LONDRES.- Judas Priest ha lanzado un nuevo álbum, "Redeemer of Souls", con el que la veterana banda de heavy metal logra mantener el "entusiasmo" y su "esencia", según destaca en una entrevista uno de sus fundadores, Ian Hill.
Claro referente de un género cuya popularidad oscila, la emblemática formación de Birmingham continúa desgarrando contundentes sonidos y sus integrantes siguen aferrados a un distintivo "carácter" que les aupó al olimpo del heavy.
Con 40 años de prolífica carrera, el quinteto británico -en la actualidad formado por el cantante Rob Halford, Glenn Tipton y Richie Faulkner a la guitarra, el bajista Ian Hill y el batería Scott Travis- se apoya en su "pasión" para seguir adelante sin tropiezos y en la lealtad de su sólido club de seguidores.
"El secreto de la longevidad es el entusiasmo y los fans. O el hecho de no estar de moda, con lo que no pasas de moda. Nuestras canciones parten del corazón y nuestros seguidores nos aceptan como somos", explicó Hill.
Fundado en 1971 por K.K.Downing, Hill, Al Atkins y John Ellis, Judas Priest -anteriormente llamado "Freight"- sufrió varios cambios en su formación inicial y ha ido experimentando a partir de sus sonidos de origen, más orientados entonces hacia el rock progresivo, hasta virar hacia el heavy metal que hoy les caracteriza.
El grupo fue depurando el sonido metal con álbumes como "Sad Wings of Destiny" (1976) o "Sin After Sin, Stained Class, Killing Machine y British Steel" (1980), con los que fueron consolidando el género.
Uno de los motores para seguir, según Hill, es "el amor por el metal y la industria, el entusiasmo y los alicientes".
Cambios graduales
Tras el heavy, que antes que ellos abrazaron otros veteranos nombres como Black Sabbath, Deep Purple o Scorpions, la banda coqueteó con el hard rock, tal vez, según la crítica, para ganarse a las audiencias norteamericanas.
De esa época nacieron proyectos como "Screaming for Vengeance" (1982) y "Defenders of the Faith" (1984), que marcó un retorno al metal con tintes, ahora, más agresivos.
Ellos tienen claro que lo suyo es una evolución paulatina y que a lo largo de los años no han sufrido alteraciones ni "cambios instantáneos" sino "una progresión continua".
"Empezamos como una banda de blues y ha sido un progreso gradual con cada álbum, probando nuevas técnicas de grabación, viendo lo que nos iba bien e incorporándolo", apunta ese músico.
Artífices de canciones de culto como "Breaking the Law" o "Living", de 1990, un momento clave en su historia lo marcó la salida de su líder, el cantante Rob Halford, en 1991, tras grabar "Painkiller" si bien regresó en 2005, el mismo año en que vio la luz "Angel Of Retribution", logrando uno de sus éxitos más sonados.
Una cualidad especial
En 2008 salió al mercado "Nostradamus", un proyecto conceptual al que sigue ahora, seis años después, "Redeemer of Souls", un trabajo que marca el debut en el estudio del guitarrista Ritchie Faulkner, quien escribe también el material junto con Tipton y Halford.
Faulkner se incorporó para suplir la vacante de K.K. Downing, que anunció su salida en abril de 2011 por desavenencias con el resto de integrantes así como otras diferencias musicales.
Plenamente integrado, el guitarrista explicó en Londres que la adaptación a los Priest fue "fácil e instantánea": "Yo crecí en una banda, aprendiendo cómo tocar, cómo componer con ese estilo de música y jamás he notado ninguna diferencia generacional o he sentido que no nos complementábamos por la diferencia de edad".
Con ellos, lo más llamativo que ha notado Faulkner fue "la edad de la gente que acude a los conciertos: ves a tres generaciones, de 14, de 30, de 55 años y esto ocurre desde Japón hasta Rumanía".
Su llegada aportó "un montón de aire fresco, una inyección de entusiasmo, frescura y energía" al grupo, agregó Hill.
En opinión de Faulkner, la fórmula del éxito incombustible de los Priest es el hecho de haber sido fieles a sí mismos.
"Judas Priest siempre ha sido muy único y muy sólido pero, a la vez, reteniendo ese carácter y esa esencia; siempre han sido pioneros e innovadores y cada disco es diferente pero en todos uno puede reconocer a Judas Priest y esa cualidad es difícil de tener. El nuevo disco es un testamento de esto", observó.