''Lo bueno de la música folk es que no necesitas ser Adele. No necesitas tener una gran voz'', dice la actriz británica sobre su faceta como cantante.
BF Distribution.SANTIAGO.- Hace siete años el cineasta irlandés John Carney se hizo conocido en la industria del cine independiente con "Once". Allí narraba la relación que surgía entre un joven con aspiraciones de músico y una compositora silenciosa en las calles de Dublín. La película fue un éxito y se ganó el Oscar a Mejor Canción Original. Ahora el realizador regresa con una producción que mantiene ese espíritu "indie", pero con fondos hollywoodenses y dos estrellas como protagonistas: Keira Knightley y Mark Ruffalo.
En un comienzo la cinta cuenta las historias paralelas de Gretta (Knightley) y Dan (Ruffalo). Ambos sufren pérdidas importantes en distintos niveles: ella terminó una relación amorosa de larga data con un rockstar narcisista (Adam Levine), y él fue despedido de la empresa disquera con la que lanzó a varios músicos a la fama.
Perdidos y tratando de adaptarse a su nueva realidad, Gretta y Dan coinciden en un bar de Nueva York y entablan una amistad que los ayudará a salir de sus respectivas crisis, pues deciden sacar adelante un nuevo proyecto musical con Gretta como cantante.
"Fue un poco difícil", cuenta Keira Knightley sobre su debut como "cantante" en esta producción.
"Definitivamente el canto no es mi mecanismo de comunicación normal", añade riendo en un encuentro con la prensa. "Había cantado un poco antes, hace cuatro años, en la película 'The Edge of Love", pero era en un estilo mucho más de los años cuarenta. Nunca había hecho algo como esto. Tuvimos que meternos a un estudio y trabajar, lo que nos quitó mucho tiempo, pero creo que lo manejamos bien".
En la cinta, la dupla no tiene dinero para grabar un disco en un estudio profesional, pero utilizan esa debilidad como una fortaleza y deciden registrar los audios mientras tocan en distintas zonas de Nueva York. Es así como llevan su música a Central Park, al metro y las calles.
Lo curioso de ese punto es, según Knightley, que el director y guionista "no escribió las escenas con canciones, así es que las inventaba en el set", después de haber grabado los temas previamente, sin mayor preparación.
"Fue aterrador, porque nos daban las canciones la noche anterior, y para una persona que requiere de mucha preparación, sentía que no tenía idea qué estaba haciendo", cuenta la actriz británica, quien reconoce que es extremadamente metódica en la preparación de sus escenas. No obstante, quedó conforme con los resultados, debido a que "lo bueno de la música folk es que no necesitas ser Adele. No necesitas tener una gran voz".
La química en pantalla de Knightley con Ruffalo es uno de los puntos fuertes de la cinta. Algo que, cuentan, fue fácil de lograr, porque ambos se llevaron muy bien. "Es uno de los tipos más amorosos que puedas conocer, así es que fue una ayuda increíble en este caso", detalla ella.
Ésta es la primera comedia romántica en la que participa Knightley tras rodar varias cintas dramáticas, como "Anna Karenina" o "Un método peligroso". Y escogió este proyecto precisamente para alejarse de la tensión de aquellos filmes con una cinta amigable, pero "no cursi", afirma.
"Me gustó el guión. Estaba buscando una historia positiva. He hecho muchas películas oscuras en los últimos cinco años. Quería algo esperanzador, con un buen final. No soy fan de las comedias románticas, porque pueden ser muy cursis, y eso no me gusta. Leí varios guiones que iban por esa línea. Sentí que ésta era mordaz y que tenía algunos elementos que no la hacen cursi", cuenta esta británica que, a los 29 años, se destaca por haber desarrollado una carrera exitosa en cintas comerciales e independientes que suelen contar con la aprobación de la crítica.