyo de las generaciones previas. Porque Horacio Guarany apoyó a Luciano Pereyra. César Isella apoyó a Soledad. León Gieco me apoyó a mí. Eso también genera estos recambios y este interés.

-Ganaste acá el Festival de Viña justo en el año en que salió tu primer disco de canciones propias en 2004. ¿Cómo recuerdas ese período?
-Sí, el disco (Sentidos) se editó en marzo o abril, dos meses después de lo de Viña, y por eso incluimos también "Alelí". Yo venía de tres años sin contrato discográfico, iba a editar un disco después de casi cuatro años, el último que había hecho era de canciones de otros, y en esos años me convertí en autor y compositor. Es decir, es un momento bisagra en mi vida. Viña del Mar fue muy importante en la confianza que logré para cantar en esa nueva etapa con tantos cambios. Porque haber venido a un país donde nadie sabía de mí, siendo argentino, con todo lo que eso significa para este festival, con lo de los silbidos, la silbatina, que a mí siempre me pareció bastante curioso y divertido, con todo eso y con todo lo que me fui, además del premio, el respeto del público, la atención que me prestaron... todo eso me dio mucha confianza y fe, y me permitó llegar a Argentina con una energía nueva.

-Es llamativo que eso te pasara en Chile y no en algún festival de Argentina, como Cosquín, por ejemplo.
-Claro, pero mirá esto: entre el 2001 y el 2004, cuando en Argentina hay una gran crisis económica, las grandes empresas que sustentan los festivales empiezan a retirar ese sustento. Entonces había cada vez menos festivales, y los pocos que había llevaban a los números muy convocantes, a Los Nocheros, a Los Calchaqueños, a Soledad, a Luciano (Pereyra). Y yo estaba en mi primera etapa, por tanto cuando sucedió esto no estaba dando muchos conciertos, y esa confianza no tenía muchas oportunidades de afianzarla en vivo. Y aparece Chile para sumar a lo que estaba haciendo en Argentina. En ese momento llegué a Chile con una vulnerabilidad artística muy grande, por eso lo recuerdo con tanto amor y tanta emoción.

Entre esas canciones recientes en la colección de Abel Pintos figuran ritmos más diversos entre el pop rock de "No me olvides" o el reggae de "Todo está en vos". "Ésa empezó siendo una cumbia, en 2007, como si fuera una cumbia santafesina", recuerda. "En 2012 la regrabé en una versión más pop, y en medio hay una versión en vivo que es más reggae".

-"Acepté la música más allá de los géneros" dices en el comunicado de prensa del disco. ¿De eso se trata?
-Sí, porque mi escuela musical fue así, más allá de los géneros. Mercedes Sosa me hizo escuchar por primera vez una zamba, con Ariel Ramírez, y me hizo escuchar por primera vez una canción de rock nacional, "Cuando ya me empiece a quedar solo", de Charly García, con Charly García, y en el mismo disco las dos canciones. Eso me definió, me hizo conectar de esa forma con la música.

-Otro de tus éxitos es "Aventura". ¿Dirías que es una bachata?
-Una seudo bachata.

-¿Qué le falta para ser bachata?
-Le falta lo que hizo (el grupo chileno) Noche de Brujas. Ellos hicieron una versión, cambiaron un poquito la estructura y pusieron una secuencia mucho más allegada a la bachata. Yo hice una canción similar a la bachata, que llevaba como el bailecito, pero no tiene la forma más tradicional. O sea, denfinitivamente no soy un tradicionalista.

-¿Es casualidad que esa canción sea una bachata y tenga el mismo nombre del grupo de bachata más famoso?
-Mirá, la historia es que cuando voy a la casa de Marcelo Predacino, productor de Reevolución, le dejo esta canción cantada a capela, que no tenía título. Y le digo que quiero una división similar a la de la bachata. Y me dice "no conozco la bachata". Y le digo "mira, hay un grupo, pero al palo, que se llama Aventura". Y Marcelo pone en la carpeta de su computador el título "Aventura", para acordarse de buscarlo y conocer el género bachata. Después pasó y pasó el tiempo y quedó "Aventura". Así que estoy pensando en conocer alguna vez a Romeo Santos, para decirle "uno de mis más grandes éxitos tiene por título 'Aventura', por ustedes en realidad, sin querer".

www.abelpintos.com

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