BUENOS AIRES.- En el año del centenario de Julio Cortázar, el Museo del Libro de Buenos Aires celebra los 100 años de su natalicio con una lúdica exposición centrada en "Rayuela", la obra que revolucionó la literatura hispana hace más de medio siglo.
"Rayuela. Una muestra para armar", es el nombre de la muestra que abarca las cuatro plantas del museo, en las que se desplegó un tablero con "25 puestos o estaciones" que trata de imitar el "modus operandi" de Cortázar al escribir el libro.
"Extraemos momentos de la novela para que el visitante cuando venga se pueda sentir identificado si leyó el libro, y si no lo hizo que salga con las ganas de hacerlo", explica uno de los curadores de la exposición, Esteban Bitesnik.
Para esta muestra, que se podrá visitar hasta la primera semana de noviembre, el equipo del Museo del Libro de la capital argentina sigue la misma línea de trabajo que en anteriores ocasiones, es decir "sobre una hipótesis de lectura ir lanzando ideas para poder representarla".
"En esta ocasión, invitamos al público a que siga nuestro tablero. El libro de Cortázar tenía una cantidad de capítulos que uno podía leer de forma cronológica, pero también tenía una manera salpicada, es decir leías la novela pero pasando de un lugar a otro", matiza Bitesnik.
Precisamente es lo que proponen los creadores de la muestra, que los visitantes puedan decidir qué camino tomar mientras descubren el universo de "Rayuela" a través de instalaciones multiformato y muchas de ellas, interactivas.
En cada estación, el libro de Cortázar aparece representado en telas de colores, de las que penden los textos del escritor, audios con la música que el autor cita en la novela, entre la que no puede faltar el tango, y fotografías de los escenarios en los que acontece.
Las proyecciones audiovisuales ocupan también un espacio del tablero, entre ellas el cortometraje "Los artistas solo cuentan con las estrellas", dirigido por Santigo Larre, una versión del capítulo 23 de "Rayuela".
También se exhiben películas parisinas y sobre Buenos Aires, según el momento de la obra en la que se encuentre el visitante.
"Rayuela. Una muestra para armar" incluye además "una parte más bibliográfica, que reúne las primeras ediciones de la obra de Cortázar", según explica Bitesnik.
El segundo piso del Museo acoge el lado más convencional de la exposición, al que se le dio el nombre de "El otro cielo", cuyos artífices fueron Federico Barea y Lucio Aquilanti, propietario de la colección de libros de Cortázar más importante del mundo.
En sus cartas, Cortázar cuenta que no fueron los lectores de su generación los que comprendieron o valoraron la obra, sino los más jóvenes, que encontraron en ella un desafío y una perspectiva irreverente.