Cualquier cosa puede detonar la primera idea de una conversación con el cantante de Babasónicos, en este caso convocada en torno al más reciente disco del grupo. Ese detonante puede ser un estornudo, por qué no. Son minutos después de las diez de la mañana de un martes frío de junio y el cantante de la duradera banda de rock argentina baja de su habitación al salón de un hotel cinco estrellas en Santiago, presa de unos estornudos matinales. No es un resfrío ni es el invierno. Es una alergia que tendrá congestionado a Adrián Rodríguez, más conocido como Dárgelos, al menos por un rato antes del próximo antihistamínico. Él es así, explica. Alérgico, por naturaleza. Pero hay cosas peores, considera.
"Una coraza de certezas, por ejemplo", dice para empezar.
-¿Es peor una coraza de certezas que una alergia?
-Mucho peor. Porque si la vida se forma a partir de una coraza de certezas uno deja de investigar. Porque se hace reaccionario a la idea del fracaso, frente a la no expectativa de una nueva decisión, ¿no?
Entonces Dárgelos toma un vaso con agua de la mesa a modo de demostración. "En vez de agarrar el vaso así, decido agarrar el vaso dado vuelta. Estoy probando. Quizás en la prueba y el error invente algo. Pero no: Ya la certeza me dice que voy a tirar el agua, que el agua me va a mojar, y que eso me va a disgustar. Si yo no tuviera el parámetro de disgustarme y no me importara que el vaso se caiga, quizás invento una nueva forma de tomarme el agua así, ¿entendés? Pero no lo voy a poder hacer por la coraza de certezas".
Invadí la ciudad durante días: rara estrategia de lanzamiento
"A mí me parece que hacer los discos para derribar esta pared de certezas que construye el entendimiento, la cultura mainstream, es importante", concluye Dárgelos, justo a continuación del ejemplo previo. "Es un motivo. Para hacer discos tienes que tener motivos".
-Para muchos el motivo es vender los discos.
-Y, lo que pasa es que yo me doy cuenta de que todo el mundo hace algo por venderlos, y yo hago cosas de las que no se sabe el significado. Obvio, lo quiero vender. Pero cómo. Porque, digo, en los 90 la música podía jugar con el estilo. En los 80 jugó más con la actitud. Después podía jugar con el estilo sumado a la actitud. En los 2000, cuando todo ya está previsto, y más ahora en 2010, después de haber pasado una década de metarrock, ¿no?
-¿Metarrock?
-Y, de rock inspirado en el rock. Rock que se hace a partir del rock. Por ejemplo antes de Creedence no había Creedence. Después del 2000 hay bandas que parecen Creedence.
-¿Y qué hay ahora después de una década de metarrock?
-Yo creo que uno de los aspectos más interesantes de la música y de la cultura a la que pertenezco es la posición que tiene la banda o el artista con la industria. Considerá industria todo: desde los shows under hasta los shows grandes, tu relación con las discográficas, tu relación comunicacional con la prensa, el discurso que tenés. Lo que opinás. Y todas las acciones que conllevan al comportamiento formal de una banda. Ésa es la relación con la industria.
La demostración esta vez es el lanzamiento que Babasónicos hizo en Buenos Aires de su más reciente disco, el mismo que Dárgelos ha venido a presentar en una ronda de entrevistas de unas pocas horas en Santiago: Romantisísmico (2013). "Por ejemplo, en vez de lanzar un disco y hacer tres shows iguales, Babasónicos hizo en Buenos Aires una trilogía compuesta de una arena, un teatro minúsculo y un show para cincuenta mil personas al aire libre, gratis. Se anunciaron los tres en quince días, entonces vos podías gastar mucho, poco o nada. Es contradictoria la idea de publicar algo gratis con dos (shows) que corten entradas, porque te autoboicoteas, ¿entendés?".
-Sí, es como tomar el vaso dado vuelta. En el grupo lo tienen claro, pero la pregunta es cómo convencer de eso al ejecutivo de turno en la casa disquera.
-Y bueno, porque le parece interesante, le parece que estamos en algo. Está bien, yo admito: Quiero ganar plata. Pero no se entiende cómo. Lo que pasa es que los demás están pidiéndola por favor, la plata.
-¿Y tú, en cambio...?
-Y yo podría haber hecho tres shows iguales, cobrar la entrada y ganar plata. Pero hice tres shows con distintas puestas en escena, distintos vestuarios, distintas listas de canciones, presenté el disco, invadí la ciudad durante veintiún días, estaba todo afichado, con las marcas transnacionales más mundiales de sponsors. Tenía la marca más grande mundial, que es una bebida, ¿no?
-Que no la vamos a mencionar para no hacer publicidad gratuita.
-Y la tenía de sponsor. Hice esas tres cosas. Y hubiese habido una idea donde ganabas más dinero, porque en hacer tres cosas distintas gastas mucho más. Pero no sólamente eso: También hago un disco mainstream, un disco de lados B y un disco con un escritor, que está sólo en Internet. Son acciones discográficas que tampoco atentan entre sí. Diversifico la obra. Básicamente es eso: Juego con la industria. No hago entrevistas en televisión.
-¿No? ¿Es una política del grupo?
-Bueno, sí hago si es un programa de música en un canal de cable o algo así, pero no opino sobre la realidad en determinados medios. Nuestra forma de comunicación es a la vez una idea. Y toda esa idea es jugar con la industria. Entonces ésa es una forma estética.
-¿Es una forma de seducción también? ¿Tienes que seducir al dueño en Sony Music con que tu idea de gastar dinero en tres show es buena?
-Todo es seducir. El otro día me daba cuenta de que hay muy poca música anti-seducción.
-El metal, por ejemplo, ¿es seductor?
-Puf, un montón. Sí, trabaja sobre la virilidad de culto al macho. La seducción... Hay muchas clases de seducción. Una es escuchar a Frank Ocean, a John Legend y a Kanye West. Otra es Venom o el black metal. Hay música mucho menos seductora que ésa, como DAT Politics, o The Soft Pink Truth, viste, esa clase de bandas que no sirven para tocar en ningún lado. Antes me parecía mucho más difícil eso, cuando existían los Residents, o Chrome, o Tuxedo Moon, esa clase de bandas. Ahora creo que es un gesto menos corrosivo que antes, porque antes era un suicidio de las necesidades básicas económicas de un músico, hacer esa clase de música.
-Renunciar a la seducción, dices tú.
-Claro. Ahora es una forma de mercado minúsculo que va para círculos netamente cultis. Mirá que no digo cultural: digo culti porque es más el cliché de lo cultural.
El barco está hecho con palabras: la canción según Babasónicos
Romantisísmico es el undécimo disco de un grupo que en veintitrés años casi no ha tenido cambios de integrantes, con la principal excepción ocasionada por la muerte del bajista Gabriel Mannelli, y que hoy está integrado por Dárgelos (voz), Roger Sónico y Uma (guitarras), Uma-T (teclados), Carca (flauta y percusión), Tuta (bajo) y Panza (batería). O, en otras palabras, Adrián Rodríguez, Mariano Domínguez, Diego Rodríguez, Diego Tuñón, Carlos Hernán Carcacha, Gustavo Torres y Diego Castellano.
Tres canciones han servido para difundir el nuevo disco desde el lanzamiento el año pasado: "La lanza", "Aduana de palabras" y "Burócratas del amor", el más reciente single. Y en esa serie se advierte, por ejemplo, la exclusividad que a estas alturas representa grabar discos en un sello transnacional, como hace Babasónicos. El grupo no escoge los singles promocionales, dice Dárgelos. Porque para eso hay gente que trabaja en la compañía. Y aparte porque, eventualmente, cualquier canción del disco podría ser un single, agrega el cantante.
"Sí, la verdad ninguna de las canciones las elegimos los músicos. No nos interesa elegir eso. Todas las canciones son representativas por el mismo punto. Y creemos que es muy difícil elegirlas, y que hay una tendencia muy fuerte a elegir la canción que más seduce siempre. Y no se la discutiría a nadie, porque yo los entiendo. Las canciones tienen un mensaje adentro, y algunos mensajes van más rápido que otros. Pero no quiere decir que sean mejores".
Ya existe la noción poética del mensaje en la botella, pero a este respecto Dárgelos viene a dar una vuelta a esa figura. El cantante de Babasónicos propone que la botella no sea el canal del mensaje, sino el receptor. "Suponete que el receptor del mensaje es una botella", plantea. "Adentro le van armando un barco, con unas pincitas. Ese barco está hecho con palabras. A veces lo arman en una sola pasada y a veces lo arman en siete. Pero a veces el de siete pasadas es más espléndido, tiene un velamen más grande, es más sorprendente. Y cuando lo termina de armar y te instaló la idea, vos decís 'mirá lo que dice esta canción', y te das cuenta".
-Pero esa canción es menos instantánea que las otras.
-Entonces lo que he entendido con el tiempo es que hay varias clases de canciones, las más instantáneas y las que tienen una palabra más larga. Y hay unas que no tienen eso. No me gustan las que no lo tienen.
-¿Entonces prefieres delegar esa decisión de elegir qué canciones van a sonar en las radios?
-No, no es que yo la delego: A nosotros no nos pagan por ese trabajo. Que lo haga alguien a quien le pagan. A mí nadie me dice qué poner en el disco, entonces yo pongo lo que quiero, todas las canciones valen. Si yo la pongo en el disco y en el show, voy al frente con eso.
Por eso no tengo ironía: Dárgelos frente al mundo
"Si el amor fuera una droga / no acabaría / alcanzaría para todos", es uno de los versos que el cantante de Babasónicos entona en la citada canción "Burócratas del amor", una idea que sobrevuela también otro momento del disco.
"No repetí el mismo verso, pero usé la misma cadena de asociación de ideas —dice—. Fijate que en esa canción, (el cantante) está hablando en un lenguaje semi bursátil del amor. Cuánto vale un rato de amor. Cuánto vale el amor. Alcanza o no alcanza en la balanza. Sociabiliza el amor. ¿Puede ser un bien no decadente y no burgués? ¿Se derrama como en el neoliberalismo, o tiene que ser sacado del fetichismo de la mercancía, el amor?".
-Es una pregunta, no una certeza.
-Yo en todo el disco por eso no tengo ironía. Porque no sé cuál de los dos lados que veo es. No me puedo reír de ninguno, los dos me dan ganas de llorar. Me da ganas de llorar el mundo. La realidad y su entendimiento me dan ganas de llorar. Entonces, bueno: hago estas canciones. Hacemos esto. Babasónicos reacciona con el presente. Tenenemos veintitrés años (como grupo), podríamos estar hablando de hace veinte años; hace veinte años que vengo y hago entrevistas aquí, desde el 94, cuando salió nuestro segundo disco en Chile.
-Trance zomba, del 94.
-Claro. No hay una banda que fuera así de chiquita en Argentina y que ya sacara su disco en Chile. Es muy raro. Mirá: Hay una canción que me parece muy importante del disco nuevo, que se llama "Humo".
-Que es larga y tiene varias partes. Se parece un poco a "Paisano" en eso.
-Claro, es como una suite que transcurre en diferentes cambios de tempos. Y mantiene una especie de coherencia en la discusión, en la que la canción plantea que la mass media, el entendimiento entre las personas, la cultura y la educación, tienden a la expectativa. A la construcción de expectativa.
-¿Y eso es humo de alguna forma?
-Y eso es inllenable. Nunca se va a poder pagar la construcción tan enorme de expectativas que se exigen sobre uno mismo y los demás. Y la expectativa insatisfecha siempre tiene un mismo nombre: Éxito. Y la resultante es fracaso. Pero ninguna escena de la naturaleza se mide en el éxito ni en el fracaso. Sí en una estrategia evolutivamente exitosa a través de mínimos cambios, en la transformación de una especie sobre el tiempo. Pero nunca lo va a ver el individuo de una especie, que es en lo que se ha tornado nuestra sociedad.
-¿Es una canción sobre frustración entonces?
-Entonces, bueno, qué gran frustración demanda estar persiguendo la expectativa del éxito, cuando ¿qué es el éxito para una planta? Que le dé el sol, que otra no la tape, ¿entendés? Algo así, poco, es el éxito en la vida de algo. El éxito hoy era haber llegado a esta entrevista. Si nos hubiéramos atrasado, eso no es fracaso. Son contingencias que impiden llegar a tu plan. Nada más.
Un enorme estamento anti-trabajo: el nuevo paria global
En el minuto de ese argumento sobre éxito y fracaso, Dárgelos y Babasónicos se funden en una sola cosa en la conversación. "Yo tengo la sospecha... Babasónicos tiene la sospecha", rectifica el cantante sobre la marcha, "de que ahí está pasando algo mal".
"Nuestra opinión política es permanente. Fijate en la otra (canción) que dijiste vos: 'Paisano'. Es un enorme estamento anti-trabajo. Porque lo que está diciendo es que si uno no tiene vocación, o si no se define sobre qué quiere hacer, entra en una crisis enorme a los quince años de la que quizás no salga nunca. Y por qué. ¿No hay indefinidos sociales? Hay gente que quiere ser médico y tiene la vocación y está muy bien. Hay otros que hasta quieren ser músicos. Pero imaginate uno que no quiere ser nada. Por qué va a ser perseguido".
"Imaginate en los estados totalitarios de ambos lados", pone por ejemplo. "El súper extremo liberal de derecha, donde si no sos un número que produce no sos nada. Y el otro extremo es lo que hubiera sido el estalinismo, donde tenés que encontrar un lugar en la sociedad para colaborar con los demás. Si no, sos una lacra social, porque 'no servís nada', 'sos un decadente'. Ninguno de los dos lados ha contenido al indefinido social".
-Quizás una respuesta a eso está en el nombre de un grupo como UB40, que viene justamente del número de formulario del...
-...Del seguro de desempleo (en Inglaterra). Bueno, pero los UB40 tuvieron un mensaje malísimo, básicamente ningún mensaje; hicieron una música pasatista, para dejar de cobrar el seguro y empezar a cobrar las regalías —sonríe—. No han hecho algo culturalmente fuerte.
-Pero otra cosa es la existencia de ese formulario UB40: ésa es una política para contener al desempleado. No es el trato a una lacra social, sino el beneficio de una política pública, que permite cobrar un subsidio de cesantía.
-Bueno: Hubo dos momentos de estado de bienestar en el mundo cercanos a la década del 60 donde se mantenía al desempleado, en EE.UU. también. Después se volvieron como locos tras esos pasos. Pero yo al indefinido social lo saco de las novelas que persiguen en los estados totalitarios a todos aquellos a quienes en los trabajos les va mal. No quiero ni para el diablo trabajar, en esa canción. No quiero vender mi alma al diablo porque no quiero el beneficio que el diablo me dé tampoco.
-¿En ese sentido va más allá de otra canción argentina, del "no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar", de Los Auténticos Decadentes?
-Sí. Yo amo esa canción también. Yo la amo, me parece una gran canción, "La guitarra". Lo que pasa es que ahí tiene ironía, porque está cargando (burlándose de) al músico, como vago. Acá lo que estoy diciendo es "jóvenes: a ustedes les puede pasar esto. Ser indefinidos sociales. El indefinido social, sépanlo, es el perseguido, es el nuevo paria. Es el nuevo negro del mundo". Y viene siendo así toda la vida. Lo que pasa es que si en la sociedad rural, durante la cosecha, te daban ganas de no trabajar, vivías de lo que había en el suelo. No tenían por qué tener la presión de ser "algo".
El hilo luminoso de tu tanga: cómo nos gusta el mundo
Algo de mitología en su sentido literal también está presente en Romantisísmico, en el título de la canción "El baile de Odín", que lleva el nombre de una deidad nórdica. Y es la canción que incluye versos como "Salgo de patrulla con mi antorcha por la fiesta / Sigo el hilo luminoso de tu tanga".
-¿Un verso como ése puede estar cargado de política también? ¿O tal vez ahí está concentrado el otro extremo del discurso, la búsqueda del goce, siguiendo el hilo luminoso de una tanga en medio de la noche? ¿Al final el hedonismo y la política son caras opuestas o complementarias?
-(Hace una pausa) Creo que dijiste todo, no tengo nada que agregar. Está bien... hay un libro de Arthur Schnitzler, un escritor suizo al que admiro mucho, que escribió "Relato soñado". "Eyes wide shut" (se refiere a la película de Kubrick basada en la historia original). Es una noche en la que uno sale como a una fiesta y descubre todo ese mundo oculto. Esto, a mi ver, es un relato soñado en una noche de circo, pero lo que encuentras es una bacanal social, en los toboganes del deseo, ¿no? Igual ahora lo relaciono con eso. Tampoco cuando lo escribí pensaba directamente en Schnitzler.
-De cualquier modo es una traducción, ¿no? Es difícil que él pensara en una tanga.
-Claro, y bueno: Yo escribo desde nuestra óptica de cómo nos gusta el mundo a nosotros. Pero sí conviven mensajes ultrapolíticos con ultrahedonistas, en estas dos canciones de las que estamos hablando o en la otra que habla del amor como un aspecto bursátil. Están entramados inclusive esos mensajes. Como si la realidad ahora se expresara en un acorde más complejo. Pero no en un acorde musical: En una polifonía de ideas. Ideas que soportan una opinión más profunda. Pero si vos me decís si quiero que me entiendan, no lo hago por eso.
-A propósito de esa posibilidad de ser entendido o no, un buen ejemplo final es el nombre del disco. En Chile la palabra "romantisísmico" tal vez se entienda de una manera distintiva, por ser un país terremoteado como casi ningún otro.
-Bueno, y en este mismo año ocurrió un sismo, ¿no? Y no soy ajeno a que pasó eso tantas veces en los últimos tres o cuatro años acá, o en México, o me lo imaginé. Yo no pienso en la música sólo desde la idiosincrasia de Buenos Aires. Por qué: Porque estoy permanentemente viajando y me he hecho así en los últimos veinte años. Quizás sea un poco de todos los lados en los que estoy. Y tengo amigos a los que les pasan las cosas. Acá en Chile, o en México: Tengo amigos en los lugares más sísmicos del planeta. Entonces creo que es eso. ¿Y vos qué inferís en el significado de Romantisísmico? Desde la idiosincrasia más de acá, ¿qué significa, es negativo?
-Quizás es una invitación a dotar de romanticismo al sismo, puede ser algo esperanzador.
-Quizás es eso. Un sentido podría consistir en que cuando pierdes todo, puedas entender que hay algo más que ese todo que componía tu seguridad. Y que esos ideales que te componen están cifrados con la búsqueda, con tu camino de ser más que tu camino de tener. Es como decir "Bueno: yo me rearmaré. Esto es sólo un sismo".
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